De agentes de la autoridad han pasado a marginados sin empleo
Todav¨ªa quedan en prisi¨®n algunos de aquellos guardias civiles y polic¨ªas armados detenidos a ra¨ªz de la manifestaci¨®n del pasado 17 de diciembre. Otros 46 guardias civiles han sido expulsados del Cuerpo como consecuencia de lo mismo.
Cuarenta y seis guardias civiles han sido expulsados del Cuerpo como consecuencia de la manifestaci¨®n llevada a cabo por unos 2.000 polic¨ªas armados y guardias civiles, el pasado 17 de diciembre, en la plaza de Oriente y frente al Ministerio de la Gobernaci¨®n, reivindicando mejoras profesionales. Otros trece agentes de la autoridad -guardias y polic¨ªas- est¨¢n a¨²n en prisi¨®n.Algunos de los expulsados han dirigido cartas al Rey y al presidente del Gobierno en las que exponen los hechos ocurridos y expresan quejas por lo que consideran medidas arbitrarias -como la de expulsi¨®n -o discriminatorias ,-como el haber reca¨ªdo el castigo s¨®lo sobre unos pocos- que se han cometido con ellos.
Los antecedentes
Seg¨²n se nos ha informado, el movimiento reivindicativo tiene sus or¨ªgenes unos cinco a?os atr¨¢s, pero nunca se atrevieron a hacerlo realidad mediante una medida como la de la manifestaci¨®n aludida. Esta concienciaci¨®n entre los guardias civiles y los polic¨ªas armados culmina en el mes de diciembre pasado con la decidida voluntad de manifestar p¨²blica y colectivamente sus aspiraciones. ?Por supuesto, cinco d¨ªas antes de la manifestaci¨®n, los jefes sab¨ªan que ¨¦sta se iba a producir. Sin embargo, nada hicieron por impedirla. Quiz¨¢ pensaban que, como en otras muchas ocasiones, no tendr¨ªamos valor. O quiz¨¢ tambi¨¦n a los mandos les interesaba que la hici¨¦ramos: la seguridad social que ped¨ªamos podr¨ªa beneficiarlos a ellos. O por otras motivaciones que nosotros desconocemos.? Sobre este particular en su momento, se apunt¨® la hip¨®tesis de que tal manifestaci¨®n pod¨ªa haber sido una acci¨®n m¨¢s en un contexto de manipulaciones de sucesos con vistas a desestabilizar el momento pol¨ªtico del pa¨ªs en general. Recu¨¦rdese el secuestro de Oriol, los sucesivos asesinatos y el secuestro del teniente general Villaescusa, acontecimientos todos ellos que constituyeron una oleada de violencia y tensi¨®n inusitadas.
Cuatrocientos detenidos
La manifestaci¨®n se hizo. Pidieron cosas que habitualmente se entienden como estrictamente laborales y pidieron cosas que habitualmente se entienden como pol¨ªticas.La manifestaci¨®n pas¨®. Y, de los 2.000, fueron detenidos cuatrocientos; se les intruy¨® sumario y se les envi¨® a prisi¨®n, seg¨²n nos siguen informando fuentes oficiosas. ?Se conoc¨ªan m¨¢s nombres, pero no se detuvo a nadie m¨¢s. Cuatrocientos ya supon¨ªan un buen escarmiento. Los 2.000 hubieran acarreado demasiados problemas, aunque s¨®lo fueran burocr¨¢ticos. Pero tal forma de zanjar la investigaci¨®n apunta m¨¢s hacia unas intenciones t¨¢cticas que hacia un aut¨¦ntico deseo de hacer justicia ?. ?Hemos sido cabezas de turco. Se nos castiga y degrada por algo que no impide seguir en su puesto, ni resta dignidad, a los dem¨¢s compa?eros?, han opinado algunos.
En la prisi¨®n de Soria
De los cuatrocientos, 101 fueron a la prisi¨®n de Soria, ?que estaba sin terminar y le faltaban dos meses para ser entregada y abierta?. De ¨¦stos, 37 eran guardias civiles y 64 polic¨ªas armados. Los restantes 82 guardias civiles fueron internados en la Academia de El Escorial, y el resto en distintos organismos mili tares en r¨¦gimen de prisi¨®n Cumplir¨ªan dos meses de arresto ?en el que hasta hemos tenido que pagarnos la comida?.Ocho de los guardias civiles ingresados en Soria fueron trasladados a los calabozos del CIR n¨²mero I de Colmenar Viejo, desde el 2 de febrero hasta el 21. Tambi¨¦n hab¨ªa aqu¨ª polic¨ªas armados. Abogados de ¨¦stos, ante las condicione en que se encontraban, consiguieron que fueran evacuados en menos de 48 horas. Y d¨ªas despu¨¦s sal¨ªan tambi¨¦n los guardias civiles.
Todav¨ªa quedan trece detenidos -nueve polic¨ªas armados y cuatro guardias civiles- que se encuentran en la comisar¨ªa de Entrev¨ªas -a¨²n abierta al p¨²blico- y en el Cir n¨²mero 2 de Alcal¨¢ de Henares, respectivamente. Parece que a ¨¦stos se les considera cabecillas de la manifestaci¨®n. ?Del mismo modo que se est¨¢ poniendo en libertad a aquellos que antes eran objeto de nuestra persecuci¨®n, tambi¨¦n quisi¨¦ramos que pusieran en libertad a nuestros compa?eros.?
Tras la salida de prisi¨®n, s¨®lo a los ocho guardias civiles que fueron trasladados a Colmenar Viejo desde Soria se les comunic¨® que quedaban en arresto domiciliario. A los dem¨¢s se les comunic¨® el levantamiento del arresto domiciliario sin saber antes que se hallaban en tal situaci¨®n.
Los 46 expulsados
Los ¨²ltimos datos que nos han sido facilitados, se?alan que todos los detenidos, a excepci¨®n de los que a¨²n se hallan encerrados y los expulsados, han vuelto a sus funciones. Si bien han sido trasladados de destino. A los polic¨ªas armados se les ha permitido seguir en Madrid, aunque en distintos lugares de los que hab¨ªan pertenecido. A los guardias civiles se les ha trasladado fuera de Madrid.De los 46 expulsados de la Benem¨¦rita, uno prestaba servicio en Logro?o. Se le ocurri¨® entonar con la corneta la canci¨®n de Libertad sin ira. Fue secundado por unos trescientos compa?eros. Era la cena de Nochevieja. Se supone que se extendi¨® en solidaridad con los manifestantes de Madrid. Al corneta le cost¨® la expulsi¨®n del Cuerpo, autom¨¢ticamente por radio.
Cuando tuvo lugar la orden de expulsi¨®n de los ¨²ltimos diecinueve, en la Academia de El Escorial se produjo un incidente de protesta entre los guardias j¨®venes. Hubo algunos desperfectos de materiales, que supuso pagar 114 pesetas a cada uno de los alborotadores. Esto suced¨ªa el 10 de febrero, cuando se rumoreaba que los expedientes de expulsi¨®n iniciados ascend¨ªan a unos noventa. La cosa qued¨® en los citados 46.
Sin empleos
El gran problema con el que se enfrentan los expulsados -seg¨²n se nos ha explicado-, entre los que hay varios padres de familia, es la falta de empleo y la pr¨¢ctica imposibilidad de conseguirlo, pues all¨ª donde van les piden certificado de buena conducta, antecedentes, y el resultado es negativo,?Parece que no nos queda otro camino que alquilarnos como guardaespaldas o algo as¨ª?, comenta alguno. Tambi¨¦n dicen que ?a pesar de llevar ya m¨¢s de dos meses en esta situaci¨®n, todav¨ªa no se han vendido ni alquilado a ning¨²n enemigo de la Justicia, pues siguen creyendo en los rombos de sus uniformes?.
En alg¨²n caso, los familiares han sufrido la visita de agentes de la autoridad que han registrado las habitaciones donde ten¨ªan efectos personales de alg¨²n sancionado. ?Creemos que si quieren saber algo de nosotros, pueden venir a preguntarnos sin necesidad de traumatizar a nuestros padres?, se nos ha comentado.
La orden y la derogaci¨®n
La orden de expulsi¨®n, ?con independencia y sin perjuicio de las responsabilidades que puedan de rivarse del procedimiento judicial ? -seg¨²n reza la notificaci¨®n se basa en la R. O de 17 de enero de 1893 (C. L. n¨²mero 22). Este ha sido recienteniente derogado, y ya no se puede expulsar salvo a ra¨ªz de ser condenado a tres a?os de arresto, enjuicio. En esa orden de expulsi¨®n se les cataloga corno ?perjudiciles?, que, al parecer, viene a ser como fuera de la ley.Tal derogaci¨®n es uno de los logros positivos de todo este asunto. De todos modos, el juicio dir¨¢ su ¨²ltima palabra, aunque no se sabe cu¨¢ndo tendr¨¢ lugar, La causa la instruye el juzgado militar Permanente n¨²mero 1 .
Otros logros han sido el pasar a ser cubiertos por la Seguridad Social y acogerse a las ayudas de la Mutua Ben¨¦fica del Cuerpo que ahora concede a los cr¨¦ditos de hasta un mill¨®n de pesetas a un inter¨¦s del 5 %.
Otras reivindicaciones est¨¢n en estudio, parece ser.
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