The Academy of St. Martin in the Fields, en Madrid

Es verdaderamente importante, y muy de agradecer, la serie de conciertos que viene ofreciendo a la afici¨®n madrile?a la Asociaci¨®n de Amigos del Teatro Real. Ahora bien, ?se merece Madrid este gran esfuerzo? El Teatro Real no se llen¨®, ni mucho menos, ante un programa tan atractivo como el que nos depar¨® la agrupaci¨®n de tanto prestigio como la integrada por ocho miembros de The Acaderny of St. Martin-in-the-fields. Y es que, aunque nos duela reconocerlo, nuestro mundo musical sigue sin apreciar en su justo valor la m¨²sica de c¨¢mara.El Octeto de The Academy, posee todas las caracter¨ªsticas positivas de la c¨¦lebre orquesta de c¨¢mara de donde procede: espl¨¦ndida afinaci¨®n, riguroso concepto de las obras interpretadas,elegancia en el estilo y modo de ejecutar. Destaca su primer viol¨ªn, lona Brown. Posee esta joven artista bello sonido, excelente t¨¦cnica y un temperamento comunicativo y vibrante.

Lo m¨¢s destacable del concierto fue la programaci¨®n, de belleza y equilibrio desusados por estas latitudes. En el quinteto, 515 de Mozart, una de las piezas de c¨¢mara m¨¢s profundas y acabadas de la m¨²sica universal, se not¨® la ausencia del primer violoncello del grupo, Kenneth Heath, fallecido pocos d¨ªas antes. A pesar de tan doloroso contratiempo, el octeto ingl¨¦s no cancel¨® su actuaci¨®n en Madrid, lo cual es signo encomiable de profesionalidad. El sustituto de Heath no nos pareci¨® estuviese a la altura de sus compa?eros en obra tan comprometida para ¨¦l, como el Quinteto Mozartiano. Aun con su t¨ªmido y escaso volumen de sonido, la m¨²sica de Mozart son¨® a m¨²sica celestial en el estricto sentido de la palabra. Naturalmente, dentro de lo aventurado que resulta hablar de un tipo de m¨²sica (la celestial) no escuchada por mortal alguno.