El servicio del altar

En La Actualidad Espa?ola (n¨²mero 1.317) he tenido ocasi¨®n de estudiar el presupuesto de 1977 para culto y clero. El total asignado para dicho ejercicio, unos 5.000 millones de pesetas, es sensiblemente igual al presupuesto de alguno de los servicios sociales del Ministerio de Trabajo, presupuesto a cargo de las cuotas de la Seguridad Social.El objeto de mi comentario es doble:

1. Animar a los cat¨®licos a corresponsabilizarse en el sostenimiento de su culto (cf. p. 50 del art¨ªculo citado): ¨¦sta es la soluci¨®n m¨¢s equitativa para el conjunto de la comunidad pol¨ªtica y plena de gozo para el cat¨®lico sincero.

2. Disentir vivamente del pensamiento del cardenal arzobispo de Madrid, monse?or Taranc¨®n. cuando dice (ldem. p. 51): ?Si una sociedad es mayoritariamente cat¨®lica no se ve la Incompatibilidad de que sea el Estado -que recoge y administra las aportaciones de la comunidad en orden al bien com¨²n de todos los ciudadanos- el que atienda a las necesidades de la Iglesia, cuya actividad es, en este caso, de catolicismo mayoritario, un servicio muy interesante para el bien com¨²n, como lo es, en otros campos. el servicio de los maestros, profesores y catedr¨¢ticos, etc. ? Con todo el respeto debido a monse?or Taranc¨®n, creo que debo advertir lo siguiente:

a) La mayor¨ªa confesional no debe ser pagada tambi¨¦n con las contribuciones de las minor¨ªas.

b) La labor de la Iglesia cat¨®lica no puede confundirse con un servicio para el bien com¨²n?, puesto que el rol de una comunidad religiosa est¨¢ cada d¨ªa m¨¢s reservado a la labor espiritual, siendo sus aportaciones filantr¨®picas cada vez m¨¢s de competencia del Estado.

c) En cualquier caso, muchas confesiones acat¨®licas de Espa?a tambi¨¦n sostienen obras filantr¨®picas (colegios, asilos) y no reciben ni un c¨¦ntimo de esas 160 pesetas con que cada ciudadano contribuye al sostenimiento del culto cat¨®lico. Y no s¨®lo eso, sino que hasta jur¨ªdicamente son ciudadanos de segundo orden (concretamente en relaci¨®n a los problemas matrimoniales, en donde se pechan con todos los deberes, pero no se obtiene ning¨²n derecho).

d) ?Acaso se puede ya dudar de que la sociedad espa?ola es mayoritariamente laica? Estimo que una soluci¨®n que resolver¨ªa este problema ser¨ªa adoptar el sistema alem¨¢n para sostenimiento del culto a cargo de las contribuciones directas. Si cada contribuyente indica a qu¨¦ comunidad eclesial debe transferir el Estado parte de sus contribuciones, adem¨¢s de su inigualable justicia, demostrar¨ªa el poco valor real del catolicismo en Espa?a (siempre que la aconfesionalidad eximiese de este impuesto especial). ?No ser¨¢ que monse?or Taranc¨®n sepa de antemano el resultado?

Hoy d¨ªa, hay quienes pretenden negar un servicio com¨²n acogi¨¦ndose a que no se pague a cargo de sus aportaciones econ¨®micas algo con lo que no est¨¢n de acuerdo. Por ejemplo, la extrema derecha ?es contraria a la utilizaci¨®n de anticonceptivos porque estima que se debe respetar el derecho de los espa?oles que no est¨¢n de acuerdo con estas medidas y pagan tambi¨¦n la Seguridad Social? (EL PAIS, 1977-04-03, p. 18). Y ?qu¨¦ son unos seiscientos millones de pesetas anuales de anticonceptivos (lo que, por otro lado, es una inversi¨®n, al ?ahorrar bocas?) en comparaci¨®n a los 5.000 a fondo perdido de sostenimiento del culto de la pretendida mayor¨ªa confesional de Espa?a?