Reabierta la Sala Cadarso.

El incidente -el terrible susto- del cierre de la Sala Cadarso ha sido saldado, por ahora, con una ben¨¦vola interpretaci¨®n administrativa de la situaci¨®n legal del local. La cosa es as¨ª: la Sala Cadarso hace teatro y no re¨²ne las condiciones exigidas por la vetusta ley de Polic¨ªa de Espect¨¢culos. Pero, al mismo tiempo, la Sala Cadarso, indiferente a los beneficios comerciales del mundo del espectaculo, est¨¢ comparada por la ley que regula el derecho de reuni¨®n, ley menos vetusta, como que cuenta con nueve meses de vida.Para la an¨¦cdota y la peque?a historia conviene saber que la sala fue denunciada por una empresa comercial de teatro que quiso liquidar a este humilde y sencillo competidor. La Direcci¨®n General de Teatro intervino, a favor de la sala y ¨¦sta, por ahora, ha vuelto a abrir.

Estos hechos deben servir para una recorisideraci¨®ri de la vieja ley Una ley altamente cautelar, asustada por los peligros de la aglomeraci¨®n con singular ¨¦nfasis en el miedo al fuego, bien intencionada, pero tan antigua y desfasada que necesitaser sustituida cuanto antes. Precisamente nuestro tiempo e aracieriza por una ruptura completa de la vieja imagen del local teatral. Hoy no s¨®lo es posible, sino deseableque los espacios esc¨¦nicos sean absolutam¨¦nte libres. Teatro se puede hacer, literalmente, en cualquier lugar. No existe ning¨²n problem¨¢ t¨¦cnico que lo impida.