Alternancia e inestabilidad

De 1948 a 1957, Colombia atraviesa una de las ¨¦pocas m¨¢s inestables de su historia pol¨ªtica, como consecuencia de las luchas entre conservadores y liberales. La soluci¨®n ser¨¢ la dictadura de Rojas Pinilla (1953-57), que consigue una paz relativa, pero se atrae la hostilidad de los dos partidos tradicionales al intentar establecer una especie de movimiento ?justicialista?, como tercera fuerza que hiciera frente a los problemas del pa¨ªs. En mayo de 1957 una junta militar sustituye a Rojas Pinilla, asegurando la transici¨®n hasta las elecciones.Sacando las conclusiones l¨®gicas de las ¨²ltimas experiencias, conservadores y liberales conciertan un acuerdo de frente nacional a trav¨¦s de la Declaraci¨®n de Sitges, por el que se alternar¨ªan en la presidencia cada cuatro a?os, distribuyendo de forma equitativa los puestos en el ejecutivo y en el legislativo.

El sistema se inaugura con la presidencia de Alberto Lleras Camargo, en la que se inicia una t¨ªmida reforma agraria y una incipiente planificaci¨®n del desarrollo econ¨®mico. Las dificultades causadas por la ca¨ªda del precio del caf¨¦, la agitaci¨®n rural, el creciente desempleo, entre otros problemas, frenaron el crecimiento econ¨®mico y aumentaron la dependencia colombiana de Estados Unidos. Las elecciones de 1962 llevaron al poder al conservador Guillermo Le¨®n Valencia, que si consigui¨® algunos ¨¦xitos en su lucha contra la violencia rural, fracas¨® en el campo econ¨®mico, vi¨¦ndose obligado a devaluar el peso y provocando la inflaci¨®n m¨¢s alta desde 1905.

En 1966, llega a la presidencia Carlos Lleras Restrepo, administrador eficaz, que foment¨® la inversi¨®n p¨²blica y privada e intent¨® disminuir la dependencia de su pa¨ªs del cultivo del caf¨¦. Sin embargo, su r¨ªgida pol¨ªtica de salarios y precios y su frecuente recurso a una pol¨ªtica de poder aumentaron el descontento popular que se manifest¨® en las elecciones presidenciales de 1970, en las que Misael Pastrana, candidato del Frente Nacional, estuvo a punto de perder ante la Alianza Nacional Popular, dirigida por el antiguo dictador Rojas Pinilla. El progresivo deterioro del Acuerdo de Sitges hizo que no se mantuviera para las elecciones de 1974, que dieron la victoria al candidato del Partido Liberal, Alfonso L¨®pez Michelsen, por un amplio margen de tres millones de votos. Aunque se le llam¨® ?el presidente de la esperanza? por su amplio programa de reformas radicales, la realidad fue distinta. Tras un a?o de gobierno aumentaron las huelgas, las ocupaciones de tierras y la actividad de las guerrillas, culminando en la declaraci¨®n del ?estado de sitio?, en junio de 1975. No se ha cumplido la reforma agraria, el desempleo urbano se sit¨²a por encima del 10% y el subempleo se aproxima al 18 %. Mientras tanto, la oligarqu¨ªa financiera se ha fortalecido y el petr¨®leo y las minas contin¨²an en manos de las multinacionales.