El Madrid, algo mejor
El Madrid cuaj¨® el domingo un aceptable partido, como hac¨ªa tiempo que no realizaba en el Bernab¨¦u. Entre eso, el notable refuerzo del arbitraje y la poca consistencia que el Espa?ol luci¨® como equipo consigui¨® golear. Hay que consignar el fracaso de Solsona, anulado por Camacho, y la buena tarea de Jensen en el puesto de delantero centro.Santillana, aquejado de gripe a ¨²ltima hora, fue baja por sorpresa en el Madrid. Eso modific¨® los planes de Miljanic, que decidi¨® colocar a Jensen con el nueve en la espalda y con la tarea de alternar el juego propio de delantero centro con la organizaci¨®n en media punta, justo lo que hac¨ªa en el Borussia. El ensayo de Jensen en esas posiciones no lo hab¨ªa hecho Miljanic hasta ahora, m¨¢s que en medio partido contra el Mouloudia, rival que no permit¨ªa conclusiones de ning¨²n tipo por su debilidad. El domingo, ante el Espa?ol, Jensen jug¨® bien, con talento, con soltura y con buen rendimiento pr¨¢ctico. Mucho mejor, desde luego, de lo que lo ven¨ªa haciendo. El Madrid, en general, mejor¨® tambi¨¦n con respecto a sus ¨²ltimos partidos en casa, en parte por ese buen hacer de Jensen en parte porque no sufri¨® la r¨¦mora del ausente Santillana -que lleva meses en un p¨¦simo estado de forma- y, en parte, por la terrible anarqu¨ªa y el mal planteamiento del Espa?ol.
anarqu¨ªa y el mal planteamiento del Espa?ol.
Los de Santamar¨ªa presentaron en el Berbab¨¦u un cuatro-cuatro-dos de posibilidades muy limitadas. De los dos puntas, uno, el atolondrado Mara?¨®n, era una nulidad.
Ninguno de los cuatro hombres de la media ten¨ªa el encargo -y si alguno lo ten¨ªa no lo cumpli¨®- de incorporarse de cuando en cuando a la delantera. Con todo ello, la posibilidad de marcar del Espa?ol quedaba reducida a lo que pudiese hacer Caszely, sin seria ayuda por parte de nadie y a la casualidad de alg¨²n disparo lejano de Ozorio. Y si mal estaban las perspectivas del Espa?ol en lo que es puro juego de b¨²squeda directa del gol, tambi¨¦n lo estaban en lo que respecta a mando, construcci¨®n y dominio del partido en el centro del campo, porque Solsona, su jugador m¨¢s acreditado en esta tarea, se vio perfectamente anulado por el mejor destructor de juego del Madrid, Camacho. Solsona confirm¨®, una vez m¨¢s, que es jugador de rendimiento inseguro, y no se hizo la menor propaganda cara a su posible traspaso al Madrid.
Los de Miljanic, ante este Espa?ol, jugaron tranquilos, con el decidido apoyo, adem¨¢s, del arbitraje. La cantada inseguridad de la defensa no fue, en esta ocasi¨®n, un grave problema, porque su inocencia atacante y la pasividad del ¨¢rbitro ante los dos penalti es producidos en el ¨¢rea madridista, impidieron a los de Santamar¨ªa marcar m¨¢s de un gol -obra, naturalmente, de Caszely, su seguro rematador, que s¨ª se hizo buena propaganda de cara al traspaso-. En la media, el Madrid jug¨® lo suficiente como para tener siempre en sus inanos el partido, porque Jos¨¦ Manuel no hizo m¨¢s que seguir a Breitner sin mucho acierto, Fern¨¢ndez Amado jug¨® un partido perezoso y despistado que debi¨® haber impulsado a Santamar¨ªa a relevarle y s¨®lo Ozorio contaba a la hora de construir. Los blancos, con una tarea mon¨®tona en la media, con cierta chispa y alegr¨ªa por parte de Jensen y con la tenaz presencia de Roberto en el ¨¢rea del Espa?ol, mandaron en general. La defensa espa?olista, vacilante e insegura, Balsa Ron, con el penalti cogido por los pelos, Justo antes del descanso uando hab¨ªa empate en el marcador, y el acierto rematador de Roberto, hicieron llegar la goleada. Un buen resultado que no est¨¢ en proporci¨®n con el juego, pero que vale para dar un paso hacia la Copa de la UEFA. Ya es bastante.
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