"Se ha mitificado demasiado la figura del exiliado"
El escritor Francisco Ayala regresa a Estados Unidos
Tras una breve estancia en Espa?a, despu¨¦s de cuarenta a?os de exilio voluntario, el escritor granadino Francisco Ayala regresa nuevamente a Nueva York, donde ?tengo perfectamente adaptada mi vida?. Aunque ya en 1961, pas¨® unos d¨ªas por su ciudad natal -de riguroso inc¨®gnito-, ha sido durante la ¨²ltima visita cuando el escritor ha hablado por primera vez en p¨²blico ante sus paisanos. Ahora, antes de su partida para Estados Unidos, Francisco Ayala ha hecho unas declaraciones para EL PAIS.
Hab¨ªa ido a Argentina a pronunciar unas conferencias y el estallido de la guerra le sorprendi¨® all¨ª. Inmediatamente, Francisco Ayala se incorpor¨® a los servicios diplom¨¢ticos del Gobierno de la Rep¨²blica, trabajando sucesivamente durante los a?os de la contienda en Checoslovaquia, Francia y Cuba. En el a?o 39, una vez consumada la victoria franquista, Ayala decidi¨® exiliarse voluntariamente y se instal¨® en Argentina. A partir de entonces, el granadino ser¨ªa profesor en diferentes universidades hispanoamericanas, hasta que en los a?os cincuenta fue a parar a Puerto Rico, de donde pasar¨ªa unos a?os m¨¢s tarde a instalarse definitivamente en Estados Unidos.
Ayala y el exilio
?El exilio, para m¨ª nunca ha sido excesivamente traum¨¢tico. Yo creo que un andaluz tiene menos problemas de adaptaci¨®n en Buenos Aires o Montevideo que en Barcelona o La Coru?a. Lo que pasa es que sobre el tema del exilio se ha especulado demasiado. Naturalmente, no se trata de algo agradable, y lo peor es la distancia, pero lo cierto es que algunos han mitificado en demas¨ªa la cuesti¨®n. Por supuesto, yo no he sido de los exiliados que se pasaban todo el d¨ªa llorando o suspirando.? Francisco Ayala naci¨® en Granada en 1906. A los diecis¨¦is a?os se march¨® a Madrid con su familia y aqu¨ª obtuvo la licenciatura en Derecho. Tras una breve estancia en Alemania, donde estuvo becado para estudiar sociolog¨ªa y filosof¨ªa pol¨ªtica, a su regreso a Madrid se doctor¨® en 1931 y dos a?os m¨¢s tarde obtuvo por oposici¨®n la c¨¢tedra de Derecho Pol¨ªtico de esta Universidad. Luego vendr¨ªan los a?os de la guerra y, finalmente, el exilio.?Aqu¨ª, en Espa?a, tambi¨¦n se ha especulado demasiado con el regreso de los exiliados, mitificando las figuras hasta el punto de sufrir lamentables desenga?os con, algunas personas determinadas. Se ha dicho que son cosas de viejos, pero no es eso precisamente. Yo creo que nosotros seguimos siendo los mismos, por eso quiz¨¢ no estamos a la altura del pa¨ªs, porque es el pa¨ªs el que ha cambiado.?
El escritor y la pol¨ªtica
?Espa?a pasa por un claro momento de transici¨®n que todos queremos que conduzca a la estabilidad. Si la transici¨®n est¨¢ resultando tan dif¨ªcil es simplemente porque hay grupos que no se resignan a la idea de la democracia. Sin embargo, hay que decir que la reacci¨®n p¨²blica ha sido en¨¦rgica y pr¨¢cticamente un¨¢nime. Y esto hace concebir esperanzas en el sentido de que el Gobierno podr¨¢ desarticular a dichos grupos, que por otra parte, todo el mundo sabe m¨¢s o menos quienes son? En su tiempo, Francisco Ayala estuvo inscrito en el partido de Manuel Aza?a, Izquierda Republicana, que ?de izquierda, en realidad s¨®lo ten¨ªa el nombre, claro?. Al cabo de cuarenta a?os, Ayala piensa, sin embargo, que es muy dif¨ªcil que un verdadero escritor pueda estar afiliado a un partido pol¨ªtico. As¨ª lo explica ¨¦l mismo:
??Por qu¨¦ tendencia me inclinarla hoy d¨ªa? La verdad es que ya no soy partidario de la inscripci¨®n a un determinado partido. El hombre de un partido pol¨ªtico depende en cada momento de unas circunstancias, y como las circunstancias de hoy son distintas, a m¨ª me resultar¨ªa muy dif¨ªcil estar en ning¨²n partido. Hoy d¨ªa, tan pronto como el escritor se compromete con un partido o con una postura ideol¨®gica, traiciona inevitablemente su propio compromiso vital. Y hay que distinguir la postura del escritor como tal y la que tiene como otro ciudadano m¨¢s. El peligro radica en que, al militar en un partido pol¨ªtico, el escritor se olvide de esta distinci¨®n, o no pueda tenerla en cuenta porque el propio partido se lo impida.?
?Nunca he sido un escritor profesional?
Seg¨²n el profesor Emilio Orozco, Ayala se encuentra situado en ?la primera l¨ªnea de los narradores espa?oles?. De sus obras, Orozco destaca, principalmente, La cabeza del cordero -prohibida en Espa?a durante muchos a?os-, Los usurpadores y El jardin de las delicias. Otros estudiosos le dan m¨¢s importancia, sin embargo, a sus dos grandes novelas, Muertes de perro y El fondo del vaso, que suponen sendas reflexiones sobre la dictadura desde una perspectiva bastante original. ?En realidad, no tengo ning¨²n m¨¦todo creativo especial. Cada obra que intento es simplemente un proyecto que se va desarrollando desde dentro y que puede dar poco o mucho de s¨ª. Su extensi¨®n y forma no responden por ello a una idea preconcebida, si no a las exigencias de la propia narraci¨®n: puede crecer hasta convertirse en una novela o, por el contrario, quedarse reducida a un solo p¨¢rrafo. La verdad es qu¨¦ nunca he sido un escritor profesional, no he vivido de la pluma, sino de otros oficios y menesteres, sobre todo el de profesor.?
En la actualidad, Francisco Ayala trabaja, sin prisas y sin perjuicio de otras actividades literarias, en la preparaci¨®n de una especie de memorias en las que intentar¨¢ reflejar su afirmaci¨®n de que ?los aciertos o los errores en mi producci¨®n literaria son ¨²nicamente imputables a mi capacidad, nunca a ning¨²n tipo de circunstancias externas?.
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