Primero de mayo sin libertad sindical
En este pa¨ªs no tenemos libertad sindical ni en la teor¨ªa ni en la pr¨¢ctica, Conviene que esta afirmaci¨®n quede hecha, de forma clara e inequ¨ªvoca, porque hay quienes creen que la libertad sindical consiste en que cinco centrales sindicales (UGT, CCOO, USO, STV y SOC) hayan podido colgar sus r¨®tulos en las fachadas de sus respectivas sedes.El primero de mayo de 1977 sigue sin haber libertad sindical en Espa?a por algo tan sencillo como es la subsistencia de la Organizaci¨®n Sindical, aunque ahora se llame Administraci¨®n Institucional de Servicios Socioprofesionales (AISS). La legalizaci¨®n de las cinco centrales sindicales antes mencionadas no ha supuesto la desaparici¨®n de la legalidad del verticalismo. Pero la subsistencia del verticalismo no s¨®lo supone la continuidad de una instituci¨®n antidemocr¨¢tica, sino, tambi¨¦n, la continuidad de la cuota sindical obligatoria que, qui¨¦ranlo o no los trabajadores, se les descuenta cada fin de mes de su recibo de salarios.
A partir de ahora, quien se quiera afiliar a una de las centrales sindicales legalizadas tendr¨¢ que pagar dos cuotas, la obligatoria, que ir¨¢ a parar a las arcas de la AISS, y la voluntaria, que aportar¨¢ a su sindicato obrero. Muchos lectores me podr¨¢n decir que esta situaci¨®n no es nueva, que esa duplicidad de cuotas ya exist¨ªa para quienes estaban afiliados a la fuerza a la legal Organ¨ªzaci¨®n Sindical y voluntaria y clandestinamente a un sindicato obrero ¨ªlegal. De acuerdo. Pero antes, los afiliados a las centrales sindicales democr¨¢ticas eran muchos menos que los que cabe esperar sean dentro de unos meses, cuando muchos trabajadores hayan perdido el miedo.
Lo curioso es que esta competencia desleal del Estado para con las centrales sind¨ªcales tiene lugar cuando el Gobierno acaba de ratificar los Convenios 87 y 98 de la OIT, el primero de los cuales condena todo tipo de injerencia estatal en la vida sindical de las centrales legalmente existentes.
A muchos observadores ha sorprendido la relativa facilidad con la que el Gobierno Su¨¢rez, por el decreto-ley, ha borrado del Bolet¨ªn Oficial (de la realidad va a costar m¨¢s tiempo) el aparato del Movimiento, hasta el punto de que no pocos espa?oles se preguntan c¨®mo es posible que haya desaparecido el Movimiento y no lo haya hecho a¨²n su hijo m¨¢s amado, la Organizaci¨®n Sindical.
Entiendo que el principal obst¨¢culo para liquidar la AISS es el patrimonio sindical. El Gobierno no ha buscado soluciones para determinar el futuro de ese patrimonio, ni tampoco sobre el destino de los 35.000 funcionarios sindicales. De ah¨ª que el proceso de desmantelamiento de la Organizaci¨®n Sindical est¨¦ tan poco claro, y tan atrasado, como lo estaba en octubre de 1976, cuando se cre¨® la AISS. La AISS desaparecer¨¢ alg¨²n d¨ªa. Los funcionarios sindicales ver¨¢n respetados sus derechos si entre todos logramos para este pa¨ªs unas Cortes y un Gobierno democr¨¢ticos. Pero quede claro que la desaparici¨®n de la AISS no supone por s¨ª misma la existencia de la libertad sindical, por la sencilla raz¨®n ole que la libertad sindical no lo es s¨®lo de constituci¨®n de sindicatos, ni tampoco es s¨®lo libertad de afiliaci¨®n o no a esos sindicatos. La libertad sindical es tambi¨¦n libertad de acci¨®n sindical, que es lo mismo que decir libertad de negociaci¨®n colectiva y libertad de huelga, y, por supuesto, libertad de reuni¨®n y de manifestaci¨®n.
Quede claro, por tanto, que si bien la AISS es el principal obst¨¢culo para que en Espa?a haya libertad sindical, hay otros obst¨¢culosque no ocupan edificios, sino p¨¢ginas del Bolet¨ªn Oficial del Estado. Como ejemplo baste uno, el real decreto-ley de 4 de marzo de este a?o sobre, Relaciones Laborales, negador de la huelga y facilitador de los despidos.
Hay a¨²n m¨¢s obst¨¢culos a la libertad sindical. La prohibici¨®n de los actos previstos por C-COO, UGT y USO para el primero de mayo, y la prohibici¨®h del Congreso Constituyente de la Confederaci¨®n de Sindicatos Unitarios, son dos ejemplos concretos de que el Gobierno Su¨¢rez no ha tra¨ªdo la libertad sindical de la que repetidamente habla a los espa?oles.
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