El PSOE y Catalu?a
Es indudable que una de las cuestiones pol¨ªticas que m¨¢s preocupan en estos momentos en Catalu?a es la de la unificaci¨®n de los socialistas catalanes en un gran partido socialista catal¨¢n. Hay que recordar que en Catalu?a, hasta la guerra de 1936, no existi¨® un gran y ¨²nico partido socialista. Esta era precisamente una de las caracter¨ªsticas de la vida pol¨ªtica catalana que la diferenciaba de la del resto del Estado espa?ol, donde exist¨ªa un partido socialista poderoso: el PSOE. En Catalu?a, por el contrario, s¨®lo exist¨ªa un partido socialista minoritario, la Uni¨® Socialista de Catalunya, fundado en 1923, y una Federaci¨®n Catalana del PSOE, mucho m¨¢s minoritaria a¨²n.Los resultados electorales nos ayudar¨¢n a constatar estos hechos.
JOSEP BENET
Int¨¦rprete: Zoltan Kocsis (piano). Ciclo grandes int¨¦rpretes. Teatro de la Zarzuela. D¨ªa 23.
En las Cortes Constituyentes de la Rep¨²blica de 1931, de los, 49 diputados elegidos por Catalu?a s¨®lo uno pertenec¨ªa al PSOE. En las elecciones de noviembre de 1932, para el primer Parlamento de la Catalu?a aut¨®noma fueron elegidos cinco diputados de la Uni¨® Socialista de Catalunya y ninguno del PSOE. Por tanto, el PSOE no tuvo representaci¨®n alguna en el Parlamento catal¨¢n. En estas elecciones, el PSOE no se present¨® en la circunscripci¨®n de Barcelona-ciudad, y en la de Barcelona-provincia, donde se present¨®, su primer candidato s¨®lo obtuvo 2.121 votos, frente a los 78.814 que consigui¨® el primer diputado elegido por mayor¨ªas y los 44.780 del primero elegido por minor¨ªas. En la provincia de Gerona tampoco se present¨®. En la de L¨¦rida, el primer nombre de su candidatura s¨®lo obtuvo 408 votos, frente a los 32.785 que consigui¨® el primer candidato elegido por mayor¨ªas y los 24.118 del primero elegido por minor¨ªas. En la provincia de Tarragona, el PSOE se present¨® en curiosa coalici¨®n con el Partit Catalanista Republic¨¢ (Acci¨® Catalana Republicana) y los republicanos federales, consiguiendo en esta coalici¨®n 18.984 votos, frente a los 25.474 que obtuvo. el primer elegido por mayor¨ªas y los 23.009 del primero elegido por minor¨ªas. En las Cortes de la Rep¨²blica, elegidas en noviembre de 1933, el PSOE s¨®lo present¨® candidatura en la provincia de Tarragona, en coalici¨®n con Esquerra Republicana de Catalunya, el partido mayoritario catal¨¢n de la ¨¦poca, y consigui¨® as¨ª la elecci¨®n de un diputado. Fue el ¨²nico diputado del PSOE, elegido en Catalu?a, que hubo en aquellas Cortes del bienio negro. Finalmente, en las elecciones del 16 de febrero de 19.36, de los 41 diputados que salieron elegidos por el Frente Popular en Catalu?a, cuatro pertenec¨ªan a la Uni¨® Socialista de Catalunya y pno solo al PSOE.
Esta fue la realidad hasta el 19 de julio de 1936. Inmediatamente despu¨¦s de esta fecha, el PSOE desapareci¨® de Catalu?a, al unificarse voluntariamente la Federaci¨®n Catalana del PSOE con otros tres partidos catalanes (el Partit Comunista de Catalunya, el Partit Catal¨¢ Proletari y la Uni¨® Socialista de Catalunya) en el Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC). Durante toda la guerra, por tanto, no existi¨® el PSOE en Catalu?a.
Esta es la realidad indiscutible hasta 1939.
En la inmediata posguerra, en el 1945, se fund¨® clandestinamente el Moviment Socialista de Catalunya, que se extendi¨® por el interior del Principado y por el exilio, en Europa y Am¨¦rica. Este partido particip¨® activamente en la vida de la clandestinidad y sufri¨®, naturalmente, los rigores de la represi¨®n. En la d¨¦cada de los sesenta este partido se escindi¨® y dio paso a Convergencia Socialista de Catalunya y al Reagrupament Socialista i Democr¨¢tic de Catalunya, partidos que despu¨¦s de sufrir modificaciones y ampliaciones, por la entrada de otros grupos socialistas, se han transformado en el Partit Socialista de Catalunya (Congr¨¦s), cuyo l¨ªder m¨¢s conocido es Joan Revent¨®s, y en el Partit Socialista de Catalunya (Reagrupament), cuyo l¨ªder m¨¢s conocido era el difunto Josep Pallach. Mientras existen, pues, unos partidos socialistas catalanes cuyo origen se encuentra m¨¢s de treinta a?os atr¨¢s, el PSOE en Catalu?a reapareci¨® t¨ªmidamente en la vida pol¨ªtica catalana en la d¨¦cada de los sesenta.
Esta es la realidad indiscutible hasta 1977.
En Catalu?a, pues, el PSOE nunca ha sido un gran partido y s¨®lo han existido en ella peque?os n¨²cleos de su Federaci¨®n Catalana en algunos puntos de la geograf¨ªa catalana. No existe, por tanto, en Catalu?a una ?tradici¨®n PSOE?, ni una historia de unas siglas, casi centenarias, que est¨¦ cargada de. acontecimientos, que justifiquen para el PSOE una pretensi¨®n de protagonismo en la pol¨ªtica socialista catalana de hoy.
Teniendo en cuenta todo esto, se puede afirmar que el secretario general del PSOE no ha estado acertado en sus. declaraciones, recogidas en EL PAIS del pasado d¨ªa 15, en las que afirma que la unificaci¨®n socialista, en Catalu?a, ?implica que la Federaci¨®n Catalana del PSOE quede subsumida en el Partit Socialista de Catalunya, y ¨¦ste, a su vez, se subsumir¨¢ en la organizaci¨®n federal de los socialistas a nivel de todo el Estado espa?ol?. Lo que equivale a pretender que el Partit Socialista de Catalunya desaparezca como partido independiente y que se convierta en simple Federaci¨®n Catalana del PSOE. Creo que pretender tal cosa s¨®lo se puede hacer si se desconoce la historia del socialismo en Catalu?a, la actual correlaci¨®n de fuerzas entre los diversos partidos socialistas catalanes y, adem¨¢s, se ignora el hecho de que el pueblo catal¨¢n rechaza los sucursalismos pol¨ªticos. Con sinceridad debo decir que la proposici¨®n de Felipe Gonz¨¢lez no me ha parecido seria. Y es natural que huya producido indignaci¨®n en Catalu?a.
Digo que en Catalu?a no se admiten los sucursalismos en pol¨ªtica. Puede gustar o no, pero as¨ª es. Tampoco se admit¨ªan antes de 1936. Y el PSOE pudo comprobarlo con su historia. Por esto es l¨¢stima que el PSOE se empe?e hoy en mantener el suyo, cuando pr¨¢cticamente todos los partidos que act¨²an a nivel de todo el Estado han renunciado, en la pr¨¢ctica, a fomentarlos en Catalu?a. Todos, de hecho, prefleren mantener relaciones fraternales con el partido hom¨®logo catal¨¢n a imponer una sucursal.
La Federaci¨®n Catalana del PSOE es hoy, como lo fue ayer, un partido peque?o. Claro que la direcci¨®n actual del PSOE puede aspirar a convertirlo en un gran partido, con la esperanza de que supere el Partit Socialista de Catalunya, de Joan Revent¨®s. Pero esta aspiraci¨®n s¨®lo puede llegar a convertirla en realidad si se deja caer en la tentaci¨®n -porque tentaci¨®n existe- de crear un partido con base casi exclusiva en la inmigraci¨®n obrera castellano-parlante. Es decir, haciendo lerrouxismo, intentando separar las comunidades que forman el pueblo catal¨¢n. Cosa que es to talmente impropia de un partido obrero y marxista. Si esto hiciera, quiz¨¢ s¨ª que conseguir¨ªa unos ¨¦xitos electorales en las primeras elecciones que se celebren. Pero tambi¨¦n conseguir¨ªa la enemistad m¨¢s profunda de una gran parte del pueblo catal¨¢n. Yo que conozco a algunos de los dirigentes del PSOE, de los que me considero buen amigo, no puedo creer que el viejo partido obrero siga por este camino. En Catalu?a, pues, la unificaci¨®n socialista debe hacerse en un gran Partit Socialista de Catalunya, en el que quede subsumida la Federaci¨®n Catalana del PSOE. El problema de la unificaci¨®n del socialismo en Catalunya y, por tanto, la presencia del PSOE en el Principado y el papel que puede -y debe- jugar en dicha unificaci¨®n, hay que afrontarlo, pues, teniendo muy en cuenta la historia y la realidad del socialismo catal¨¢n que he descrito, tan distinta de la del resto del Estado. Una realidad que no se encuentra en las otras nacionalidades de Euzkadi y Galicia. El caso catal¨¢n en el campo del socialismo es ¨²nico. Y como ¨²nico debe ser tratado. Puede ser para el PSOE la excepci¨®n que confirma la regla.
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