Comienza la operaci¨®n "Halc¨®n-77"
Miles de muchachos vigilar¨¢n los nidos durante los dos meses que dura la ¨¦poca de cr¨ªa
El pr¨®ximo 4 de abril, 2.800 muchachos de la Organizaci¨®n Juvenil Espa?ola iniciar¨¢n la Operaci¨®n Halc¨®n-77 que, organizada por la Asociaci¨®n para la Defensa de la Naturaleza (Adena) y dirigida por el Instituto para la Conservaci¨®n de la Naturaleza (Icona) en colaboraci¨®n con la Direcci¨®n General de la Guardia Civil y Direcci¨®n General de Aduanas, intentar¨¢ proteger las cr¨ªas de halc¨®n com¨²n y otras rapaces en sus lugares de nidificaci¨®n, contra aquellas organizaciones extranjeras y nacionales, encargadas de mantener un comercio ilegal sobre estas especies.Los j¨®venes voluntarios acampar¨¢n en turnos rotativos, debajo de los acantilados donde cr¨ªan estas aves, durante los dos meses que dura el per¨ªodo de cr¨ªa del halc¨®n com¨²n. Su misi¨®n b¨¢sica ser¨¢ vigilar los nidos para que no puedan ser expoliados por los llamados ?cetreros?.
Ha sido la nefasta moda de la cetrer¨ªa la causante directa de que en nuestro pa¨ªs disminuyera dr¨¢sticamente esta maravillosa ave, que en otros pa¨ªses se encuentra al borde de extinci¨®n por diversos motivos. Un ejemplo claro de esta afirmaci¨®n es Suecia. Se calcula que en este pa¨ªs, anidaban a principios de siglo m¨¢s de mil parejas. En el a?o 1945 eran 350, en 19,65 quedaban 35, nueve en 1974 y en 1975 criaron tan s¨®lo siete parejas. Las causas de esta disminuci¨®n son diversas. Por un lado el halc¨®n era cazado vivo para el ?deporte? de cetrer¨ªa, los colomb¨®filos y cazadores lo matan alegando que el halc¨®n les mata a ellos sus palomas y, aunque cada d¨ªa menos, los coleccionistas de huevos expoliaban los nidos. Pero todos estos factores no hubieran causado este desastre en el norte de Europa, si a ellos no se hubiera unido el envenenamiento que las aves, y todo el mundo viviente en general, sufren con la aplicaci¨®n en la agricultura de numerosos compuestos qu¨ªmicos t¨®xicos.
En Espa?a los efectos de los insecticidas no han empezado a sentirse hasta finales de los a?os sesenta. Aunque en el a?o 1973 el naturalista Garz¨®n-Heidt declarara que ?el n¨²mero de puestas infecundas que hemos conocido durante este a?o alcanz¨® el 30% de los nidos controlados mientras que el n¨²mero de pollos que llegaron a volar fue aproximadamente un 50% inferior al de 196%, la poblaci¨®n de halcones espa?oles disminuy¨® principalmente a causa de la cetrer¨ªa. Garz¨®n afirmaba en 1973:: ?S¨®lo en Madrid y sus alrededores existen, seg¨²n nuestros datos, unos cien ?halconeros? responsables directos de que anualmente sean expoliados m¨¢s de cincuenta j¨®venes halcones. Si se calcula que las depredaciones de nidos comenzaron en 1960, estimaci¨®n optimista, desde entonces habr¨ªan sido capturados en la zona m¨¢s de setecientos ejemplares, cifra demasiado elevada para que se siga autorizando legalmente la cetrer¨ªa.?
Actualmente existen en Espa?a 160 cetreros que, entre otras aves de presa, mantienen en su pode unos cincuenta halcones peregrinos, seg¨²n declaraciones del presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Cetrer¨ªa, Pedro Alcazar y Caro, duque de Santo Bucino. Pero a partir del a?o 1973, estos deportistas han tenido que abandona temporalmente la expoliaci¨®n de nidos, ya que ante la masacre que estaban originando en nuestro patrimonio zool¨®gico, el Gobierno espa?ol promulg¨® un decreto por el que se prohib¨ªa la caza, captura, tr¨¢fico, comercio y exportaci¨®n d todas las rapaces diurnas y nocturnas de nuestra avifauna. Esta ley acatada en mayor o menor grado por los cetreros, cazadores y campesinos espa?oles, era ignorada por numerosos cetreros extranjeros que impunemente expoliaba nuestros nidos. Es de esperar que la admirable Operaci¨®n Halc¨®n-77 consiga que se cumpla una medida de nuestro Gobierno que posible mente sea la ¨²ltima oportunidad de superviviencia de los halcones comunes.
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