El final de Liga, con psic¨®patas sueltos
La recomendaci¨®n federativa de poner vallas debe acelerarse. Despu¨¦s del lamentable espect¨¢culo sucedido en El Plant¨ªo el tema clama ya demasiado fuerte. Cuando quedan ocho jornadas de Liga y los puntos se hacen cada vez m¨¢s preciados, las agresiones pueden llegar a extremos insospechados. El incontrolado, por llamarle de alguna forma, que atac¨® con ambos pu?os por delante, al ¨¢rbitro Fern¨¢ndez Quir¨®s, pese a estar rodeado de polic¨ªas, pod¨ªa haberle agredido con. cualquier arma mucho m¨¢s peligrosa. Los instantes de enajenaci¨®n a que lleva un f¨²tbol totalmente al margen del deporte, con la ¨²nica preocupaci¨®n de ganar al precio que sea, entran de lleno en las sicopat¨ªas.Indudablemente es muy triste que las pasiones se desaten as¨ª entre hinchas que nunca sabr¨¢n perder -porque tambi¨¦n entra en el juego- ni mucho menos admitir un error arbitral, tan humano como l¨®gico. Pero m¨¢s que triste resulta inadmisible que los representantes p¨²blicos de los clubs, precisamente los hombres que deber¨ªan poner paz en esos momentos y utilizar, eso s¨ª, las v¨ªas legales correspondientes a continuaci¨®n, sean precisamente los hinchas m¨¢s incontrolados. La crisis de directivos ineptos que sufrimos desde hace mucho tiempo en este pa¨ªs se basa justamente en dos clases de analfabetismo deportivo: por un lado, su nula -en general- preparaci¨®n para dirigir clubs y, por otro, sus nefastas ideas sobre la deportividad. Donde est¨¦ el figurar y conseguir un nombre, que se quiten educaciones.
El domingo en Burgos a Marcel Domingo, entrenador que hace bien poco publip¨® un encomiable trabajo sobre la defensa de su profesi¨®n, le tuvieron que sujetar repetidamente en la banda para que no saltara al terreno de juego tras decisiones del ¨¢rbitro en contra de su equipo. No digamos cu¨¢ndo se pit¨® el penalti tan flagrante como justo. Fue el principio del fin. El comit¨¦ de competici¨®n tendr¨¢ nuevamente trabajo esta semana por los incidentes habidos inmediatamente despu¨¦s. Palmer a lo mejor no fue el mayor culpable del acoso al se?or Fern¨¢ndez Quir¨®s, pero s¨ª otros y el hecho es que casi ninguno supo contenerse; acab¨® por encrespar al p¨²blico y propiciar la agresi¨®n.
El presidente del Burgos present¨® una denuncia contra uno de los jueces de l¨ªnea, pues le agredi¨® con el bander¨ªn. Seg¨²n el ¨¢rbitro lo hizo, para defenderse del se?or Mart¨ªnez, porque ¨¦ste era uno de los ?atacantes?. El presidente, seg¨²n asegura, salt¨® al campo no para atacar, sino para defender al colegiado. Sin entrar ni salir en algo que hasta la justicia com¨²n debiera decidir, lo que choca es la presencia habitual de ciertos mandatarios de club en el cesped. Los palcos no deben agradar ya a los presidentes, y de ah¨ª que acaben entre la Cruz Roja y las comisar¨ªas. Al menos en eso ya se han igualado a los ¨¢rbitros.
En lo que tambi¨¦n sigue igual el Barcelona es en dar las de arena. Mientras, el Atl¨¦tico -en otros tiempos, ?el pupas?- se ha olvidado este a?o de campa?as arb¨ªtrales en contra o malas suertes fruto de su tradicional irregularidad y ah¨ª est¨¢, con cuatro puntos de ventaja. Ya ni Cruyff, al que un jefe de empresa que pagara tanto como el Barca al holand¨¦s pedir¨ªa cuentas de su penalti fallado, le resta puntos de ¨²ltima hora. En el Barcelona todo sigue igual y con reincidencias Rexach, no contento con agredir a un fot¨®grafo en Barcelona repiti¨® la acci¨®n en Madrid con otros dos colegas. A este paso al cuadro azulgrana, colmo de las cr¨®nicas de sucesos, le va a ser tan dif¨ªcil ganar la Liga como a los muchachos de la prensa hacerle fotos a su extremo con B¨¢rbara Rey. Ya hay revistas del coraz¨®n que pagan el reportaje a precio de oro y se piensa d¨®nde har¨¢ escala pr¨®ximamente la bella y... el futbolista.
El Madrid, por su parte, conmemora a partirlde hoy su LXXV aniversario con los actos deportivos al margen de otras polIrnicas y de rivales poco serios, aparte de Argentina, se?alar un detalle de Miljanic en Atocha. Tras el penalti no se?alado y hecho a Roberto Mart¨ªnez pidi¨® calma al p¨²blico y no protest¨® lo m¨¢s m¨ªnimo.. Se le podr¨¢ criticar como t¨¦cnico, pero s¨ª alabarle por hechos as¨ª. Fue adem¨¢s, en un d¨ªa de malos ejemplos.
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