Castilla y Zamora, sin ideas
Todo result¨® malo de solemnidad en la Ciudad Deportiva. Desde el propio terreno, un aut¨¦ntico barrizal, hasta el colegiado andaluz, un desastre, pasando por los dos equipos, que pr¨¢cticamente no dieron ni una a derechas. Las incidencias que no se produjeron en el campo las protagonizaron de alguna manera el presidente de la entidad blanca, se?or Bernab¨¦u, que acudi¨® al palco, ?confes¨®? a Radisic por espacio de unos veinte minutos, tras lo cual se retir¨®, como viene siendo su costumbre, ¨²ltimamente, antes de que concluyera la primera parte. Eso que gan¨®, porque el partido fue de pena. Ci?¨¦ndonos al encuentro, s¨®lo en los minutos iniciales, el Castilla sali¨® dispuesto a resolver con prontitud, cosa que consigui¨®, con la ayuda del colegiado, en el penalti hecho y transformado por Isidro. Pero la ventaja dur¨® poco, justamente diez minutos, ya que en una de las dos ¨²nicas acciones ofensivas visitantes, J. Antonio igualaba entre el alborozo de los aficionados zamoranos presentes en el campo. A partir de este momento todos lo hicieron rematadamente mal. La segunda mitad result¨®, si ello es posible, todav¨ªa peor. De los hombres de Sanch¨ªs, s¨®lo el central Sabido merece destacarse, por ser el ¨²nico que supo lo que hab¨ªa que hacer en cada momento adapt¨¢ndose a las circunstancias que exig¨ªa el juego. Serrano hace tiempo que parece deambular por el campo como una sombra de s¨ª mismo. En cuanto a la ?vedette?, Isidro, a veces se le nota su indiscutible calidad. Empieza bien, lucha y crea peligro con sus centros, pero tras el descanso, se difumina, no es la primera vez, igual que una paloma en la chistera de un mago.Lo peor del. punto perdido para el Castilla es que ¨¦ste se escap¨® ante un rival que se limit¨® a defender su parcela con m¨¢s pena que gloria, que evidenci¨® fallos en la entrega, se mostr¨® sin recursos y con una pobreza t¨¢ctica desesperante.
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