Argentina: las fuerzas pol¨ªticas tradicionales podr¨ªan pactar con los militares
Una densa capa de contradicciones se cierne sobre el complejo panorama argentino. La presencia cada vez m¨¢s din¨¢mica de pol¨ªticos y sindicalistas en el tablero del presente proceso agudiza las diferencias en las altas esferas del poder militar. Como tel¨®n de fondo: un plan econ¨®mico aparentemente sin salida y una guerrilla que -tras los duros golpes recibidos- sobre vive e intenta reorientar su estrategia.Fue precisamente la pertinaz lucha antiguerrillera el factor de desgaste al que debieron someterse las fuerzas armadas, para intentar la consolidaci¨®n de su poder en -estos primeros diez meses de f¨¦rrea dictadura. La lucha contra la subversi¨®n alcanz¨® ¨¦xitos de car¨¢cter militar, pero su imprevista prolongaci¨®n -a la vez que la situaci¨®n econ¨®mica empeoraba termin¨® por abrir una fractura en el seno mismo de los mandos superiores de las tres armas. Por esa fisura se asoman ahora algunos caudillos pol¨ªticos y dirigentes sindicales de menor relieve, para alentar -cada grupo por su lado- las dos variantes sobre las cuales polemizan los miembros de la Junta Militar.
Dos posiciones antag¨®nicas
El proyecto econ¨®mico del ministro Alfredo Mart¨ªnez de Hoz y la cruenta resistencia que a¨²n perdura constituyen el entorno dentro del cual se agitan las dis¨ªmiles posiciones en el seno de la Junta Militar.El comandante en jefe del Ej¨¦rcito y presidente del pa¨ªs, general Jorge Rafael Videla, parece interesado en conseguir una cierta base de apoyatura a partir de un entendimiento con los l¨ªderes sindicales, con la perspectiva de perpetuarse un tiempo todav¨ªa indefinido en el poder.
El comandante de la Armada y miembro de la Junta, almirante Emilio Massera, se propone reducir a su m¨ªnima expresi¨®n el sindicalismo organizado, para fortalecer una salida a la crisis mediante un pacto con los partidos pol¨ªticos tradicionales.
La clave para el desenlace parece girar alrededor de la futura ley de Asociaciones Profesionales, que regula el car¨¢cter y funcionamiento de las organizaciones gremiales. Mientras el general Videla se muestra partidario del mantenimiento de las actuales estructuras confederadas a nivel nacional, el almirante Massera s¨®lo parece aceptar el reconocimiento de los sindicatos zonales, para as¨ª recortar los m¨¢rgenes de poder a la c¨²pula dirigente.
En esta contienda de palacio, el jefe de la Armada intenta llevar la ofensiva. No est¨¢ solo en esa tarea. Sus posiciones son compartidas por algunos generales que pertenecen a la fracci¨®n m¨¢s derechista del Ej¨¦rcito y muy especialmente por el brigadier Agosti, titular de la Aeron¨¢utica y tercer hombre de la Junta. Aparentemente debilitado, el general Videla debe ahora soportar otras dificultades. Marinos y aviadores tambi¨¦n se muestran disconformes con la actual distribuci¨®n de cargos en el poder. Al proyecto del ?cuarto hombre? (incorporaci¨®n de un nuevo miembro en la Junta) que persegu¨ªa el alejamiento de Videla del principal protagonismo, le sigue ahora la teor¨ªa de la diferenciaci¨®n org¨¢nica entre la Junta Militar y el poder ejecutivo, de manera que Videla deba optar entre una u otra estructura. La maniobra fue rec¨®nocida por el propio interesado cuando, recientemente, declar¨®: ?No esperamos realizar un cambio de estructura ni tampoco la posibilidad de un cambio de personas.?
La ?comisi¨®n de los siete?
Mientras el titular del Gobierno procura recuperar espacio a trav¨¦s de las negociaciones que mantiene el ministro de Trabajo, general Tom¨¢s Liendo, con la llamada ?comisi¨®n de los siete?, que act¨²a como interlocutora del bando sindical, varios dirigentes pol¨ªticos parecen haber comprendido el gui?o de las circunstancias. Esperanzados por la l¨ªnea trazada por el almirante Massera, no fueron pocos los pol¨ªticos que inauguraron el nuevo a?o con renovados entusiasmos. Un reciente conclave reuni¨® al legendario Ricardo Balb¨ªn, de la Uni¨®n C¨ªvica Radical, a los peronistas moderados Angel Robledo e Italo Luder -ex funcionarios del Gobierno depuesto-, a los populares cristianos Enrique De Vidia y N¨¦stor Vicente, al intransigente Oscar Alende, entre otros. Seg¨²n trascendi¨®, los acuerdos alcanzaron a configurar una propuesta que se har¨ªa conocer en marzo pr¨®ximo con la firma de Frente de Regeneraci¨®n Pol¨ªtica.En tanto se teje la nueva mara?a que amenaza con enredar a¨²n m¨¢s la situaci¨®n argentina, el pulm¨®n del Gobierno militar parece sucumbir en la asfixia: la situaci¨®n econ¨®mica debilita todos los proyectos. El a?o que acaba de finalizar produjo estad¨ªsticas preocupantes: el aumento del coste de la vida ascendi¨® al 319,3 %; la producci¨®n sider¨²rgica descendi¨® en un 25 %; las industrias alimenticias y de indumentaria tuvieron ca¨ªdas de ventas por valor del 50 %; la participaci¨®n de los asalariados en el ingreso nacional baj¨® en un 30 %, y el de los empresarios aument¨® en un 20 %. El Fondo Monetario Internacional, adem¨¢s, no se muestra dispuesto a financiar ning¨²n tipo de recuperaci¨®n econ¨®mica en Argentin¨¢, hasta tanto el d¨¦ficit fiscal no disminuya ,al 3 % del producto bruto interno (actualmente se mantiene en el 6 %
La cr¨ªtica situaci¨®n econ¨®mica exige el obligado repliegue de la guerrilla. En lo que caracterizan como una nueva etapa, las fuerzas de resistentes se proponen incentivar sus luchas en los aspectos re¨ªvindicativos de los sectores populares. La organizaci¨®n Montoneros, por ejemplo. acaba de proponer la formaci¨®n de un amplio frente de oposici¨®n a la Junta. a partir de las estructuras del Movimiento Peronista.
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