El discurso teatral del grupo 'Mediod¨ªa", de Sevilla
El primer trabajo que realiz¨® el Teatro del Mediod¨ªa, de Sevilla, llevaba por t¨ªtulo Farsantes y flguras de una comedia mimicipal. El que ahora acaban de presentar en Madrid, fugazmente, Los mercaderes de ciudades. El primero se construy¨® a partir de entremeses de Cervantes, Qui?ones de Benavente y Rojas. El segundo es un texto del Teatro Aquarium, establecido por Jacques Nichet. En ambos casos, Antonio Andr¨¦s realiz¨® el trabajo de dramaturgia. El primero fue un buen trabajo, el segundo es un trabajo espl¨¦ndido.
La mayor parte de los actuales componentes del Teatro del Mediod¨ªa formaron antes en Esperpento. Desde entonces, final de los a?os sesenta, y de forma m¨¢s acusada en los ¨²ltimos tiempos, su trabajo ha tendido a la creaci¨®n de un teatro del sector p¨²blico en una ciudad como Sevilla, con irradiaci¨®n regional e intercambio con otras regiones. Desde siempre ellos han situado su pr¨¢ctica como un camino hacia la creaci¨®n de un centro dram¨¢tico y han elaborado proyectos en este sentido. Su labor se ha desarrollado coyunturalmente en los circuitos no comerciales creados por las compa?¨ªas autogestionadas y en la emigraci¨®n.Con un texto d¨¦bil y una historia esquem¨¢tica que tiene mucho de agitaci¨®n, ellos han conseguido elaborar un espect¨¢culo de una riqueza visual y de una densidad metaf¨®rica nada com¨²n en nuestro pa¨ªs. Para ello, para descubrir los entresijos de la especulaci¨®n del suelo, han echado mano de t¨¦cnicas y estilos muy variados: la m¨¢scara, el maquillaje expresionista, el music-hall, la comedia dell'arte, la pantomima, el traceado naturalista. Todo esto soportado en el terreno espacio visual por un elemento constructivista en gris, del arquitecto-escen¨®grafo Juan Ruesiga, que sirve de m¨¢quina-utensilio y caja de sorpresas para el transformismo de los actores y el, transformismo social.
Lo que para m¨ª es, desde luego, una conquista en el espect¨¢culo es la coherencia alcanzada por la puesta en escena de Jos¨¦ Mar¨ªa Rodr¨ªguez Bouz¨®n en la elaboraci¨®n del discurso teatral a partir de una cuidadosa construcci¨®n s¨ªgnica. En la interpretaci¨®n se ha hecho hincapi¨¦ en el plano gestual, de gran poder significante y de una estricta precisi¨®n. Con evidente riesgo, han construido una gran parte de su expresi¨®n oral a partir de la canci¨®n o del recitado sobre m¨²sica que presenta poderosas dificultades. Una m¨²sica desprovista de color y destinada a potenciar el texto.
En su conjunto, estamos ante un espect¨¢culo de una patente y desveladora racionalidad imaginativa, que produce el placer de conocer y ¨¦l placer de la ejecuci¨®n pr¨¢ctica precisa. Para m¨ª representa, no tanto en su estil¨ªstica como en sus bases de trabajo, una aut¨¦ntica opci¨®n en el mundo teatral espa?ol. Una opci¨®n que corre todos los riesgos; est¨¢ contrala rutina, las modas, las corrientes y los h¨¢bitos; y busca un mecanismo de comunicaci¨®n intelectualmente activo con el espectador, le exije un permanente ejercicio de descodificaci¨®n de las met¨¢foras esc¨¦nicas propuestas como representaci¨®n de la realidad. En el marem¨¢gnum de visceralismo baratos, de exabruptos, ceremoniales huecos, fiestas de pan y toros e ingenuos esquematismos que asolan nuestro teatro, este espect¨¢culo supone su ant¨ªtesis y su contraste. Su opci¨®n no debe quedar limitada a la simple alternativa est¨¦tica, representa tambi¨¦n un concepto del espectador como hombre capaz de poner en marcha su cerebro sobre otras v¨ªsceras que lo remiten a etapas filogen¨¦ticas m¨¢s pr¨®ximas al predominio de los instintos.
La realizaci¨®n del Teatro del Mediod¨ªa en Los mercaderes de ciudades no es un trabajo perfecto, pero busca y propende a la perfecci¨®n. Actores como Roberto Gracia y Antonio Andr¨¦s han adquirido un dominio expresivo y t¨¦cnico muy estimable. Existen altibajos interpretativos que son consecuencia de las posibilidades de formaci¨®n de la compa?¨ªa. Tambi¨¦n ciertos problemas derivados de la infraestructura t¨¦cnica. El montaje est¨¢ concebido en los l¨ªmites del teatro itinerante y de las posibilidades que ofrecen los ¨¢mbitos esc¨¦nicos de est¨¦ tipo de circuitos. El traje se le queda estrecho a la compa?¨ªa para responder a sus propias necesidades expresivas, a su concepci¨®n del teatro y a sus relaciones con el p¨²blico. Habr¨¢ que dar un paso adelante. ?Ser¨¢ posible?
Babelia
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