La sindicaci¨®n de funcionarios y el se?or L¨®pez Rod¨®
En unas declaraciones en el diario Ya del d¨ªa 26 de febrero, se?ala el se?or L¨®pez Rod¨®, que existe una diferencia esencial entre la condici¨®n de empleado y funcionario, basada en que estos ¨²ltimos participan, en mayor o menor grado, de postestad p¨²blica. Llevamos varios a?os en la Administraci¨®n y sabemos que en ella s¨®lo existe un grado de potestad p¨²blica y que es ostentado por los altos cargos de designaci¨®n pol¨ªtica ya que casi todos los de direcci¨®n lo son.La corrupci¨®n administrativa espa?ola, es lo suficientemente evidente para no tener que cuestionarla en esta carta, pero lo que no vamos a admitir ahora, es la velada pretensi¨®n del se?or L¨®pez Rod¨® de repartir las responsabilidades de ella entre todos los trabajadores de la Administraci¨®n. No, se?or L¨®pez Rod¨®, la mayor¨ªa de los que trabajamos para la Administraci¨®n no tenemos, ni hemos tenido nunca, postestad p¨²blica y, por tanto, lo que s¨ª queremos tener, al igual que el resto de los espa?oles, es derecho a pedir cuentas de qui¨¦n y c¨®mo ejerci¨® y ejerce esta potestad.
Afirma, asimismo, don Laureano que le repugna la idea de crear un instrumento de los funcionarios frente a la Administraci¨®n, est¨¢ evidentemente en su perfecto derecho a sentir sus peculiares repugnancias, a nosotros y, en uso del mismo derecho, nos repugna la idea de que no se cree este instrumento, no s¨®lo para defender los derechos de los trabajadores de la Administraci¨®n p¨²blica, sino para dignificar una Administraci¨®n que, nadie debe olvidar, deber¨ªa estar al servicio del pa¨ªs.
La creaci¨®n de un sindicato de funcionarios no ser¨ªa ?revolvernos ya que nosotros no encarnamos a la Administraci¨®n, sino que trabajamos, al igual que cualquier otro sector laboral, para ella, que, por cierto, no es el mejor patr¨®n.
Ante la afirmaci¨®n de que los trabajadores de la Administraci¨®n tienen unos derechos m¨¢s protegidos jur¨ªdicamente que el resto de los trabajadores, nuestro asombro y sorpresa no tiene l¨ªmites. Ciertamente, y, a pesar de reiterar la necesidad y el derecho a la sindicaci¨®n, los trabajadores de la Administraci¨®n hubieran estado m¨¢s protegidos jur¨ªdicamente si el se?or L¨®pez Rod¨® no hubiera sustituido una ley que garantizaba la independencia de la Administraci¨®n y sus funcionarios ante las distintas pol¨ªticas (ley de Bases de 22 de julio de 1918), por otra que no es, ni m¨¢s ni menos, que una legalizaci¨®n de la dedocracia y distribuci¨®n de prebendas econ¨®micas.
Efectivamente el problema de los sueldos: es un tema muy delicado, sobre todo para los que los padecemos y, su resoluci¨®n no est¨¢ en manos de la Administraci¨®n, sino de las Cortes, pero durante casi cuarenta a?os, las Cortes han sido de hecho la Administraci¨®n y, por otra parte, tambi¨¦n las Cortes fijan un salario m¨ªnimo interprofesional, dejando en manos de la Administraci¨®n que obligue a todos los sectores laborales a pagarlo, salvo la excepci¨®n, al parecer, de la Administraci¨®n misma, ya que existen funcionarios que no alcanzan esta cifra salarial.
Por ¨²ltimo, tiene el se?or L¨®pez Rod¨® raz¨®n en algo, no tenemos conciencia de servidores del inter¨¦s p¨²blico, seguramente porque dudamos que la Administraci¨®n espa?ola, tal y como est¨¢ concebida, beneficie los intereses p¨²blicos y, s¨ª tenemos m¨¢s bien la impresi¨®n de que beneficia a otros intereses.
Comprendemos que a don Laureano se le haga cuesta arriba reconocer el derecho a la sindicaci¨®n de funcionarios, seguramente porque tiene conciencia de haber alcanzado en la Administraci¨®n una posici¨®n privilegiada, no es este nuestro caso.
Hay una cosa que s¨ª queremos agradecer al se?or L¨®pez Rod¨®, el haber dicho con claridad cu¨¢l es su opini¨®n, que no podemos por menos que identificar con la de Alianza Popular, respecto a este tema, as¨ª en las pr¨®ximas elecciones, todos aquellos que trabajamos para la Administraci¨®n, podremos tener una idea clara de hacia donde nos conviene no dirigir nuestros votos.
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