Asesinado el ministro salvadore?o de Relaciones Exteriores
Alarma y consternaci¨®n ha provocado en El Salvador la noticia del hallazgo, anoche, en la ciudad de Santa Tecla, a trece kil¨®metros de la capital, del cad¨¢ver del ministro de Asuntos Exteriores, Mauricio Borgonovo, asesinado de varios disparos en la cabeza. El canciller habla sido secuestrado el 19 de abril pasado por el Frente de Liberaci¨®n Nacional Farabundo Mart¨ª.
Las radios salvadore?as, al conocerse la noticia, comenzaron a informar agitadamente, manteniendo al pa¨ªs en una gran tensi¨®n.Los miembros del FLN se han mostrado, pues, implacables al asesinar al canciller, sin prestar o¨ªdos a los llamamientos que les hab¨ªan sido hechos por la familia del finado -una de las m¨¢s acaudaladas del pa¨ªs, que lleg¨® a ofrecer grandes sumas de dinero-, por la jerarqu¨ªa cat¨®lica salvadore?a, e incluso por el propio papa Pablo VI, en una homil¨ªa del pasado domingo.
Borgonovo ten¨ªa 39 a?os de edad. Hab¨ªa entrado en el Gobierno, ocupando la cartera de Asuntos Exteriores, en 1972, al hacerse cargo de la presidencia el general Arturo Armando Molina, y hubiera terminado sus funciones en julio pr¨®ximo, cuando el actual presidente pase su cargo a su sucesor electo, el tambi¨¦n general Carlos Humberto Romero.
El dram¨¢tico descubrimiento del asesinado canciller Borgonovo ha hecho cundir la inquietud entre la opini¨®n p¨²blica salvadore?a, temerosa de que se desate ahora una violenta represalia, no s¨®lo por parte del Gobierno, sino tambi¨¦n por parte de grupos clandestinos de extrema derecha, que amenazaron con sumergir al pa¨ªs en un ba?o de sangre si algo le suced¨ªa al canciller.
Al secuestrar a Mauricio Borgonovo, el FLN Farabundo Mart¨ª -del nombre de un l¨ªder izquierdista muerto en los a?os treinta-, hab¨ªa puesto como condici¨®n para liberarle que el Gobierno del general Molina, a su vez, pusiera en libertad a 37 presos pol¨ªticos. De lo contrario, amenazaba el FLN, Borgonovo ser¨ªa ?ejecutado?.
Diez d¨ªas despu¨¦s de la desaparici¨®n del ministro, el propio general Molina, hablando por radio a la naci¨®n, rechaz¨® las pretensiones de los guerrilleros porque, dijo, aceptarlas hubiera significado que los secuestros se hubieran multiplicado contra numerosas personas. Molina, al contrario, lanz¨® en¨¦rgicas advertencias a los guerrilleros para el caso en que se dejaran llevar por la veleidad de asesinar al secuestrado. Afirm¨®, por otra parte, que de la lista presentada por el FLN s¨®lo tres presos se hallaban en la c¨¢rcel, otros tres hab¨ªan sido dejados en libertad recientemente y, en fin, desconoc¨ªa el paradero de los 31 restantes.
Las familias de ¨¦stos hab¨ªan ocupado una iglesia de San Salvador, para apoyar las demandas del FLN, pero el primero de mayo pasado fueron desalojados de ella violentamente por los soldados. Ese mismo d¨ªa, en el que el Gobierno hab¨ªa prohibido todas las manifestaciones, los ciudadanos de San Salvador, al despertarse, vieron la ciudad literalmente tomada por el ej¨¦rcito, con tanques y ca?ones incluidos. Un conato de manifestaci¨®n, de alrededor de un millar de personas, termin¨® tr¨¢gicamente, al disparar contra ella los militares, que causaron ocho muertos y decenas de heridos. Varios centenares de manifestantes fueron, por otra parte, detenidos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.