Un nuevo proceso pone sobre el tapete las irregularidades de la CIA y la FBI

El Departamento de Justicia norteamericano y otras altas autoridades federales conoc¨ªan y aprobaron las pr¨¢cticas ilegales, desarrolladas por la FBI y la CIA, entre las que se incluye la violaci¨®n de correspondencia y el espionaje electr¨®nico, para vigilar a grupos pol¨ªticos radicales dentro de Estados Unidos, seg¨²n manifest¨® el jueves un ex agente de la CIA.James Angleton, antiguo jefe de la secci¨®n de contraespionaje de la Agencia Central de Inteligencia, asegur¨® a un grupo de periodistas que ¨¦l en persona hab¨ªa informado de estas actividades ilegales, en los primeros a?os setenta, al entonces ministro de Justicia, John Mitchell, y a su ayudante, Robert Mardian. Adem¨¢s, el tema habr¨ªa sido tratado en varias ocasiones en reuniones celebradas en la Casa Blanca en la ¨¦poca de Nixon, djjo tambi¨¦n Angleton.

En la actualidad est¨¢ en marcha un proceso contra un oficial de la secci¨®n de inteligencia interior de la FBI, John Kearney, por una serie de actividades ilegales cometidas en-Nueva Y¨®rk entre 1970 y 1972, durante la vigilancia de grupos pol¨ªticos extremistas. Las acusaciones contra Kearney, que motivaron u na manifestaci¨®n de trescientos agentes de la FBI en la puerta del edificio del tribunal, incluyen allanamiento de morada, violaci¨®n de correspondencia e intervenci¨®n de tel¨¦fonos.

Por otra parte, el Partido Socialista de los Trabajadores, de ideolog¨ªa trotskista, demand¨® a la FBI por entradas subrepticias en sus locales y pide m¨¢s de treinta millones de d¨®lares de indemnizaci¨®n. M¨¢s recientemente, tres personas acusaron a la CIA de ?invasi¨®n de su vida privada? y la demanda fue aceptada por un juez de Brooklyn. En los tres casos, agentes de la CIA interceptaron y abrieron cartas, dir¨ªgidas a estas personas, que proven¨ªan de un pa¨ªs socialista.

La Administraci¨®n Carter anunci¨® repetidas veces su intenci¨®n de reestructurar los servicios de espionaje y de impedir que los mismos incurrieran en pr¨¢cticas anticonsti tuciona les en el ejercicio de sus misiones. El ministro de Justicia, Griffin Bell, declar¨® recientemente que seguir¨ªa adelante con los procesos contra agentes de los servicios de seguridad acusados de actividades ?l¨ªcitas, aunque reconoci¨® que la apertura de estos procesos hab¨ªa creado un gran malestar entre dichos agentes y que, concretamente, la moral de los hombres de la FBI era ?muy baja? despu¨¦s deljuicio contra Kearney.

En su declaraci¨®n, James Angleton dijo que ?no exist¨ªa ninguna duda? de que el Ministerio de Justicia estaba al corriente de los m¨¦todos empleados por Kearney y sus hombres en Nueva York, para vigilar a los miembros del Weatherman Underground, una organizaci¨®n radical d ' e derecha a la que se atribu¨ªa la colocaci¨®n de varias bombas y otros actos terroristas. Robert Mardian, que era entonces el colaborador m¨¢s directo del ministro de Justicia y que en la actualidad se ha retirado de la pol¨ªtica, neg¨® que hubiera sido informado por Angleton de las pr¨¢cticas ilegales de la FBI o de la CIA.

Los agentes de la FBI alegan que siempre act¨²an con plena autorizaci¨®n de sus superiores y que el proceso contra Kearney es una vendetta dirigida por algunos miembros de la nueva Administraci¨®n, que, tuvieron roces con la Oficina Federal de Investigaci¨®n en la ¨¦poca de las protestas contra la guerra de Vietnam.