"La URSS no debe nada a Espa?a por el oro de Mosc¨²"
El del oro de Mosc¨² sigue siendo pol¨¦mico. Ahora, cuando se han reanudado las relaciones diplom¨¢ticas con la URSS, vuelve al candelero, exasperado por la retenci¨®n, seguramente temporal, del libro del economista Angel Vi?as sobre el asunto. El apasionamiento que suscit¨® el tema durante el franquismo -era la piedra de toque de la ausencia de relaciones diplom¨¢ticas con la URSS, cara a la opini¨®n p¨²blica- se agudiza por el que envolvi¨® las negociaciones del oro durante la Rep¨²blica, y las tensiones entre los diferentes partidos que intervinieron en los Gobiemos republicanos y en las transacciones de oro y armas. Traemos, a EL PAIS las opiniones contradictorias de Angel Vi?as, autor del citado estudio, en el que de alg¨²n modo reivindica la figura de Negr¨ªn, y a Justo Mart¨ªnez Amutio, hombre de corifianza de Largo Caballero, testigo y parte de aquel proceso. En Negr¨ªn, Largo Caballero y el propio Franco, est¨¢n, al fin y al cabo, las claves del asunto.
Cuando el 18 de julio de 1936 estalla el movimiento, el Gobierno republicano, pensando en la financiaci¨®n de la guerra que comienza, da orden al Banco de Espa?a, por un decreto reservado, de traslada el oro a Cartagena, y posterior mente al extranjero, como dep¨®sito de garant¨ªa, o como modo de pago que este es uno de los problemas a dilucidar. La salida de m¨¢s de 630 toneladas de oro y algo m¨¢s de 1.225 toneladas de plata, vac¨ªa los s¨®tanos del Banco de Espa?a, siendo su gobernador Nicolau d'Olwer. El, grueso del tesoro que hac¨ªa de Espa?a el cuarto pa¨ªs en reservas met¨¢licas fue depositado en la Uni¨®n Sovi¨¦tica siendo ministro (le Hacienda Juan Negr¨ªn y presidente del Gobierno Largo Caballero. Hay que decir que, tras la crisis de mayo de 1936, Negr¨ªn pasa a ser primer ministro, pero se reserva, durante toda la guerra, la cartera de Hacienda. Al parecer, se hacen dep¨®sitos en el Banco de Francia. El resto del oro, depositado en Mosc¨², se va fundiendo., a medida que llegan las ¨®rdenes del Gobierno republicano de Madrid y convirti¨¦ndose en divisas -generalmente d¨®lares- que se emplean en la compara de armas y suministros. Dicha compra la realiza, fuera de la URSS, la Banque Commerciale pour, LEurope du Nord, con sede en Par¨ªs?y control sovi¨¦tico Fiscaliza las entregas en Mosc¨² el entonces embajador de Espa?a Marcelino Pascua. Y la embajada de Par¨ªs la ocupaba Araquist¨¢in, siendo agregado Justo Mart¨ªrtez Amutio.Al terminar la guerra, los documentos que permiten seguir los pasos del oro siguen en manos de Negr¨ªn. S¨®lo en 1956, cuando parece que el tema de las relaciones con la URSS vuelve a tocarse, Mariano-Ans¨®, su hombre de confianza, los pone en manos del entonces ministro de Asuntos Exteriores Alberto Mart¨ªn Artajo, mediando en la negociaci¨®n Antonio Melchor de las Heras, como enviado especial del Gobierno de Franco. El general no dio publicidad a esta documentaci¨®n, que a su vez est¨¢ controvertida.
Tres, pues, son los problemas que se plantean, a grandes rasgos. El primero, la historia del oro, sus pasos y su intervenci¨®n en la financiaci¨®n de la guerra. El segundo ser¨ªa la legalidad de estas transacciones, en el propio Gobierno republicano, y el tercer problema, cargado de intereses y pasiones, ser¨ªa el estado de cuentas con la URSS.
"He desmantelado el ,mito del oro"
Angel Vi?as es el autor de un texto sobre El oro de Mosc¨² publicado por el Ministerio de Hacienda y retenido por ¨¦ste, a instancias del de Exteriores, desde noviembre del a?o pasado. Anteriormente, Joan Sard¨¢ publica, en el centenario del Banco de Espa?a, otro trabajo con igual mala suerte. Cuando EL PAIS mantiene con ¨¦l. esta entrevista, Angel Vi?as acaba de salir de una conversaci¨®n con el secretario general t¨¦cnico del Ministerio sob re el terna.
Angel Vi?as. Creo que esta entrevista ha clarificado las cosas. El se?or Alvarez del Manzano me ha asegurado que nunca se pens¨® en destruir los libros, y que la Administraci¨®n est¨¢ en posici¨®n de estudiar el tema desde ¨®pticas rrienos alarm istas. Dentro de quince d¨ªas volveremos a vernos, y seg uramente el caso estar¨¢ resuelto.
EL PAIS. ?Qu¨¦ aporta su libro?
A.V.. Yo estudio la financiaci¨®n de la.guerra civil, y dentro de ella, el destino de las reservas del Flanco de Espa?a y las consecuencias para el general Franco, de no haber podido disponer de ellas. De la financiaci¨®n, he estudiado s¨®lo lo que se refiere a la v¨ªa oro, la m¨¢s conflictiva y pol¨¦mica. Creo que lo m¨¢s, importante que he hecho es montar un marco anal¨ªtico en que cobran sentido los detalles, y la totalidad de la operaci¨®n. Reconstruir esta, en medio de su ocultaci¨®n, ha sido lo m¨¢s dif¨ªcil e importante,del libro.
EL PAIS. ?Con qu¨¦ documentaci¨®n ha contado?
A.V. He trabajado con losarchivos del Banco de Espa?a, del Nllnisterio de, Hacienda, y, durante m¨¢s de nueve meses, con la contabilidad detallad¨ªsima entregada por Ans¨®n, por deseo de Negr¨ªn, a Mart¨ªn Artajo. Esta documentaci¨®n permite reconstruir perfectamente la operaci¨®n. La Reptiblica se vio ligad¨¢ a vender el oro. porque no ten¨ªa otra forma de financiar la guerra. 7181oneladas de oro del Banco de Espa?a de las cuales, la cuarta parte se depositaron en el Banco de Francia, y las otras tres partes en la U RS.S. llosteriorniente se vendi¨® a Estados Unidos plata por valor de 16.000 d¨®lares de entonces.
EL PAIS. ?Cu¨¢nto dinero debe la U RSS a Espa?a, a cuenta del oro?
A.V. A mi modo de ver, no debe nada. Tal vez haya alguna diferenc¨ªa, pero en principio puede decirse que el oro que se traslad¨® a la URSS se us¨® para comprar armas y suministros que firianciarod la guerra por el lado republicano. Creo que el desmantelar, desde un estudio econ¨®mico, estrictamente el mito del oro, propiciado por Franco y, Carrero Blanco, es el m¨¢s importante logro del libro. Efectivamente, el oro sali¨® para Mosc¨², donde: fue refinado y refundido -porque iba casi todo amonedado, y la mayor¨ªa en moneda extranjera- y se convert¨ªa en divisas.
EL PAIS. A nivel pol¨ªtico, ?llega usted a alguna conclusi¨®n?
A.V. No toco el lado pol¨ªtico. Tal vez, indirectamente, el libro sirva para reivindicar la figura de Negr¨ªn. Hay que tener en cuenta que se convirti¨® en el hombre m¨¢s odiado entre sus propios correligionarios socialistas por su empe?o en mantener la dependencia de la URSS. Pero creo que se comport¨® como un hombre de estado, particularmente, devolviendo a Franco la documentaci¨®n sobre el oro de Mosc¨², que hab¨ªa mantenido secreta, temiendo, seguramente, que se usara en su contra. Lo que no pod¨ªa imaginar es que Franco la guardara en un caj¨®n.
"El oro de la U RSS es un dep¨®sifo, no un pago"
Justo Mart¨ªnez Amutio, un hombre de Largo Caballero, estaba en Par¨ªs como agregado de industria cuando conienz¨® la guerra.. Luego fue nombrado gobernador de Albacete. Disconforme con la tesis mantenida por Angel Vi?as, que corrobora o completa la otr,. igualmente prohibida de Joan Sard¨¢, dijo a EL PAIS:
?Mi postura la he explicado en mi libre Chantaje a un pueblo. Y conozco el tema por mi relaci¨®n ¨ªntima con Largo Caballero, y por los cargos que ocupe en el Gobierno republicano. Tengo que disentir de los datos que daba Vi?as en el diario Inormaciones, hace pocos d¨ªas: no lleg¨® dinero a Francia, aparte , el dep¨®sito de Mont de Marsan que la Rep¨²blica manten¨ªa desde 1932, en una operaci¨®n para mantener el valor de la peseta, El Gobierno franc¨¦s, cuando lleg¨® la hora de necesitarlo, se neg¨® a permitir su uso para la financiaci¨®n de la guerra. No nos llegaron armas de Francia, excepto algunas salidas clandestinamente, y se lo cuento porque articip¨¦ personalmente en la operaci¨®n, y luego me enfrent¨¦ violentamente -tengo un temperamento encendido- con el presidente Blum, que tambi¨¦n era socialista. Hay que decir que el Gobierno franc¨¦s, al terminar la guerra, le dio a Franco el dep¨®sito de Mont de Marsan, unos 2.300 millones de pesetas de entonces. El oro se envi¨® a Mosc¨². Y se envi¨® all¨ª por que nadie m¨¢s admit¨ªa un dep¨®sito de cr¨¦dito, que es lo que era. As¨ª que se mand¨® el oro, se estableci¨® el sistema de pagos del armamento, en un protocolo adicional al contrato propiamente dicho, y no se entregaron en absoluto divisas. Yo estaba los primeros d¨ªas con Araquist¨¢in en Par¨ªs, y luego fui nombrado gobernador de Albacete. En los dos casos me ocupaba directamente del armamento porque todas las armas que llegaban se almacenaban en Albacete. Los pagos de armas se deb¨ªan hacer por libramientos de la Banque Comerciale pour l?Europe du Nord, seg¨²n un protocolo adicional, en el que est¨¢ la clave de todo el asunto, Yo estoy convencido de que ese protocolo no lo entreg¨® Negr¨ªn jam¨¢s.?
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