M¨¢s pol¨ªticos sobornados por la CIA

(Viene de la primera p¨¢g. )

Adem¨¢s, el diario neoyorquino cita a otros l¨ªderes, de los que dice que recibieron pagos en met¨¢lico de la CIA antes de ocupar la presidencia de su pa¨ªs, como es el caso de Luis Echeverr¨ªa, en sus tiempos de ministro del Interior de M¨¦xico; o de Carlos Andr¨¦s P¨¦rez, cuando era ministro del Interior de Venezuela. Por ¨²ltimo, el Times cita los nombres de Phao Sriyanond, cuando era jefe de polic¨ªa en Tailandia, y de Hol den Roberto, el dirigente del FNLA angole?o.

Los pagos recibidos oscilan entre los 10.000 d¨®lares anuales, que, desde 1961 hasta el final de la guerra de Angola, estuvo recibiendo Holden Roberto, a cambio de informes, seg¨²n el Times, hasta el mill¨®n de d¨®lares al a?o que percib¨ªa el arzobispo Makarios en los ¨²ltimos anos sesenta, seg¨²n el Post.

Varios de estos nombres de pol¨ªticos extranjeros que recib¨ªan. fondos secretos de la CIA se inclu¨ªan en el libro de Marchetti y Marks La CIA y el culto del espionaje, pero fueron censurados antes de la publicaci¨®n del libro, por orden de un juez federal y tras la denuncia de la CIA, que arguy¨® que la revelaci¨®n de dichos pagos perjudicar¨ªa a los intereses de la seguridad nacional. Estas nuevas revelaciones sobre las actividades ilegales del espionaje norteamericano no han sido objeto de comentario oficial, y se espera que, como en el caso de Hussein, la Casa Blanca y el departamento de Estado se limiten a responder ?no comment?, a la vez que a reiterar su prop¨®sito de reformar a fondo las agencias de espionaje.

Dada la estrat¨¦gica posici¨®n de Jordania y los actuales esfuerzos mediadores de Cyrus Vance en el Oriente Pr¨®ximo, las acusaciones contra Hussein han sido las que mayor repercusi¨®n han tenido en los c¨ªrculos c¨ªrculos pol¨ªticos de Washington. Y la tesis que mayor aceptaci¨®n tiene es que Carter no pudo confirmar la existencia de los pagos secretos para no crear una situaci¨®n dif¨ªcil al monarca jordano, pero que tampoco pudo desmentir algo que podr¨ªa ser confirmado por otras fuentes, como han hecho ya los diarios The New York Times y The Washington Star.

Pr¨¢ctica usual

El Tines afirma, incluso, que el padre de Hussein, el rey Abdullah, recib¨ªa pagos clandestinos de Gran Breta?a en los a?os veinte y que los ingleses pagaron tambi¨¦n al actual monarca hachemita, hasta que la CIA ?tom¨® el relevo?, al convertirse en la mayor organizaci¨®n del espionaje occidental en el Oriente Pr¨®ximo.

La pol¨ªtica de la Administraci¨®n Carter, se asegura, ser¨¢ la de moverse con extrema cautela en estos asuntos, procurar que las cosas se. olviden cuanto antes y dejar bien claro que el nuevo presidente no conoc¨ªa la existencia de los pagos ?legales, que se apresur¨® a suspenderlos cuando se enter¨®, y que se ocupar¨¢ en el futuro (le controlar los abusos del espionaje.

Entre los especialistas en ternas de inteligencia, las revelaciones no han sorprendido especialmente. Uno de ellos manifest¨® que el pago a pol¨ªticos extranjeros es ?tan viejo como el espionaje mismo?, y Ray Cline, antiguo subdirector de la CIA, dijo que era ?hip¨®crita o ingenuo ? el criticar el hecho de que Estados Unidos hubiera facilitado ?asistencia financiera? a l¨ªderes pol¨ªticos de pa¨ªses amigos, quienes, como contrapartida, proporcionaron informaci¨®n que afecta tanto a la seguridad de Norteam¨¦rica como a la de aquellos pa¨ªses.

El caso Hussein

La inc¨®gnita principal del Caso Hussein sigue siendo, sin embargo, el porqu¨¦ se eligi¨® precisamente este momento para revelar su vinculaci¨®n con la CIA, y qui¨¦n se beneficia de ello. Algunos se?alan hacia Israel y sus servicios secretos, que ver¨ªan as¨ª alejarse la posibilidad de una confederaci¨®n palestino-jordana y, por tanto, la de un futuro Estado palestino en la zona. Para otros, no tendr¨ªa sentido perjudicar a Hussein, que es un fiel aliado de Norteam¨¦rica y el menos enemigo de Israel, y que ver¨¢ in, dudablemente disminuido su prestigio.

Pero, mientras tanto, se ha abierto la puerta de las tempestades y nadie sabe cu¨¢ndo volver¨¢ a cerrarse si, como se asegura en los medios period¨ªsticos, las revelaciones continuaran en los pr¨®ximos d¨ªas.