Amagar y no dar
EL ANUNCIO de la inminente ampliaci¨®n de la amnist¨ªa y la restauraci¨®n de las juntas generales de Guip¨²zcoa y Vizcaya son los principales acuerdos de orden pol¨ªtico tomados por el Consejo de Ministros en su sesi¨®n del viernes. Aunque tienen m¨¢s sustancia concreta las medidas de car¨¢cter laboral aprobadas en esa misma reuni¨®n, el clima de tensi¨®n que comienza a apoderarse de la vida pol¨ªtica del pa¨ªs confiere una mayor urgencia al an¨¢lisis del gesto del Gobierno.En efecto, se dir¨ªa que esas resoluciones, adoptadas tras una larga sesi¨®n, est¨¢n destinadas, sobre todo, a recuperar algunas porciones de la credibilidad y la confianza perdidas por el Gabinete Su¨¢rez en las ¨²ltimas semanas o, al menos, a no aumentar la desesperanza ante la brusca detenci¨®n del proceso democratizador.
Basta con apuntar algunos de los hechos negativos producidos en las ¨²ltimas semanas. Aunque los se?ores Oriol y Villa-escusa fueron liberados y los GRAPO han sido oficialmente desarticulados, quedan demasiados. cabos sueltos en la explicaci¨®n oficial de los hechos. Seguimos noticia sobre los responsables de la b¨¢rbara matanza de Atocha. Los poderes extraordinarios no siempre han sido utilizados dentro de los l¨ªmites establecidos por el propio decreto de suspensi¨®n de garant¨ªas; y ¨¦ste ha sido prorrogado con argumentos poco convincentes. El Gobierno no ha legalizado a una serie de partidos y ha remitido al Tribunal Supremo la documentaci¨®n de siete de ellos para que una sala de lo ?contencioso-administrativo? se pronuncie sobre su presunta ?ilicitud penal?. En cambio, en una imprevista maniobra, el Ministerio de la Gobernaci¨®n ha reconocido con el mismo nombre que el PSOE a una fracci¨®n disidente del mismo; con el agravante de que los medios de comunicaci¨®n bajo su control, especialmente la Televisi¨®n, han tratado de desorientar a la opini¨®n, disfrazando el problema. De la noche a la ma?ana, un grupo de funcionarios vinculados al presidente del Gobierno y al ministro de la Gobernaci¨®n hacen su irrupci¨®n en la escena pol¨ªtica con la creaci¨®n de un partido de estramb¨®tica orientaci¨®n socialdem¨®crata. Los partidos de izquierda encuentran graves y, a veces, insuperables dificultades para celebrar actos p¨²blicos o repartir su propaganda. A menos de tres meses de la fecha insinuada por el propio Gobierno para la celebraci¨®n de las elecciones generales, nada se sabe de la ley Electoral, ni de las incompatibilidades para ser candidato, ni de las garant¨ªas de control del escrutinio, ni de la forma de hacer compatible la r¨ªgida ley de Reuni¨®n con la campa?a electoral, ni del. desmontaje o neutralizaci¨®n del aparato del Movimiento, ni de los procedimientos ideados para que la Televisi¨®n, la Radio y la cadena de la Prensa del Movimiento no puedan influir decisivamente en el resultado de las elecciones.
Y luego queda el problema seguramente m¨¢s grave y de soluci¨®n m¨¢s urgente de la transici¨®n a la democracia: la cuesti¨®n vasca. Al menos esta semana, el Gobierno no ha estado en condiciones de proseguir con medidas resolutorias la inteligente pol¨ªtica que inici¨® con la autorizaci¨®n de la ?Ikurri?a..? Se ha limitado a amagar y no dar. Aunque el gesto sea audaz,seg¨²n el rasero del posfranquismo, la restauraci¨®n de las Juntas Generales de Guip¨²zcoa y Vizcaya no significa un gran salto hacia la negociaci¨®n del r¨¦gimen de autonom¨ªa para el Pa¨ªs Vasco (y no s¨®lo para dos de sus provincias). En cuanto a la amnist¨ªa, cabe esperar que la instrumentaci¨®n de las bases para complementar las medidas de gracia produzca como resultado la liberaci¨®n de los presos pol¨ªticos encarcelados antes de la promulgaci¨®n de la ley de Reforma, tal y como el presidente Su¨¢rez prometi¨® a los representantes de la comisi¨®n de los nueve.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Extrema derecha
- Amnist¨ªa 1977
- Matanza de Atocha
- Gobierno predemocr¨¢tico
- UCD
- Pol¨ªtica nacional
- Consejo de Ministros
- Relaciones Gobierno central
- Orden p¨²blico
- Presidencia Gobierno
- Amnist¨ªa
- Seguridad ciudadana
- Transici¨®n espa?ola
- Gobierno de Espa?a
- Transici¨®n democr¨¢tica
- Pa¨ªs Vasco
- Beneficios penitenciarios
- Atentados terroristas
- Ultraderecha
- Madrid
- Historia contempor¨¢nea
- Ideolog¨ªas
- Conflictos pol¨ªticos
- Pol¨ªtica auton¨®mica