El legitimo autonomismo
?El tema de fondo no radica en la condonaci¨®n de unas penas y la excarcelaci¨®n de unos detenidos concretos marginados hasta ahora de los decretos de gracia, aunque este sea el leit motiv subsistente detr¨¢s de las proclamas favorables a la amnist¨ªa.Esta es una parte del problema, el aspecto personal del mismo, la causa m¨¢s emotiva e impulsadora de la movilizaci¨®n p¨²blica. Pero nos atrevemos a decir que, aun sustanciado positivamente ese reclamo, cuya pertinencia se sit¨²a en el ¨¢mbito exclusivo de la pol¨ªtica, el drama seguir¨¢ presente e nuestra vida nacional, porque no se trata s¨®lo de la libertad de unos hombres que se han rebelado violentamente contra la antigua situaci¨®n autoritaria, sino principalmente de la reivindicaci¨®n autonomista o independiente bajo la bandera de Euskadi.
El reto, como se ve, es muy serio y demanda por ello un planteamiento profundo, lo cual exige un di¨¢logo frontal y sin eufemismos con las fuerzas que protagonizan el proceso de cambio, tanto en las Vascongadas como en el resto de Espa?a.
Lo que procede es precisar cuanto antes los l¨ªmites del autonomismo leg¨ªtimo, que es todo aquel compatible con la unidad fundamental de Espa?a, y comprometerse a defenderlo y a proclamarlo en las futuras Cortes, con objeto de dejar aislada y sin justificaci¨®n posible la amenaza separadora.
En resumen, pensamos que la amnist¨ªa constituye una petici¨®n extrajur¨ªdica, aconsejable desde el punto de vista de la circunstancia pol¨ªtica, aunque el tema de fondo afecta a la organizaci¨®n concreta del Estado y es ah¨ª donde debe ventilarse realmente el asunto. Por lo cual conviene considerarlo deprisa y con el rigor debido, para que, en su d¨ªa, la f¨®rmula constitucional que se adopte sobre este punto clave reconozca el m¨¢ximo poder regional sin poner en peligro los supremos intereses de Espa?a. As¨ª, con claridad, lucidez y justicia es posible articular un nuevo marco para la convivencia entre todos los pueblos de la naci¨®n, arrumbado definitivamente el centralismo consuetudinario y la secular tentaci¨®n disgregadora.?
24 mayo
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