Perdi¨® el conde

El automovilismo se ha convertido en el tercer deporte que tiene presidente despu¨¦s de una votaci¨®n. En otros anteriores, el candidato ¨²nico hizo in¨²til el acto. El deporte de las cuatro ruedas sigue as¨ª al ciclismo y al balonmano, aunque con una diferencia fundamental respecto a ambos: por primera vez en el proceso de democratizaci¨®n iniciado hace unos meses el nuevo presidente no ocupaba el cargo antes del proceso electoral.Del conde de Villapadierna, con bastante tiempo de mando, se ha pasado al pr¨ªncipe de Baviera, vocal en la anteriorjunta directiva. El automovilismo espa?ol, pues, ha ascendido en la escala nobiliaria. Es muy sintom¨¢tico, como tambi¨¦n lo es el elevado n¨²mero de abstenciones registrado. En la complicada y m¨ªriuc¨ªosa lista de votantes, un 39,7 % no quer¨ªa a ninguno de los dos candidatos. Es l¨®gico. A fin de cuentas ambos han trabajado hasta ahora en equipo y dif¨ªcilmente variar¨¢n los esquemas clasistas y prohibitivos de un deporte caro a m¨¢s no poder.

Lo que ha quedado claro, nuevamente es que el deporte espa?ol, hasta democr¨¢ticamente, elige a los mandatarios seg¨²n sus influencias. Tantos amigos tienes para conseguir el m¨¢ximo presupuesto de la DND, tanto vales. El caso reciente del balonmano con S¨¢nchez Laulh¨¦ y L¨®pez Rincondo, tambi¨¦n ha sido evidente. Las influencias pueden a las ideas y al trabajo. As¨ª le va al deporte espa?ol.

En el caso del conde y el pr¨ªncipe no ha existido ese problema. Los dos tienen amigos. La ¨²nica salida para un tercio largo del censo electoral era la abstenci¨®n.