Espa?a necesita un dr¨¢stico plan de estabilizaci¨®n
La situaci¨®n econ¨®mica espa?ola ha alcanzado unos niveles, insostenibles, sin que est¨¦ calificativo pueda considerarse como t¨®pico, y el enfrentamiento con ella supondr¨¢ el poner en pr¨¢ctica un dr¨¢stico plan de estabilizaci¨®n bajo la atenta vigilancia de las autoridades econ¨®micas mundiales. No se puede continuar enga?ando al pa¨ªs y seguir diciendo que nuestra capacidad de endeudamiento todav¨ªa puede ampliarse.
A grandes rasgos, ¨¦ste fue el diagn¨®stico realizado por el consejero- delegado del Banco Popular, Rafael Termes, sobre la situaci¨®n, econ¨®mica espa?ola en una reuni¨®n informal con los medios informativos.En opini¨®n del se?or Termes, el Gobierno no ha querido enfrentarse en serio con las verdaderas ra¨ªces de los problemas que nos aquejan. Esta realidad no es producto de incapacidad por parte de la Administraci¨®n, ya que ¨¦sta sabe muy bien lo que deb¨ªa haber hecho, porque si ha habido una ocasi¨®n en la que todos los economistas solventes del pa¨ªs han estado de acuerdo en el diagn¨®stico y en la receta, es la presente.
Tras calificar de ineficaces e incongruentes los sucesivos paquetes y medidas econ¨®micas adoptadas por el Gobierno, Rafael Termes apunt¨® la necesidad de imponer, despu¨¦s de las elecciones legislativas, un dr¨¢stico plan de saneamiento financiero.
El plan propuesto por el se?or Termes, probablemente quinquenal, de acci¨®n coordinada, deber¨¢ ser hecho con ayuda y de acuerdo con los expertos de la OCDE y del FMI, cuya financiaci¨®n necesitaremos para su implantaci¨®n, y dado a conocer al p¨²blico, de manera solemne, como una gran tarea nacional.
En segundo lugar, el objetivo de crecimiento del PIB, en t¨¦rminos reales, deber¨¢ ser muy modesto, por lo menos en la primera parte de su duraci¨®n, como corresponde a un pa¨ªs que todav¨ªa no ha pagado la factura derivada de la elevaci¨®n del precio del petr¨®leo.
En tercer lugar, en el contexto de un tratamiento fiscal justo y eficaz de las rentas de los distintos grupos sociales, hay que quebrar las expectativas inflacionistas programando el crecimiento de las retribuciones a la mera conservaci¨®n del poder de compra, medido no sobre la inflaci¨®n habida, sino en t¨¦rminos de la programada, que deber¨ªa reducirse, progresivamente para llevarla, en los cinco a?os del plan, a un porcentaje de una sola cifra.
En cuarto lugar, sobre la base de un cambio realista de nuestra divisa, que tenga en cuenta la p¨¦rdida experimentada en la relaci¨®n real del intercambio, habr¨ªa que hacer una pol¨ªtica de fomento de la exportaci¨®n, moderar la importaci¨®n y regular el endeudamiento exterior, con una asignaci¨®n de los recursos generados tendente a aumentar la formaci¨®n bruta de capital a expensas del consumo, desalentado por la pol¨ªtica de moderaci¨®n de rentas.
En quinto lugar, habr¨ªa que fomentar la reconstituci¨®n del margen de beneficios de las empresas, a trav¨¦s de un aumento de la productividad y en el contexto de una econom¨ªa social de mercado en el que se potenciar¨¢ la libertad econ¨®mica en r¨¦gimen de competencia, reduciendo gradualmente, pero al m¨¢ximo, el ¨¢rea de los sectores protegidos y de los circuitos privilegiados de cr¨¦dito, con una racionalizaci¨®n del sistema general de intereses, tanto en el sector oficial como en el privado.
Finalmente, para Rafael Termes, la pol¨ªtica monetaria concurrente con el objetivo estabilizador deber¨¢ inspirarse en una reducci¨®n progresiva de la tasa de crecimiento de las disponibilidades l¨ªquidas, y del. cr¨¦dito al sector privado, para llevarlo a niveles compatibles con la tasa deseada de crecimiento del PIB y la tasa de inflaci¨®n programada para cada a?o del plan.
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