?Se atrever¨¢n a dimitir?
A 150 se acercaban ayer tarde las firmas de procuradores en Cortes que suscrib¨ªan la petici¨®n de celebraci¨®n de un Pleno extraordinario sobre la legalizaci¨®n del PCE. Las ¨²ltimas firmas, superado ya con creces el m¨ªnimo reglamentario de cien, tienen el valor de la propina o de la adhesi¨®n sentimental.En cambio, las dimisiones no prosperan. ?Por qu¨¦ no le animan sus se?or¨ªas a presentar una dimisi¨®n que seria, seguramente, la primera acci¨®n que tendr¨ªa que agradecerles el pueblo espa?ol al que, pretenciosamente, dicen representar? La verdad es que la gratitud ser¨ªa s¨®lo expresi¨®n de alivio por ver alejarse a los c¨®mplices de un tiempo pol¨ªtico funesto, porque en puridad, desde el instante en que entr¨® en vigor la ley de Reforma Pol¨ªtica -por la que los espa?oles optaron por unas Cortes democr¨¢ticas- sus se?or¨ªas est¨¢n de m¨¢s en el palacio de la Carrera de San Jer¨®nimo.Sin embargo, es curioso que los procuradores m¨¢s intensamente bunkerianos pretenden utilizar la dimisi¨®n como m¨¦todo de presi¨®n hacia el presidente de las Cortes, para que convoque nada menos que un Pleno extraordinario, en el que se revise o ponga a discusi¨®n una decisi¨®n del Gobierno. ?Pero cu¨¢ndo se ha visto eso en el r¨¦gimen de la unidad de poderes y coordinaci¨®n de funciones?
El grupo de procuradores (me resisto a denominarlo parlamentario) Acci¨®n Institucional, comandado por Rafael D¨ªaz-Llanos, se ha permitido dar un tiempo prudencial al presidente de las Cortes -y al Gobierno, porque la legislaci¨®n franquista les hace ir de la manopara que convoque el Pleno solicitado, o de lo contrario se reunir¨¢n de nuevo ?para adoptar las resoluciones pertinentes?, Bajo este eufemismo, en medios legislativos se ha visto la amenaza de una dimisi¨®n en masa.
?Pero se atrever¨¢ el se?or Diaz Llanos y sus amigos hasta un d¨ªa antes de que les echen materialmente de la C¨¢mara legislativa, a abandonar por su pie el reducto de poder - e influencia en el: que han ,venido legislando, casi siempre de espaldas a los espa?oles, y en todo caso. sin rechistar con amenazas de dimisiones a los diferentes Gobiernos franquistas con los que se honraron -l¨®gico- en colaborar?
Si alguien abriga alg¨²n temor por el espect¨¢culo de unas dimisiones masivas, que se tranquilice. Los franquistas s¨®lo conjugan el verbo dimitir cuando tienen a la vista un nuevo cargo. Todo quedar¨¢ en un show electoral de Alianza Popular para su clientela.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.