"Predominar¨¢ un teatro con carga ideol¨®gica y lenguaje dram¨¢tico"
El profesor Ruiz Ram¨®n analiza el actual teatro espa?ol
Francisco Ruiz Ram¨®n, un valenciano que vive en Estados Unidos, conoce en extensi¨®n y profundidad la literatura dram¨¢tica espa?ola. Jefe del Departamento de Espa?ol y Portugu¨¦s, catedr¨¢tico de Teatro Espa?ol en la Universidad de Purdue, una de las diez grandes universidades norteamericanas. Ahora -?vendr¨¦ a Espa?a de vacaciones, pero no de otra manera, mientras no cambie la estructura de la Universidad espa?ola?- se encuentra de visita. En Salamanca pronunci¨® tres conferencias en el aula Juan del Enzina. Este mismo mes, invitado por la Fundaci¨®n Juan March, impartir¨¢ cuatro conferencias en Madrid. En el teatro de la Comedia, posiblemente, hablar¨¢ sobre Las arrecog¨ªas del beater¨ªo de Santa Mar¨ªa Egipc¨ªaca, de Mart¨ªn Recuerda. Murcia y Granada ser¨¢n otros puntos de la visita del profesor Ruiz Ram¨®n, autor de la m¨¢s rigurosa Historia del Teatro Espa?ol (Editorial Alianza), e Historia del teatro espa?ol del siglo XX (Editorial C¨¢tedra).
?Si pudi¨¦ramos hablar de una tradici¨®n de teatro espa?ol aut¨¦nticamente creador de formas originales, habr¨ªa que partir de Valle-Incl¨¢n, Alberti y Lorca -no el Lorca ex¨®tico que se ha querido montar, sino el verdadero Lorca, uno de nuestros grandes desconocidos-. Resulta interesant¨ªsimo ver en el teatro actual c¨®mo ha evolucionado el esperpento hasta crear nuevas formas esperp¨¦nticas. Lo mismo pasa con las formas m¨¢s o menos vecinas a la farsa y lo grotesco, que ya hab¨ªan ensayado Lorca y Alberti. Por estas l¨ªneas va a correr el teatro espa?ol hacia una creaci¨®n de formas dram¨¢ticas originales y que est¨¢n coincidiendo con otras formas de teatro europeo?, declar¨® el profesor Ruiz Ram¨®n.
EL PAIS. Valle, Lorca y Alberti no son ya extra?os a la cartelera madrile?a. ?C¨®mo ha encontrado la programaci¨®n teatral en esta Espa?a predemocr¨¢tica con relaci¨®n a su ¨²ltima visita, en el verano del 71?
R. R. La diferencia me parece enorme. Ahora se pueden ver bastantes cosas de teatro, espect¨¢culos con los que se podr¨¢ estar de acuerdo o no, pero interesantes. Porque m¨¢s vale ver a Valle-Incl¨¢n tal y como nos lo presentan que no conocerle.
El, PAIS. ?La representaci¨®n de estos autores supone un intento de recuperar el tiempo perdido, pese a que, como usted ha escrito, ni en literatura ni en historia cabe tal recuperaci¨®n?
R. R. Sobre todo, porque el impacto del teatro de Valle-Incl¨¢n debi¨® producirse, no s¨®lo en Espa?a, sino en todo el teatro europeo, a partir de 1907, cu¨¢ndo escribi¨® la trilog¨ªa. Y eso es lo tremendo, que Valle-Incl¨¢n escrib¨ªa antes de que Artaud pensara las cosas que luego public¨®, Valle ya estaba haciendo entonces mucho de lo que Artaud dir¨ªa despu¨¦s. Don Ram¨®n deb¨ªa haber sido un autor fundamental en la evoluci¨®n del teatro europeo. No puedo saber qu¨¦ va a pasar ahora con Valle-Incl¨¢n, pero me parece que se le est¨¢ montando a partir de cosas que han ocurrido despu¨¦s de ¨¦l.
Recuperaci¨®n
EL PAIS. ?La parcial recuperaci¨®n de algunos autores obedece a que el cambio experimentado por la sociedad espa?ola resta acidez a esa parte de sus obras, que adem¨¢s favorecen una imagen democratizadora? Otras piezas, quiz¨¢ con mayor vigencia respecto a la nueva realidad, permanecen vedadas.
R. R. Ese teatro fue escrito dentro de un espacio hist¨®rico en el que su representaci¨®n hubiera significado cosas importantes. El cambio de espacio hist¨®rico -hemos salido de uno cerrado y caminamos hacia otro abierto- pone en duda la funci¨®n de ese teatro. Y ese es precisamente mi gran interrogante: ?No ocurrir¨¢ que antes de poder nacer en los escenarios estas realidades pasadas van a quedar superadas?
Mart¨ªn Recuerda, Buero y Arrabal
EL PAIS. Mart¨ªn Recuerda, autor al que atribuye una especial significaci¨®n, es hoy noticia en el teatro espa?ol. ?Las arrecog¨ªas... es su pieza m¨¢s importante?
R. R. Mi inter¨¦s por Mart¨ªn Recuerda obedece a que su teatro me parece uno de los m¨¢s ricos de toda su generaci¨®n. Las arrecog¨ªas... es una obra fundamental; pero no lo ser¨¢ menos la que acaba de terminar, Crucificaci¨®n y muerte de Celestina, sobre el tema de la corrupci¨®n.
EL PAIS. ?Piensa que el teatro de Buero Vallejo ha llegado al tope de sus posibilidades?
R. R. Ni mucho menos. Buero no ha dado todo lo que puede, si consigue despreocuparse de algo de lo que no deber¨ªa preocuparse en absoluto y que consiste en demostrar que ¨¦l tambi¨¦n se encuentra en la vanguardia en cuanto al manejo de formas dram¨¢ticas. Esta ha sido una obsesi¨®n de los ¨²ltimos dramas de Buero: demostrar que no es s¨®lo un dramaturgo tradicional, que ha experimentado, ha ensayado, que est¨¢ al tanto de lo que se hace en el teatro de todas partes. Y me parece que se ha preocupado demasiado. Estuve con ¨¦l hace poco y hablamos acerca de la obra que est¨¢ terminando sobre Larra: habr¨¢ que esperarla con inter¨¦s, porque es compleja.
EL PAIS. ?Ser¨¢ Fernando Arrabal una gran decepci¨®n?
R. R. Me parece que Arrabal ha llegado con su teatro a un callej¨®n sin salida; o cambia su forma de hacer teatro o no s¨¦ si podr¨¢ tener ya vigencia en Espa?a. De cualquier manera, m¨¢s que hablar del sentido de la obra de Arrabal en su pa¨ªs, por el momento s¨®lo cabe hablar del gran vac¨ªo de Arrabal en el teatro espa?ol. Esto es, ahora, lo ¨²nico cierto.
EL PAIS. Se suele olvidar casi siempre, por desconocidos o nuevos, a los Matilla, L¨®pez Mozo, Garc¨ªa Pintado, Riaza, Ruibal...; s¨®lo Mart¨ªnez Mediero ha conseguido estrenar en los teatros madrile?os. ?Qu¨¦ va a ser ahora de ellos?
R. R. Depende del teatro que vayan a escribir ahora. Tambi¨¦n ser¨¢ un interesante experimento saber qu¨¦ va a pasar con lo que escribieron antes. Se trata de un grupo de autores que intenta explotar a todos los niveles la estructura dram¨¢tica, desde el aspecto gestual hasta la propia palabra, para hacer saltar ese espacio cerrado en que han estado confinados, como una provocaci¨®n al espectador para que entienda que a ¨¦l le corresponde hacer explotar en la calle lo que el autor dram¨¢tico hizo explotar en el escenario. De ah¨ª ese tipo de palabra dram¨¢tica, a veces hist¨¦rica, que utilizan; todo el equipo de disfraces, m¨¢scaras y ambiente de carnaval -el carnaval es fundamentalmente un rito de ruptura del stableshment-. Si se hubieran estrenado cuando ese confinamiento se encontraba plenamente vigente, ese teatro habr¨ªa sido fundamental.
Nacionalidades
EL PAIS. ?Hablaremos pronto de un teatro de las nacionalidades y abandonaremos esa identidad teatro castellano igual a teatro espa?ol?
R. R. Si los catalanes, gallegos o vascos escriben en sus lenguas, porque lo considero necesario, y hablan de cosas que est¨¢n vivas, a mi me parece magn¨ªfico, pese a la restricci¨®n que supone la opci¨®n. Creo que es algo totalmente honrado, pero deber¨¢n plantearse cu¨¢l es la funci¨®n de escribir un teatro en catal¨¢n, en gallego o en vasco. El problema de nacionalismos o regionalismos, que fue un fen¨®meno espa?ol hace m¨¢s de un siglo, hoy es un fen¨®meno occidental, por una serie de razones que tienen, sentido y que se basan en el desencanto de una concepci¨®n de la nacionalidad que ha fracasado y en la b¨²squeda de unas ra¨ªces de identidad m¨¢s pac¨ªficas, aunque no f¨¢ciles. En esta perspectiva podr¨¢ entenderse el teatro de las nacionalidades:
EL PAIS. A partir de la liberaci¨®n de la escena comercial, ?el teatro independiente va a tener que cerrar sus puertas?
R. R. Todo lo contrario. Por primera vez, va a tener pleno sentido. El teatro independiente ha estado desarrollando una labor que deb¨ªan haber hecho los teatros nacionales, los teatros p¨²blicos. A partir de ahora, el teatro independiente podr¨¢ volcarse en la que me parece su principal funci¨®n: la libre experimentaci¨®n de formas dram¨¢ticas y la investigaci¨®n teatral.
Babelia
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