Por un partido ecologista

Se lee en la prensa estos d¨ªas noticias sobre el ¨¦xito que han tenido en Francia los ecologistas en las elecciones municipales. Se habla ahora de que conseguir¨¢n, al menos, un 12% de los votos; un gran paso adelante desde el porcentaje que consiguieron en 1974, cuando presentaron ya su candidato a presidente de la Rep¨²blica.El pueblo franc¨¦s, como tantos otros realmente avanzados, se est¨¢ dando cuenta del tremendo inter¨¦s pol¨ªtico que tienen esos argumentos ecol¨®gicos, tan evidentes como novedosos. A este movimiento pol¨ªtico se le ha llamado Verde, por ser este color el que tiene ?todav¨ªa? la Naturaleza en la mayor parte de Francia. Y existen movimientos o partidos verdes en casi todos los pa¨ªses industrializados de Europa, Asia, Am¨¦rica y Ocean¨ªa.

En Espa?a, en donde estamos creando ahora tant¨ªsimos partidos pol¨ªticos semejantes entre s¨ª, y por tanto superfluos casi todos, har¨ªa falta, sin embargo, que cre¨¢ramos ya un Partido Verde que tuviera como programa una en¨¦rgica defensa de nuestros recursos naturales, que se est¨¢n reduciendo o deteriorando alarmantemente cada a?o que pasa.

No hay que olvidar que, a pesar de que a nuestro. pa¨ªs lleg¨® muy tarde la revoluci¨®n industrial, con sus potentes m¨¦todos cada vez m¨¢s destructivos o contaminantes, el desinter¨¦s -y hasta la fobia- que sienten los espa?oles desde siempre hacia los animales y las plantas hizo que, cuando esa revoluci¨®n llegara aqu¨ª, nosotros ya hab¨ªamos esquilmado b¨¢rbaramente nuestros bosques, con la consiguiente desertizaci¨®n de buena parte: del solar patrio.

Si a esta desidia y barbarie de siempre unimos los desastres que hemos padecido ¨²ltimamente -la pertinaz sequ¨ªa, los famosos y ca¨®ticos planes de desarrollo-, se comprender¨¢ f¨¢cilmente que nos urge crear un partido que eduque y haga tomar conciencia a los espa?oles de nuestra grav¨ªsima situaci¨®n ecol¨®gica.