La lealtad del ej¨¦rcito

??Existe, detr¨¢s de las manipulaciones, que son evidentes, un peligro real de sublevaci¨®n militar en Espa?a? Los dirigentes de la Oposici¨®n democr¨¢tica no parecen ser de esta opini¨®n. El Ej¨¦rcito de 1977 no es ya el mismo del de despu¨¦s de la guerra civil. Subsiste en los grados superiores una clara fidelidad a los principios franquistas pero no sucede lo mismo a nivel operacional. La existencia de la Uni¨®n Militar Democr¨¢tica, cuyos miembros fueron procesados, es buena prueba de ello.Por otro lado, el Ej¨¦rcito ha dado ya varias veces prueba de su lealtad pol¨ªtica despu¨¦s de la muerte del caudillo. La descolonizaci¨®n precipitada del ex Sahara espa?ol fue, para muchos oficiales, un golpe m¨¢s dif¨ªcil de encajar que el del regreso oficial de Carrillo a Madrid. El secuestro del general Villaescusa en el mes de enero, supuso un brutal desaf¨ªo y una llamada a la sedici¨®n que sin embargo el Ej¨¦rcito no recogi¨®.

Ciertas pruebas de malhumor, ciertas veladas amenazas, han hecho necesarias a veces llamadas al orden o a la disciplina. No se ha pasado de ah¨ª. El rey Juan Carlos tiene razones de peso para confiar en un ej¨¦rcitodel que proviene y sobre el que ostenta el mando supremo.

?Se podr¨ªa decir lo mismo si un d¨ªa el gran viento de libertad -y de permisividad- que sopla sobre Espa?a y la grave crisis econ¨®mica que se cierne sobre ella llevaran al pa¨ªs a un ?desorden a la portuguesa?? Este es un segundo riesgo del que ni el Goberno ni la Oposici¨®n, parecen preocuparse por ahora.

16 abril