Al safari del punto
Hoy s¨¢bado, se traslada a la prima tarde, la solemnidad del partido m¨¢s importante de la semana, en cuyo servicio la Liga se ha suspendido con un redoble de tambor expectante, como en el circo. Si alguna ocasi¨®n del f¨²tbol merece este s.ilencio prologal es sin duda el partido que hoy jugar¨¢ en Bucarest la selecci¨®n espa?ola de f¨²tbol contra la rumana. Por su condici¨®n es el partido m¨¢s importante de la temporada internacional.La cosa est¨¢ clara. Espa?a, con Yugoslavia y Rumania, se juegan el paso a la fase final del Campeonato del Mundo del ramo en Argentina y s¨®lo una selecci¨®n puede pasar. Pero no es f¨¢cil que una selecci¨®n acceda con s¨®lo los cuatro puntos de sus encuentros en campo propio. A partir de cinco puntos puede empezar ¨¢ pensar se en la clasificaci¨®n y con seis ya comienzan las seguridades de que ninguna otra le puede aventajar. Con siete y ocho la cosa es hecha y hay que abatir como en el bacarr¨¢, porque s¨®lo son doce puntos, doce, los que se juegan en una ?poule? de tres selecciones.
La de Kubala, que ya ha sumado los dos puntos en el primer partido de casa, ha de a?adir uno por lo menos en Bucarest para niarchar con seguridad en su camino. Se entiende que de las tres selecciones, la rumana es la m¨¢s d¨¦bil, aquella en la que las otras dos pueden pensar en superar en su terreno o al menos empatarles el partido. Esto se establece dentro de una clasificaci¨®n llamemos hist¨®rica. La selecci¨®n yugos:lava elimin¨® a la espa?ola en 1974 tras un empate en el grupo y un encuentro de desempate en Francfort. La espa?ola elimin¨® a la rumana (y a la escocesa) para la Copa de Europa de las Naciones (hoy, Campeonato de Europa simplemente) dos a?os m¨¢s tarde. As¨ª pues, los buenos de la trinca para este a?o son los yugoslavos y espa?oles y como los primeros fueron batidos -de mala manera de juego, pero batidos- por nuestros compatriotas, a estos corresponde sacar puntos del lado m¨¢s d¨¦bil del tri¨¢ngulo.
Esta tarde, a las 4.30 en Bucarest. El historial de los partidos entre las dos selecciones puesto en una balanza no desnivelar¨ªa ninguno de sus platillos. Para los proleg¨®menos de la Copa de Europa de las Naciones de 1964 cada selecci¨®n gan¨® el partido de su campo, con m¨¢s distancia los espa?oles (6-0) que los rumanos (3-1). Para los de la misma competici¨®n del a?o pasado, dos ernpates, a uno en Madrid y a dos en Bucarest. Este ¨²ltimo dio a la selecci¨®n de Kubala el punto que necesitaba para llegar a los. cuartos de final, en donde la selecci¨®n alemana cerr¨® el paso con un empate y una victoria. Esta es la historia. ?Se repetir¨¢ y habr¨¢ otro empate como en noviembre de 1975 o la victoria que el f¨²tbol espa?ol no ha podido conseguir en Bucarest a¨²n? Aunque el equipo de Kubala ama gue a esto con sus dos realizadores, Juanito y el argentino-espa?ol Rub¨¦n Cano y con los balo nes que les suba Churruca, el equipo est¨¢ construido para aguantar el empate como bien suficiente.
Sucede que los rumanos han ganado en direcci¨®n porque para que la selecci¨®n recuperase alg¨²n trecho repatriaron de Par¨ªs a Etefan Kovacs, que cuidaba de la selecci¨®n tricolor francesa, despu¨¦s de haber estado en el Ajax cuando Michels se fue al Barcelona por vez primera y ganar una de sus copas europeas. Kovacs, por su labor en. Rumania y por sus estancias en Amsterdam y, sobre todo Par¨ªs, que es un poste irradiante de famas, pasa por ser uno de los mejores t¨¦cnicos europeos y est¨¢ en trance de remodelaci¨®n de la selecci¨®n rumana amiga nuestra de 1975. Las famas encogen un poco al lavarlas en casa, como el Real Madrid,ha comprobado con Miljanic, y,a lo mejor no es tan fiero Kovacs como lo han pintado o se pinta en su libro F¨²tbol total, pero se deja traslucir que los equipos que toca, mejoran de aspecto como los consumidores del cl¨¢sico chocolate de Mat¨ªas L¨®pez.
Kubala, como hasta la fecha, ha hecho un equipo a medida de las circunstancias, de lo que necesita en, Bucarest encarecidamente y de la cera que arde en el f¨²tbol espa?ol. Ha descubierto muy a ¨²ltima hora un oriundo nacionalizado al parecer sinm¨¢culas y que adem¨¢s no ha actuado, seg¨²n parece, en ninguna selecci¨®n argentina. Pero adem¨¢s, y esto es lo m¨¢s importante, que marca goles en el Atl¨¦tico de Madrid. Es el ?finish touch? que busca Kubala en sus selecciones y hall¨® en Roberto Mart¨ªnez antes poni¨¦ndole al lado del Amancio en declive de aquel tiempo cuando pod¨ªa. Ahora con Juanito, reconstruye el sistema para situarlo como cantera de una hueste de defensas y centrocamp?stas m¨¢s un falso extremo media-punta, Churruca. Kubala es hombre de ideas fijas y ?ritornellos?. Con ellos ha logrado magn¨ªficos resultados en partidos de adorno y ha fallado en los necesarios desde hace cerca de ocho a?os. ?Qu¨¦ har¨¢n los suyos en Bucarest? Borges escribi¨® de aquel samurai que lleg¨® en su disimulo a tratarse ?con rameras, con poetas y hasta con gente peor?. As¨ª, la selecci¨®n espa?ola hasta puede perder, porque nunca se sabe en donde ppede acabar el mal y los riesgos de la caza del punto en estos safaris balc¨¢nicos, en donde seha encerrado en tan gran porcentaje el f¨²tbol competitivo de la selecci¨®n de los ¨²ltimos lustros.
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