Indira Gan afronta una pru¨¦ba decisiva
Ni aun obteniendo un claro triunfo en las elecciones, lo que parece improbable, la primer ministro india, Indira, Gandhi, va a'poder legitimar ante su pueblo el arbitrario estado de excepci¨®n impuesto hace casi dos a?os ya, ni las profundas reformas constitucionales de finales de 1976, que han convertido al r¨¦gimen de la se?ora Gandhi en una.suerte de dictadura constitucional. Las elecciones legislativas hind¨²es, que no s¨®lo, no son anticipadas, sino que deber¨ªan haberse celebrado en marzo del a?o pasado, son cualquier cosa menos una consulta democr¨¢tica, a pesar de que a ellas concurra la oposici¨®n; a la prensa, liberada muy recientemente de la censura, le ha seguido estando prohibida la cr¨ªtica al Gobierno; los l¨ªderes de la oposici¨®n han sido excarcelados h¨¢ce apenas dos meses, pero miles de sus correligionarios permanecen en prisi¨®n; la sorpresa de la inesperadaconvocatoria electoral, en enero, no ha dejado m¨¢s de ocho semanas a los adversarios de Indira Gandhi para preparar y desarrollar su campa?a, partiendo de cer¨®. La vida pol¨ªtica ha estado hibernada en la India desde medidados de 1975, cuandola hija de Neliru -cuya elecci¨®n al' Parlamento fue declarada ?legal .por los tribunales- no s¨®lo no dimiti¨®, sino que, mediante un golpe de Estado constitucional modific¨® la ley electoral. El estado de excepci¨®n subsiguiente fue entonces la ¨²nica salida que se ofreci¨® a una ¨¦lite que hab¨ªa venido controlando el poder desde la fecha de la independencia y que ve¨ªa c¨®mo eran denunciados sus privilegios, la corrupci¨®n de gran'parte de su aparato y el fracaso rotundo de su gesti¨®ri pol¨ªtica.Apoyo en un a?o excepcional
Los comicios de hoy han sido convocados al socaire de un a?o econ¨®mico excepcionalmente bueno, tanto en lo agr¨ªcola, factor clave en la India, como en el campo de la industria, donde las medidas de,excepci¨®n han permitido un f¨¦ rreo control sobre los movimientos huelgu¨ªsticos y un notable aumen to de la producci¨®n. Esgrimiendo los resultados de su gesti¨®n econ¨®mica, apoyada intensamente por la ayuda norteamericana, ca nalizada ' a trav¨¦s de organismos ,internacionales y,de inversores de capital privado, la se?ora Gandhi y su partido, el del Congreso, se presentan ante el pueblo en unas condiciones favorables; y esto, incluso desde el punto de vista del sistema electoral, no proporcional, que ha permitido al partido gobernante controlar un 70% de los esca?os de la Asamblea con s¨®lo el 40% de los votos.
La oposici¨®n, unida
Por vez primera, sin embargo, Indira Gandhi se enfrenta a unaoposici¨®n unida' que, aunque heterog¨¦nea y vinculada s¨®lo por un pacto de circunstancias, ha basado su campa?a, desarrollada con relativo ¨¦xito en un mar de dificultades, en un ataque frontal al m¨¢ntenimiento del estado de excepci¨®n y al programa gubernamental de esterilizaci¨®n obligatoria; el hecho de que los musulmanes, clientela habitual del Partido del Congreso, concurran a las elecciones aliados con el Jan Sangh, derecha nacionalista y su adversario hist¨®rico, formando parte del partido,delpueblo (Parti Janata, frente unido que integran, adem¨¢s de las facciones citadas, la rama disidente del Congreso y la socialdemocracia) explica hasta qu¨¦ punto. el pueblo,hind¨² se siente agraviado.Las elecciones van a servir tambi¨¦n de test sobre dos puntos importantes: la posici¨®n del Partido Comunista Indio y el apoyo popular de que goza Saniay Gandhi, hijo de la primer ministro y nueva estrella del partido gobernante. El PCI prosovi¨¦tico (1) ha sostenido tradicionalmente a la se?ora Gandhi, y as! lo hizo en la apro baci¨®n de las medidas de urgencia y las reformas constitucionales posteriores, pero parece que comienza a distanciarse de la primer ministro, sobre todo, tras su cr¨ªtica del programa esterilizador.
Sanjay Gandhi
Sanjay Gandhi, treinta a?os, m¨¢s poderoso que un ministro a pesar de no ostentar ning¨²n cargo electivo, cuya fulgurante ascensi¨®n pol¨ªtica propiciada desde el poder -ha dividido al partido gobernante, ; presenta su candidatura por un distrito rural. La oposici¨®n ve en ¨¦l al instigador de las arbitrariedades cometidas en la campa?a de esterilizaci¨®n (2) y los viejos caciques del Partido del Congreso, que durante treinta a?os han manejado los hilos de la pol¨ªtica hind¨², a un peligroso heredero del poder de su madre. La deserci¨®n del Gobierno y del par tido de Jagjivag Ram, todopodero so ministro de Agricultura y aut¨¦ntico mentor pol¨ªtico de la pri .xmne ministro, que ha sufrido con ello su m¨¢s serio rev¨¦s electoral, justificada por el interesado como una respuesta a la actitud autorita ria de la se?ora Gandhi, ilustra en realidad la revulsi¨®n que la carrera de Sanjay ha supuesto entre los terratenientes del Congreso. Pro ducto del nepotismo y del lanza miento pol¨ªtico a la norteameri cana, la figura de Sanjay, que en cabeza una facci¨®n joven del Con greso y un programa atractivo y demag¨®gico (eliminaci¨®n de la do te y las castas, limitaci¨®n a dos hijos por matrimonio, lucha contra el analfabetismo y mejora del medio ambiente urbano y rural), se ha convertido en caballo de batalla de unas elecciones que pueden resul t¨¢r decisivas para el futuro pol¨ªtico de ln'dira Gandhi.
(1) El otro partido comunista, el marxista PCIM, ha hecho campa?a ind~pendiente y forma parte de la oposicion que, con el Parti Janata, disputa los esca?os de la C¨¢mara Baja a la se?ora Gandhi.
(2) El clamor popular ha obligado a laprimer ministro a dar marcha atr¨¢s en su programa de esterilizaciones obligatorias. El Gobierno reconoce haber efectuado m¨¢s de cuatro millones en 1976 y la,oposici¨®n ha denunciado los m¨¦todos draconianos empleados en ocasiones: enganos, -violencia, represalias contra los pueblos y ciudades en los que el- n¨²mero de v¨®luntarios no era satisfactoriamente alto...
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