El Pa¨ªs Vasco y el Ulster
UNA CORRIENTE de opini¨®n interesada trata de hacer ahora comparaciones entre el Ulster y el Pa¨ªs Vasco. Comparaci¨®n a todas luces inexacta y tra¨ªda por los pelos, pero que justificarla un tratamiento del problema vasco por parte del Gobierno similar al que Londres utiliza en Irlanda del Norte. Quien habla, pues, de ?ulsterizaci¨®n? del Pa¨ªs Vasco est¨¢ pidiendo al mismo tiempo, de manera velada, un tratamiento ?militar? del problema, con el intento consiguiente de ?congelar? la situaci¨®n. Esa ser¨ªa la culminaci¨®n de la tragedia.De ninguna manera puede contemplarse Euskadi c¨®mo si fuera el Ulster espa?ol, y son muchas m¨¢s las diferencias que las similitudes de ambos problemas. En primer lugar, el Reino Unido de la Gran Breta?a es precisamente eso: un ?reino unido? con estructura federal, que agrupa a distintas nacionalidades -Inglaterra, Pa¨ªs de Gales, Escocia e Irlanda del Norte-, donde adem¨¢s el Ulster tiene Gobierno y Parlamento aut¨®nomos que el Pa¨ªs Vasco no posee.
El conflicto del Ulster es una herencia de la lucha irlandesa por su independencia, que concluy¨® en la partici¨®n de Irlanda. Los problemas del Ulster son, primero, problemas interiores del territorio, donde dos sectores de su propia comunidad se enfrentan entre s¨ª en aut¨¦ntica guerra civil, en principio por razones religiosas mezcladas con discriminaciones econ¨®micas y pol¨ªticas. No hay un sector del Pa¨ªs Vasco contra otro en el interior de Euskadi: no hay una guerra de religi¨®n en Euskadi. Irlanda ha mantenido un conflicto secular con Londres: Euskadi no ha mantenido jam¨¢s un conflicto contra el poder central de ese g¨¦nero, y s¨®lo el precedente de las guerras carlistas puede parangonarse. Las reivindicaciones de Euskadi se limitan a una petici¨®n de autonom¨ªa pol¨ªtica y un reconocimiento foral de su personalidad, dentro de la comunidad espa?ola. S¨®lo minor¨ªas radicalizadas -que juegan el tr¨¢gico juego de la violencia, padecen la represi¨®n y la provocan al mismo tiempo- plantean una hipot¨¦tica independencia, pero esta actitud no es un dato atribuible a lagran mayor¨ªa del pueblo vasco, ni mucho menos.
El Ulster es un pa¨ªs de emigraci¨®n, muy poco desarrollado en relaci¨®n al resto de Gran Breta?a. Por el contrario, el Pa¨ªs Vasco es una tierra de inmigraci¨®n, desarrollada y rica, con un alto nivel de vida. Ni la constituciona??dad, ni la religi¨®n, ni la historia, ni la econom¨ªa, ni la pol¨ªtica admiten la comparaci¨®n. Hablar de la "ulsterizaci¨®n" de Euskadies hacer una llamada soterrada a la violencia. Y contribuir a la nueva conspiraci¨®n de los extremos, que s¨®lo parece tener un objetivo entre nosotros: evitar que el pueblo se exprese en las elecciones del 15 de junio.
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