Diezmos y primicias
La corrupci¨®n. Lo que vende hoy en periodismo, es la denuncia de la corrupci¨®n, despu¨¦s de muchos a?os en que hemos vivido el capitalismo del silencio. Hay ya una prensa que se dedica casi exclusivamente a denunciar la corrupci¨®n, los telares metaf¨ªsicos y econ¨®micos de una clase. Y, dentro de esta amena informaci¨®n, anda ahora por ah¨ª lo que tributan a Hacienda, de diezmos y primicias, algunos ricos nacionales.-?Por qu¨¦ cree usted que declaran cifras tan bajas?- me dice el quiosquero.
-Hombre, yo creo que por modestia. Tenga usted en cuenta que el rico espa?ol es un rico evang¨¦lico que est¨¢ decidido a pasar por el ojo de la aguja, seg¨²n le pide el Evangelio en una especie de ejercicio circense.
Lo tengo escrito alguna vez: lo que m¨¢s me gusta del Evangelio es esa par.te demag¨®gica en que compara al rico con un camello y encima le hace pasar por el ojo de una aguja, para llegar al reino de los cielos. Bueno, pues para pasar por el Ojo de la aguja fiscal, se hacen como uno de estos peque?uelos y declaran cifras de renta. irrisorias. Pura modestia.
-Claro, con todos sus millones no cabr¨ªan por el ojo de la aguja dice el parado.
El ojo de aguja que tienen que pasar hoy los ricos nacionales, con todas sus talegas de billetes, es la aduana, camino de Suiza. La mayor¨ªa son lobos con piel de camello. En esto que Pitita me manda una carta por un criado negro. Me pongo a contestar a Pitita como Rilke contestaba a la duquesa o marquesa de Turri y Taxis, pero el abrecoches vuelve al tema:
-Yo creo que vamos seguir gobernados por ricos.
El abrecoches viene hoy vestido de abrigo loden, verde, porque todo el mundo se est¨¢ deshaciendo de sus loden, que dice que son sospechosos, y le han dado uno.
-Pues claro, hombre. La democracia que viene es una denlocracia de ricos.
Pero de ricos modernos que se llevan bien con la URSS. Juan Garrigues ha sido el pionero del entendimiento sentimental con Rusia por parte del nacional liberalismo. Carmen Garrigues, por c¨®mo la vi la ¨²ltima vez, ha debido ya tener el ni?o que le tocaba tener. A lo mejor viene Breznev de padrino, digo yo.
-Los ricos, antes, te daban latigazos y sopa. Ahora te dan democracia y televisor- insiste el abrecoches, en una desus m¨¢s brillantes s¨ªntesis hist¨®ricas.
-Bueno, a usted, adem¨¢s, le han dado un loden.
Pero en la manga del loden s pone un brazalete con los colores de la ikurri?a, por si acaso.
-Es que las declaraciones de beneficios son una risa. En. Sevilla est¨¢n levantiscos con un rico que ha declarado, cierta humilde cantidad- me informa.
Modestia, ya digo. Pura modestia. Se hacen fundaciones culturales y empresas ruinosas para enmascarar beneficios. El rico espa?ol es el m¨¢s listo del mundo, porque es el ¨²nico que ha conseguido pasar el camello de sus riquezas, por el ojo de la aguja fiscal. Un rico le cont¨® a un ministro de Hacienda, a bordo de su yate, que hab¨ªa matriculado dicho yate en Am¨¦rica para burlar al fisco.Adem¨¢s de inmoral, insolente. Al d¨ªa siguiente le incautaron el yate, porque el se?or ministro lo hab¨ªa, o¨ªdo todo, aunque parec¨ªa que estaba escuchando las olas del mar y el canto de las sirenas.
El rico espa?ol, que sueleser paleocristiano, siempre es partidario. de dar a Dios lo que es de Dios, y al C¨¦sar lo que es del C¨¦sar. Pero al inspector de Hacienda, ni un duro. Y es que en el Evangelio no dice nada del inspector de Hacienda.
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