El Atl¨¦tico, campe¨®n en el Bernab¨¦u
Se bast¨® a s¨ª mismo el Atl¨¦tico para obtener el t¨ªtulo de campe¨®n de Liga en un encuentro en el que incluso la derrota le era suficiente, puesto que el Barcelona no pudo ganar en Elche. El Atl¨¦tico que en los ¨²ltimos minutos incluso pudo haber salido derrotado del Bernab¨¦u, fue sin lugar a dudas el mejor conjunto de los dos, el que realiz¨® superior f¨²tbol y el que tuvo las mayores y mejores chispas de inspiraci¨®n. El Atl¨¦tico, con toda justicia, fue a proclamarse campe¨®n en el campo de su m¨¢s tradicional adversario. Como dir¨ªa un castizo, ?para mas inri?.Hubiera sido injusto que el Madrid batiera al Atl¨¦tico en las postrimer¨ªas del encuentro, porque con ello se pod¨ªa haber dado la sensaci¨®n de que el juego desarrollado hab¨ªa sido otro y porque, en definitiva, la consecuci¨®n del t¨ªtulo hubiera quedado de alg¨²n modo empa?ada. El Madrid, m¨¢s por la honrilla de batir a su rival en un a?o en el que ha ido de fracaso en fracaso, que por el posible puesto para la copa de la UEFA, necesitaba obtener los dos puntos, hizo un esfuerzo final, pero a contrapelo, sin cohesi¨®n y en definitiva, sin la inspiraci¨®n necesaria para mostrar un ¨¢pice de la en otros tiempos su famosa capacidad de reacci¨®n.
Hubo de entrada marcajes severos por parte de ambos conjuntos. Luis le destin¨® a Jensen al corret¨®n Marcelino y puso a Benegas sobre Roberto, mientras Aguilar qued¨® a disposici¨®n de Cap¨®n. El Madrid no descuid¨® la vigilancia del adversario a base de vigilar a Rub¨¦n Cano por medio de Benito, que esta vez hizo su aparici¨®n en el terreno de juego con el hacha de guerra. Ur¨ªa y Camacho se alternaron con Ayala cuando ¨¦ste cambi¨® de demarcaci¨®n. Bermejo fue menos controlable porque anduvo por una zona intermedia m¨¢s que por delante.
La balanza vino a inclinarse por el centro del campo. Pereira libre y tranquilo, a veces excesivamente, se sum¨® cuantas veces quiso a la media y a la delantera, y Robi, Alberto y Leal, mejor escalonados que sus oponentes, se hicieron con el mando. El Madrid s¨®lo opuso en la zona ancha alguna resistencia a base de espor¨¢dicas incursiones de Pirri. Breitner, que se desped¨ªa, estuvo tan desdibujado que el p¨²blico ni se enter¨® de su presencia. No dej¨® nada para el recuerdo. Vitoria mostr¨® una vez m¨¢s su falta de consistencia para el primer equipo madridista y Del Bosque fue el ¨²nico que en algunos momentos se sinti¨® con ¨¢nimos para ordenar el juego de sus compa?eros.
De nuevo mostr¨® el Madrid su incapacidad para armar un juego incisivo. El habitual pase lateral, cuando no retrasado, propici¨® la colocaci¨®n del Atl¨¦tico. El conjunto rojiblanco, h¨¢bilmente, replegado y velozmente desdoblado en el contraataque, se movi¨® a: sus anchas la mayor parte del encuentro.
El Atl¨¦tico anduvo suelto y sus jugadores pudieron ejercer de delineantes pas¨¢ndose el bal¨®n al primer toque. Los atl¨¦ticos siempre ten¨ªan a qui¨¦n pasar la pelota y todas sus acciones se ve¨ªan apoyadas. No hab¨ªa nadie que hiciera la guerra por su cuenta. El p¨²blico tuvo momentos sobrados para soltar el ol¨¦ cuando el Atl¨¦tico pose¨ªa la pelota y no se ve¨ªa la posibilidad de que la perdiera. En algunos momentos hubo sensaci¨®n de burreo. Antes del gol de Cano, Pereira le hizo un humillante quiebro a Jensen. El rid¨ªculo del dan¨¦s no se lo perdon¨® el p¨²blico al brasile?o y en el segundo tiempo le abuche¨® en cuanto tuvo ocasi¨®n. Sobre todo despu¨¦s de que Roberto Mart¨ªnez le agrediera al recoger el bal¨®n del fondo de las mallas.
Qued¨® visto para sentencia el partido con el tanto de Rub¨¦n Cano porque la impotencia madridista era evidente. S¨®lo el regalo de Cap¨®n propici¨® una embarullada reacci¨®n blanca. Pero ni Rubi?¨¢n ni Santillana, ¨²ltimos recursos de Miljanic, sirvieron para gran cosa.
La absurda dureza de algunos momentos no acab¨® de empa?ar el partido.
Miljanic, en el pen¨²ltimo partido oficial de la temporada, vino a demostrar que no tiene las ideas muy claras con respecto a lo que puede hacer con la plantilla madridista. Una vez m¨¢s se dedic¨® a las probaturas. Una vez m¨¢s mont¨® un conjunto diferente y al final tuvo que optar por el viejo recurso de bombear balones sobre el ¨¢rea para aprovechar las aptitudes de Santillana y Roberto. El Madrid necesita soluciones urgentes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.