La cultura y los comportamientos cotidianos, a revisi¨®n
La Sociedad de Estudios Internacionales de la Democracia Espa?ola (SEIDE) ha aparecido en la vida p¨²blica madrile?a esta semana presentando dos ciclos de conferencias de car¨¢cter distinto y anunciando otro tipo de actividades en el teatro Monumental.El primer ciclo de conferencias ya iniciadas en el Colegio Mayor Chaminade lleva como t¨ªtulo general Democracia y sociedad, y desarrolla a lo largo de diez debates p¨²blicos una compleja y rica problem¨¢tica que pr¨¢cticamente abarca a todos los sectores sociales. El segundo ciclo, a celebrar a partir del d¨ªa 25 en la Uni¨®n Mercantil e Industrial sobre Espa?a y su contexto internacional prev¨¦ dar la oportunidad a todas las grandes familias pol¨ªticas del Estado espa?ol, para que presenten sus puntos de vista respecto de la problem¨¢tica de las relaciones internacionales de Espa?a.
En el primer debate, bajo el t¨ªtulo Democratizaci¨®n de la cultura, intervinieron el profesor Jos¨¦ Luis Aranguren y el profesor Jordi Maragall, as¨ª como el animador de SEIDE, Jos¨¦ Vidal Beneyto, quien present¨® la sociedad, las razones de su constituci¨®n y los objetivos y metas que persegu¨ªa.
El profesor Aranguren se refiri¨® a tres n¨²cleos fundamentales de la democratizaci¨®n de la cultura. En el primero dise?¨® un concepto de cultura en relaci¨®n opositiva con la naturaleza, se?alando que su elemento esencial consistir¨ªa en crear un mismo nivel de modos de relaciones entre las personas y entre los grupos, al mismo tiempo que el de relacionarse con la naturaleza en una forma de dominaci¨®n que no fuera destructora. En segundo lugar aludi¨® a la democratizaci¨®n de la cultura como al ¨¢mbito en el que puede producirse una participaci¨®n de todos, que no se dispense desde arriba a abajo, es decir, en la que se suprima el verticalismo en la medida en que la cultura sea el producto directo y no por medio de representaci¨®n ninguna de cada uno de los miembros de la colectividad. Como tercer momento se?al¨® que la dimensi¨®n funda mental de la democracia en la cultura es su proyecto de cuestionarse perpetuamente sobre los valores, es decir, de intervenir cr¨ªticamente en la creaci¨®n y en la difusi¨®n de valores.
El profesor Jordi Maragall por su parte, traz¨® un bosquejo hist¨®rico de la cultura democr¨¢tica en Catalu?a. Hizo una exposici¨®n detallada del papel fundamental que hab¨ªa tenido en Catalu?a la Universidad Aut¨®noma de Barcelona e insisti¨® en que todas las entidades culturales especificamente catalanas hab¨ªan tenido un arraigo muy directamente popular. Este car¨¢cter popular de la cultura catalana, y la indisolubilidad de lo democr¨¢tico, lo popular y lo cultural en Catalu?a, vienen representados, para el profesor Jordi Maragall, en dos rasgos fundamentales de la cultura catalana ¨²ltima;, la atenci¨®n prestada a los niveles de ense?anza primaria (en este sentido se refiri¨® a la escuela Rosa Sensat), y la funci¨®n de la Nova Canc¨®.
El segundo debate de SEIDE, celebrado tambi¨¦n en el Colegio Mayor Chaminade, vers¨® sobre el tema La modernizaci¨®n de los comportamientos cotidianos, y en ¨¦l intervinieron Luis Carandell, Lourdes Ortiz y Alberto Moncada. Resumiendo las intervenciones de los tres conferenciantes, puede decirse que una hip¨®tesis muy com¨²n entre los soci¨®logos de la modernizaci¨®n es que el comportamiento cotidiano en los pa¨ªses industriales, a excepci¨®n de China continental, contiene pautas bastante comunes y refractarias al control p¨²blico. A t¨ªtulo de ejemplo se refirieron a cuatro comportamientos de alguna manera mod¨¦licos.
En primer lugar afirmaron que la separaci¨®n entre actividad profesional, o aportaci¨®n al quehacer colectivo, y la vida privada es un rasgo distintivo. Salvo escasas profesiones o dedicaciones muy gratificantes, los trabajadores de cualquier tipo tienden a aceptar un creciente control sobre la primera faceta a cambio de una mayor libertad en la segunda. En segundo lugar, la sustituci¨®n de ritos y mitos de legitimaci¨®n global del comportamiento por diferentes racionalidades y reglas ad hoc. En tercer lugar, el uso creciente del dinero como valor de cambio universal, que permite la ruptura de antiguas barreras al acceso indiscriminado de bienes, servicios y satisfacciones y, en consecuencia, la creciente monetarizaci¨®n y cosificaci¨®n de los intercambios sociales. Y en cuarto lugar, la desestabilizaci¨®n de los comportamientos hacia lazos y pactos de m¨¢s variedad y menos repetici¨®n, de m¨¢s novedad y menos conformismo en un despliegue lineal hacia pautas culturales de nuevo cu?o.
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