Carter no presion¨® para impedir la legalizaci¨®n del PC Espa?ol
La inquietud provocada en Norteam¨¦rica por lo que se considera un avance de los movimientos eurocomunistas, unida a la a¨²n confusa pol¨ªtica de la Administraci¨®n Carter al respecto est¨¢ presente en los medios pol¨ªticos estadounidenses, que se preguntan c¨®mo impedir o dificultar el acceso al poder de los partidos comunistas en Francia, Italia y Espa?a, sin una intervenci¨®n directa de Washington en los asuntos internos de esos pa¨ªses. Por el momento, la soluci¨®n parece haberse encontrado en lo que se de nomina ya como la pol¨ªtica de ?no indiferencia?.Ayer mismo, dos influyentes diarios norteamericanos, el New York Times y el Wall Street Journal editorializaron sobre el problema, el ¨²ltimo de ellos centr¨¢ndolo concretamente en Espa?a, y asegurando que el presidente Carter no trat¨® de impedir la legalizaci¨®n del PC espa?ol. Para el Times, Norteam¨¦rica debe encontrar la f¨®rmula de defender su seguridad y sus intereses econ¨®micos en Europa, sin realizar actos de ?cruda interferencia?.
La estrategia que est¨¢ cre¨¢ndose con este fin ser¨ªa la bautizada por el diario franc¨¦s Le Monde como ?pol¨ªtica de no indiferencia?. El nombre proviene de una reciente declaraci¨®n del Departamento de Estado sobre el eurocomunismo, en la que se anunciaba la intenci¨®n norteamericana de no intervenir en el problema, aunque se dejaba bien claro que ?esto no significa que nuestra actitud ses indiferente.
La Administraci¨®n Carter, en clara oposici¨®n a la pol¨ªtica anterior, forjada por Kissinger, pretende opinar sobre el eurocomunismo con prudencia y sin amenazas, con lo que se evitar¨ªa dar a los partidos anticomunistas europeos la imagen de ?instrumentos de Washington?, que favorecer¨ªa a los comunistas en las urnas.
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Washington podr¨ªa dialogar con los partidos eurocomunistas
(Viene de la p¨¢gina primera).
Aunque es evidente que las posibilidades de tomar el poder que tienen los partidos eurocomunistas son m¨ªnimas por el momento, en Washington se da como probable ,una victoria d9 la izquierda en las elecciones legislativas francesas de 1978 y, como consecuencia, la entrada de ministros del PCF en el Gobierno. En Italia, la situaci¨®n se define como precaria y se reconoce la debilidad de la Democracia Cristiana y del Partido Socialista, en beneficio del PCI.
En cuanto a Espa?a, el diario Wall Street Journal aseguraba ayer que el Gobierno de Carter hizo muy poco para impedir la legalizaci¨®n del PCE, y que pocos d¨ªas antes de que ¨¦sta se produjera se anuncio la declaraci¨®n del Departamento de Estado, que aparente mente suaviz¨® las objeciones de Washington a la participaci¨®n comunista en los Gobiernos de Europa occidental. Para el diario, la actitud m¨¢s independiente y cr¨ªtica hacia Mosc¨² la mantiene el Partido Comunista Espa?ol, que es el m¨¢s d¨¦bil de los tres. El Wall Street Journal resalta el hecho de que los eurocomunistas hablan siempre de pluralismo y democracia en ?tiempo futuro? y dice que tienen dos caras, una liberal y otra pro sovi¨¦tica.
La pol¨ªtica m¨¢s flexible de la Administraci¨®n Carter hacia el fen¨®meno eurocomunista no es, desde luego, gratuita. Reciente bajada en Par¨ªs de que Estados Unidos ?no tolerar¨ªa? la participaci¨®n de los comunistas en el Gobierno, resultaron contraproducentes, como lo fue el renacimiento democr¨¢tico en Grecia y Portugal en cierta medida ?a pesar? de Washington, que hab¨ªa apoyado a los dictadores de ambos pa¨ªses.
Una nueva ?realpolitik?
?La tolerancia norteamericana de pol¨ªticas europeas reformistas o incluso radicales -escrib¨ªa Lieber-, incluso con un papel para los partidos comunistas aut¨®ctonos, seria una forma de acci¨®n realista. ?
Esta nueva realpolitik podr¨ªa incluir conversaciones entre Estados Unidos y los grupos izquierdistas europeos, incluyendo a los partidos eurocomunistas m¨¢s moderados, como los de Espa?a e Italia.
Pero la oposici¨®n a este giro, casi copernicano, de la pol¨ªtica tradicional de Washinton, es muy fuerte incluso en sectores de la Administraci¨®n Carter, heredados en su mayor¨ªa del anterior Gobierno. Funcionarios del Departamento de Estado, especialmente de la Oficina de Asuntos Europeos, se habr¨ªan opuesto a un total desmantelamiento de la-anterior pol¨ªtica, seg¨²n los columnistas Evans y Novak, del Washington Post. Una declaraci¨®n de la Casa Blanca sobre el problema eurocomunista, preparada para mediados de marzo, habr¨ªa sido frenada, y sustituida por la declaraci¨®n del Departamento de Estado, m¨¢s ambigua, para conciliar las posturas de los antiguos funcionarios y de los reci¨¦n llegados, seg¨²n revelaron los citados periodistas. As¨ª habr¨ªa surgido la pol¨ªtica de ?no indiferencia? que continuar¨¢ por el momento.
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