Contin¨²a el mot¨ªn de presos comunes en el Hospital Penitenciano de Carabanchel
Unos cuarenta reclusos, que se encontraban hospitalizados a causa de haberse cortado las venas y de producirse otras lesiones, ocuparon durante todo el d¨ªa de ayer la terraza del hospital penitenciario de Carabanchel. Como en d¨ªas anteriores, no fueron permitidas las visitas y se increment¨® notablemente la vigilancia policial en evitaci¨®n de que el mot¨ªn alcance otras galer¨ªas de la prisi¨®n provincial. A estos hechos se sum¨® la fuga de un recluso trasladado al Gran Hospital por tragarse el pomo de un grifo durante los incidentes.
Entre 35 y cuarenta presos comunes ocuparon durante el d¨ªa de ayer la terraza del hospital penitenciario, como continuaci¨®n de la protesta iniciada el pasado domingo en la prisi¨®n provincial de Carabanchel ante el traslado de m¨¢s de cincuenta reclusos el s¨¢bado a los penales de Oca?a y Zamora.Los reclusos, que al parecer subieron a la terraza durante la noche del lunes, mostraron en diversas ocasiones los vendajes de las heridas, producidas por ellos mismos en brazos, est¨®mago y diversas partes del cuerpo, como repulsa ?por los malos tratos a que fuimos sometidos? seg¨²n manifest¨® mediante un escrito lanzado desde la terraza uno de los presos comunes.
En la citada nota, escrita en un envoltorio de chocolate, se explicaba c¨®mo ?fueron trasladados nuestros compa?eros a los penales de Oca?a y Zamora, casi la mayor¨ªa de ellos sacados de las celdas a golpes de porras, esposados y con esparadrapo en la boca?. Aunque esta versi¨®n no ha sido hasta el momento confirmada, se sabe que durante el s¨¢bado se produjeron incidentes en el interior de la prisi¨®n que fueron cortados por la polic¨ªa con dureza, incluso hasta para los familiares que intentaron visitar a algunos de los recluidos. Como consecuencia de esta dureza dos personas, al menos, fueron atendidas por el m¨¦dico de guardia de la Casa de Socorro de Carabanchel, de lesiones leves en diversas partes de la cabeza.
Visita de las madres a Su¨¢rez
La Asociaci¨®n de Presos, ex Presos, Familiares y Amigos de Madrid, manifest¨® durante la tarde de ayer a EL PAIS que varias madres de los comunes que protestan intentaron ver al presidente del Gobierno, Adolfo Su¨¢rez. Ante la imposibilidad de poder recibirles, los familiares fueron recibidos por el jefe de protocolo, que manifest¨® no haber recibido el telegrama enviado anteayer al palacio de la Moncloa. Ante los hechos relatados por las madres de los presos, se les comunic¨® que recibir¨ªan contestaci¨®n sobre las peticiones realizadas, en breve plazo.?Estamos preocupadas porque la polic¨ªa suba a desalojarlos, tal como nos ha dicho un oficial de los antidisturbios, esta ma?ana. Los muchachos nos gritaron que en caso de que subieran los polic¨ªas, ser¨ªan capaces de matarse?, manifest¨® una de las madres de los presos tras permanecer toda la ma?ana, a la espera de poder entrar en la prisi¨®n.
Tanto los familiares como los vecinos del centro pudieron observar las distintas pancartas en las que solicita ?Amnist¨ªa to tal, COPEL (Comisi¨®n Organizadora de Presos Espa?oles en Lucha)? ?Solidaridad con su asociaci¨®n?, ?SOS, prensa?, ?Queremos una democracia libre y no con cadenas, queremos justicia con igualdad y no ser m¨¢s apaleados, COPEL?, ?Nos solidarizamos con nuestros familiares y con la Asociaci¨®n de Presos y ex Presos?. Algunos de los presentes pudieron asimismo hablar a gritos con los reclusos, en momentos en que las numerosas fuerzas antidisturbios, que patrullaban en jeeps, a caballo y con helic¨®pteros, disminu¨ªan la vigilancia.
Sobre las una y media de la tarde dos grupos de estas fuerzas penetraron en el interior del recinto penitenciario, aunque no intentaron desalojar la terraza ocupada.
Peticiones de los presos
A las demandas explicadas en el escrito entregado a EL PAIS y redactado por uno de los reclusos que ocupan la terraza, que se centraban en ?que desaparezcan los malos tratos de los que somos objeto por parte de los funcionarios de prisiones, que venga el juez de guardia a tomarnos declaraci¨®n y que todos los compa?eros que han sido secuestrados a los penales sean devueltos a la, provincial que es donde deben estar?, se sumaron los puntos que constituyen los fines de la COPEL y de una asociaci¨®n de reclusos, desconocida en medios oficiales, y que demancta: la defensa de los derechos de los reclusos, ante la Administraci¨®n de Justicia y Administraci¨®n Penitenciaria, planteamiento.de los numerosos y graves problemas que afectan a la poblaci¨®n reclusa, consecuci¨®n de mejoras en el r¨¦gimen de vida en las prisiones, lograr la unidad y solidaridad de todos los reclusos del pa¨ªs, con el objetivo fundamental de conseguir nuestra verdadera rehabilitaci¨®n y reinserci¨®n en la sociedad y elaboraci¨®n y difusi¨®n del manifiesto que condensa las justas y razonadas reivindicaciones de los reclusos. Por ¨²ltimo, los citados fines entregados por los reclusos a la agencia Europa Press se completan con el llamamiento hecho a todos los reclusos del Estado espa?ol para que se sumen a la iniciativa tomada por los de Carabanchel.
Fuga de un preso com¨²n
Diego Arrabal, de 31 a?os, ¨²nico de los reclusos que a ra¨ªz de las alteraciones fue trasladado anteayer al Gran Hospital, sito en Diego de Le¨®n, se escap¨® durante la madrugada de ayer sin que nadie advirtiese la huida.Seg¨²n infbrinaron los familiares del recluso, el traslado se realiz¨® minutos despu¨¦s de que el recluido se hubiera tragado el pomo de un grifo. Como informaba ayer EL PAIS, Diego Arrabal fue internado en el centro hospitalario y en una de las dependencias de la planta s¨¦ptima. Su acci¨®n, que fue calificada de grave, no le impidi¨®, sin embargo, huir de su habitaci¨®n, a pesar de la vigilancia policial, sobre las dos de la madrugada, posiblemente a trav¨¦s de la raihpa de coches y tras saltar la verja existente alrededor del edificio.
Seg¨²n fuentes policiales el fugado ten¨ªa antecedentes por hurto, robo, tr¨¢fico de estupefacientes y otros delitos, estaba considerado como maleante habitual y su actual reclusi¨®n hab¨ªa comenzado, al parecer, en 1974.
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