Ambiente distante en la visita de Hussein de Jordania a Washington
La visita oficial a Estados Unidos que inici¨® ayer el rey Hussein se produce en un momento en que las relaciones, habitualmente tan estrechas, entre Jordania y Norteam¨¦rica parecen encontrarse en su peor etapa, y cuando a¨²n no se han apagado totalmente los ecos de las revelaciones que hiciera hace dos meses el diario Washington Post sobre los v¨ªnculos entre la CIA y el monarca jordano.
Hussein, segundo jefe de Estado ¨¢rabe que visita Washington desde la toma de posesi¨®n de Carter, no se muestra especialmente optimista sobre la posibilidad de un cercano acuerdo pac¨ªfico en el Oriente Pr¨®ximo. Mientras que el presidente egipcio, Anuar el Sadat, dijo aqu¨ª hace tres semanas que 1977 podr¨ªa ser el a?o de la paz en la conflictiva zona, el monarca hachemita manifest¨® recientemente que quienes as¨ª piensan ?est¨¢n jugando con fuego?.El reconocimiento de Carter al derecho de los palestinos a tener una patria propia -primera ocasi¨®n en que un presidente norteamericano se manifestaba en este sentido- habr¨ªa causado, seg¨²n se estima en Washington, una gran preocupaci¨®n a Hussein, viejo enemigo de los palestinos, que teme, y no sin raz¨®n, que el futuro Estado palestino vaya a crearse a expensas del territorio jordano.
El presidente Carter, en su inesperada declaraci¨®n sobre el tema, no hizo referencia a d¨®nde podr¨ªa establecerse la ?patria propia? del pueblo palestino. Sin embargo, la mayor¨ªa de los planes para pacificar la zona incluyen la orilla occidental del Jord¨¢n y el corredor de Gaza como los lugares m¨¢s apropiados. Incluso no se descarta la posibilidad de a?adir la orilla oriental del r¨ªo Jord¨¢n al nuevo Estado, a expensas nuevamente del reino de Hussein.
No es de extra?ar, por ello, que el monarca hachemita aludiera recientemente a una ?conspiraci¨®n internacional? contra su pa¨ªs, que correrla principalmente a cargo de Estados Unidos y de Israel y que contar¨ªa con la connivencia de varios Estados ¨¢rabes y el visto bueno del mundo occidental, deseoso de estabilizar de una vez una regi¨®n tan importante para sus econom¨ªas, a¨²n resentidas por la crisis energ¨¦tica.
Otro tema de importancia a tratar entre Carter y Hussein ser¨¢ la f¨®rmula bajo la que debe acudir la delegaci¨®n de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP) a la conferencia de Ginebra. Los israel¨ªes se mostraron hasta el momento intransigentes y dispuestos ¨²nicamente a aceptar, a los palestinos si ¨¦stos van incluidos en la delegaci¨®n de Jordania. Por su parte, Hussein se niega vigorosa mente a esta soluci¨®n y pretende que la OLIP tenga su representaci¨®n propia e independiente en las futuras conversaciones de Ginebra.
Respecto a los lazos entre Hussein y el espionaje norteamericano, existen dudas sobre cu¨¢l fue el origen de la filtraci¨®n y qu¨¦ se pretend¨ªa con ello. El monarca jordano, que no pudo negar la existencia de los pagos, dijo que el objeto de los mismos no era su provecho personal, sino que el dinero iba destinado a operaciones de inteligencia en la zona.
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