Evangelista arriesga su futuro por cinco millones
Alfredo Evangelista naci¨® en Montevideo, el 4 de diciembre de 1954. Era el primog¨¦nito de una familia modest¨ªsima de los arrabales de Montevideo. Su padre, de nombre Vicente, lisiado desde ni?o por un accidente que le hab¨ªa dejado cojo, ten¨ªa una obsesi¨®n: el boxeo. Su disminuci¨®n f¨ªsica le imped¨ªa practicarlo, pero pasaba todos sus ratos libres en los gimnasios, buscando la compa?¨ªa de los boxeadores. El sue?o de su vida era convertir a su primer hijo en boxeador. Cuando ¨¦ste apenas ten¨ªa cinco a?os, le sub¨ªa sobre la cama, un ring en su imaginaci¨®n, le envolv¨ªa las manos en toallas, y se pon¨ªa de rodillas a boxear con ¨¦l.Entre esta obsesi¨®n paterna y la miseria m¨¢s completa vivi¨® Alfredo Evangelista su infancia. Cuando ten¨ªa trece a?os naci¨® su segundo hermano, y la situaci¨®n econ¨®mica de la familia se hizo insostenible. El padre abandon¨® la casa en busca de fortuna, y se march¨® hacia el Norte, con el deseo de llegar a Estados Unidos. ?Me dijo que nunca volver¨ªa si no hac¨ªa fortuna, y yo me qued¨¦ como padre de familia. Al despedirse me pidi¨® que subiera a un ring al menos una vez, para probar. Que ¨¦l no morir¨ªa tranquilo si no sab¨ªa que yo me hab¨ªa puesto los guantes al menos una vez. Y decidi hacerlo, porque tem¨ª que no le ver¨ªa m¨¢s.?
As¨ª, el adolescente Alfredo Evangelista comenz¨® a alternar los trabajos -casi siempre como cargador en obras o -en almacenes con el gimnasio de boxeo. Poco a poco se aficion¨® y desde muy pronto tuvo un ¨ªdolo: Cl¨¢y. Un buen d¨ªa cumpli¨® con el sue?o de su padre y debut¨® como amateur venci¨® y aquello termin¨® de gustarle. A los veinte a?os se hab¨ªa desarrollado extraordinariamente, era campe¨®n suramericano de los semipesados en la categor¨ªa- amateur, con veintitr¨¦s victorias, un nulo y una derrota, se hab¨ªa trasladado con su madre y sus dos hermanos a Buenos Aires, donde trabajaba como descargador en el puerto y ganaba alg¨²n dinero extra sirviendo de sparring al argentino V¨ªctor Gal¨ªndez, hoy campe¨®n mundial de los semipesados. Desde tres a?os despu¨¦s de la marcha de su padre no hab¨ªa vuelto a tener noticias de ¨¦l.
Profesional en Espa?a
Kid Tunero -una de las mejores personas que ha dado nunca el boxeo- supo de Evangelista a trav¨¦s de un viejo amigo, y pens¨® que era interesante traer a ese prometedor peso pesado a Espa?a, dado que el declive de Urtain y el bajo nivel general de los pesos pesados europeos le ofrecer¨ªan buen campo de acci¨®n. Tunero trajo a Evangelista y ¨¦ste debut¨® como profesional en Espa?a, de su mano. Desde entonces -hace poco m¨¢s de dos a?os ha realizado diecisiete peleas, con un nulo -ante el espa?ol G¨¢lvezy una derrota -ante Zanon, un oscuro segunda serie italiano, precisamente,en su ¨²ltima pelea. Estas dos malas actuaciones se justifican: Evangelista no subi¨® al ring en buenas condiciones en ninguno de los dos casos. Entre sus derrotados est¨¢n algunos de los hombres acreditados del panorama europeo de los pesos pesados, como Vepi Ros, Neville Meade y Urtain, m¨¢s el campe¨®n peruano, Willy de la Cruz.La fama de Evangelista lleg¨® hasta Panam¨¢, donde su padre se hab¨ªa detenido con su fracasada b¨²squeda de la fortuna. Unos conocidos del padre escribieron al boxeador y le dijeron que se encontraba all¨ª, y Evangelista fue a buscarle. Hoy, la historia, un tanto folletinesca, pero real, ha alcanzado un desenlace feliz. Alfredo Evangelista tiene junto a s¨ª, adem¨¢s de a su madre y a sus hermanos -a los que trajo a Espa?a con sus primeras bolsas- a su padre, que es su m¨¢s directo cuidador. Conoci¨® a una madrile?a de diecis¨¦is a?os y tras medio a?o corto de noviazgo se cas¨® con ella, el pasado 31 de octubre, y ya espera descendencia para las fechas de la pelea con Clay. Toda la familia .-los seis- vive modestamente en un apartamento peque?o para sus exigencias. La madre. administra la casa con 30.000 pesetas de gastos cada mes. Los Evangelista ahorran cuanto pueden. ?Hemos visto la cara de la miseria, y el que la ve no lo olvida.? A pesar de eso, el padre ha engordado treinta kilos desde que, hace algo menos de cuatro meses, vino de Panam¨¢ a Madrid.
Por cinco millones ante Clay
En ese estado se encontraba la vida de Evangelista -que vert¨ªa cobrando bolsas que oscilaban entre las 300.000 pesetas y el medio mill¨®n, seg¨²n el rival- cuando le ha llegado la oportunidad de pelear con Clay. El m¨¢s grande se acerca ya a los 36 a?os, y desde hace tiempo busca sus ingresos en sencillas peleas con rivales sin gran entidad. Esta pol¨ªtica -econ¨®mica m¨¢s que deportiva- llev¨® a los mentores de Clay a ponerse al habla con Kid Tunero que prudente, no quiso ni escuchales. Pero cuando Evangelista lo supo se enfad¨® con Tunero y cont¨® con la colaboraci¨®n de Mart¨ªn Berrocal, caprichoso millonario, ex presidente del Huelva, promotor exc¨¦ntrico de boxeo y propietario de una ganader¨ªa brava, para ponerse al habla con los mentores de Clay y firmar el contrato a espaldas de Tunero. Cinco millones cobrar¨¢ por pelear con Clay el pr¨®ximo d¨ªa 16 en Washington. Ciento cincuenta millones -treinta veces m¨¢s- percibir¨¢ el genial Cassius.?Cu¨¢les son las posibilidades de Evangelista? A¨²n no ha cumplido los veintitr¨¦s a?os, y aunque es cierto que domina la t¨¦cnica del boxeo de forma ejemplar y que tiene velocidad, carece de pegada, es muy inferior en estatura y en peso a Clay, y a todo el que sigue el boxeo m¨¢s o menos de cerca le parece una monstruosa desproporci¨®n este combate. Clay, pese a sus a?os, es mucho m¨¢s boxeador que ¨¦l, y el propio Evangelista lo sabe mejor que nadie: ?Me puede clavar la cabeza en el piso, pero si pierdo, no pierdo nada, y si gano, gano todo el mundo.? Son cinco millones -Berrocal ya le ha adelantado tres, con los que se ha comprado un piso- y una ilusi¨®n deportiva a todas luces insensata. Pero Evangelista vive con el p¨¢nico de la miseria a¨²n muy metido dentro del cuerpo, y por nada del mundo renunciar¨ªa a estos cinco millones y a esa remota posibilidad de proclamarse campe¨®n del mundo de todos los pesos.
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