Las Fuerzas Armadas, la informaci¨®n
EN EL per¨ªodo de transformaci¨®n r¨¢pida que atraviesa la sociedad espa?ola, hay cambios que son m¨¢s perceptibles y otros que lo son menos. Estos ¨²ltimos no tienen por qu¨¦ ser instrascendentes. Uno de esos cambios, quiz¨¢s no evidente todav¨ªa al gran p¨²blico, pero no menos real, es el de una apertura creciente entre la opini¨®n p¨²blica y las Fuerzas Armadas. Han sido muy frecuentes en los ¨²ltimos meses las declaraciones de los ministros militares, y otros miembros de los ej¨¦rcitos, a la prensa, definiendo posiciones, l¨ªmites y alcances del papel que les corresponde constitucionalmente y como instrumento de la fuerza del estado. Simult¨¢neamente, se habr¨¢ observado que la prensa ha desarrollado aspectos nuevos de la informaci¨®n militar; nuevos, sobre todo, por la frecuencia e intensidad de esa informaci¨®n, y nuevos, adem¨¢s, por el tratamiento distintivo dado a esa informaci¨®n, llev¨¢ndola desde la habitual descripci¨®n de los cambios de la org¨¢nica militar, a los an¨¢lisis superiores que se refieren a la configuraci¨®n del poder armado y su virtualidad en el campo de las relaciones internacionales.Ha de registrarse con satisfacci¨®n el torrente de preocupaciones que, de pronto, han reca¨ªdo sobre los gabinetes de prensa de los ministerios militares; no por el aumento fulminante de sus trabajos y deberes, sino porque ¨¦stos revelan la existencia de un plan de descubiertas al encuentro de esta sociedad espa?ola que avanza todos los d¨ªas.
Los planos de encuentro entre las fuerzas armadas y la opini¨®n p¨²blica son muchos, pero uno de los m¨¢s importantes es el que pasa por la prensa, no por un protagonismo que ¨¦sta se haya autoconcedido, sino por atribuci¨®n t¨¢cita de la sociedad. No hace falta abundar m¨¢s en este axioma de la teor¨ªa de la informaci¨®n. Pero s¨ª hay que decir que, en general, la prensa espa?ola, registra una actitud receptiva, de simpat¨ªa y, tambi¨¦n, de admiraci¨®n hacia unas Fuerzas Armadas que han logrado mantener un fondo muy valioso de capacidades y de aptitudes profesionales y ¨¦ticas, que son una reserva indispensable para el cambio social y pol¨ªtico de Espa?a. Todo intento de acercamiento informativo hacia las Fuerzas Armadas debe verse bajo este prisma, incluso cuando ese intento vaya acompa?ado de una visi¨®n cr¨ªtica de los problemas. No se puede hacer a las Fuerzas Armadas el deshonor de suponer que no pueden admitir la cr¨ªtica, sencillamente porque les atribuimos una voluntad inagotable de mejora, y ¨¦sta s¨®lo se produce por el pensamiento cr¨ªtico. Por otra parte, la prensa espa?ola de hoy no puede ser llamada con justicia ?una prensa imposible?, como aquella que contribuy¨® a conducir a Espa?a al desastre colonial, ni tampoco se puede decir que estas Fuerzas Armadas deseen ser el t¨®pico, y a veces demasiado real, ?gran mudo?.
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