La marginaci¨®n de los j¨®venes madrile?os
Hace unos d¨ªas le¨ªa en este mismo peri¨®dico las conclusiones de una entrevista que el delegado nacional de la Juventud, se?or Gamazo, y algunos miembros de su departamento concedieron a representantes de la Federaci¨®n de Asociaciones Juveniles de Madrid.No es ninguna novedad mencionar las dificultades de todo tipo por las que pasa el funcionamiento de estas entidades juveniles. De los doscientos clubs o asociaciones juveniles, que aproximadamente existen en el ¨¢rea metropolitana de Madrid, el 60 ¨® 70 % dependen del organismo juvenil del Movimiento. La gran mayor¨ªa de ellos no goza de ninguna subvenci¨®n, o la reciben en cantidades rid¨ªculas; en contrapartida han de pagar exorbitantes cantidades por mantener abierto alg¨²n local comercial donde reunirse. El estado de desatenci¨®n se extiende a todos los terrenos, no s¨®lo a locales, sino a cultura, deporte, etc¨¦tera. Es decir, todo movimiento juvenil que, por una raz¨®n u otra, no han funcionado bajo el r¨ªgido control ideol¨®gico de la ONJ se las ha tenido que bandear por sus propios med¨ªos, al margen de todo apoyo oficial.
Algo tiene que estar cambiando, para que se hable de promesas. Los j¨®venes de Madrid no est¨¢bamos acostumbrados ni a eso, algo que tanto han derrochado las instituciones oficiales d¨²rante las ¨²ltimas d¨¦cadas. Legalizaci¨®n de la Federaci¨®n de Clubs Juveniles, poner los locales de la Delegaci¨®n Provincial. a su disposici¨®n... Esto, ?a qu¨¦ responde?
No puedo afirmar categ¨®ricamente lo que ocurre en otras partes del Estado, pero me inclino a pensar que no ronda muy lejos de lo que por aqu¨ª pasa.
El di¨¢logo Delegaci¨®n-Federaci¨®n -digamos la oposici¨®n juvenil-, con promesas de apoyo, la convocatoria de la Asamblea Provincial de J¨®venes para mediados de abril (organismo auspiciado por la pol¨ªtica juvenil of¨ªcial), no tienen otro objetivo que buscar bases de apoyo, con una m¨ªnima credibilidad de representaci¨®n de la juventud para sacar adelante un proyecto de autotransform aci¨®n de los organismos emanados del antiguo Frente de Juventudes. ?Es un Ministerio de la Juventud, la familia y el deporte, quiz¨¢? Parece que van los tiros por ah¨ª, y con prisas.
Es obvio que a quien no ha gozado de ninguna simpat¨ªa entre los j¨®venes durante tantos a?os, dif¨ªcil se le pone su continuidad en un proceso de transformaci¨®n pol¨ªtica que busca su homeilogaci¨®n en las democracias europeas. No queda, pues, otro remedio que recurrir a lo que funciona fuera de casa, que ofrece m¨¢s garant¨ªas de representativ¨ªdad. Todo en la l¨ªnea de ?reformar lo necesario, conservar lo valiciso?, que rezan ciertos anuncios p¨²blicos de las vallas de nuestra ciudad.
A fin de cuentas, ?no es algo parecido lo que los art¨ªfices de la reforma pretenden impulsar a nivel general de toda la sociedad?
Perm¨ªtaseme, pues, dudar de las buenas intenciones de Valent¨ªn Gamazo. Y cuando digo ?buenas intenciones? entiendo por un inter¨¦s en que la juventud -en este caso madrile?a- disfrutemos de nuestros propios locales, nos reunamos y divirtamos sin ?caritativas ? injerencias.
Es dif¨ªcil echar por la borda tantos a?os de paternalismo, de discursos altisonantes y brazo en alto. Lo comprendo, y por eso dudo.
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