La cuesti¨®n energ¨¦tica ha hecho naufragar el "di¨¢logo Norte-Sur"

ENVIADO ESPECIAL?La Conferencia de Par¨ªs ha servido para superar una etapa: la del di¨¢logo?, declar¨® Valery Giscard d'Estaing, presidente de la Rep¨²blica francesa, al comentar los d¨¦biles resultados del ?di¨¢logo Norte-Sur? ante sus dos copresidentes, el canad¨ªense Mac Eachen, por parte del grupo de los ocho industrializados, y el venezolano P¨¦rez Guerrero, de lado de los diecinueve pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo. La visi¨®n de Giscard es justa. Se abre una etapa para el di¨¢logo, pero no logra, como pretend¨ªa el presidente franc¨¦s al lanzar la idea de tal conferencia en 1974, trazar las bases para ?un nuevo orden econ¨®mico internacional?.

Un comunicado final, elaborado despu¨¦s de 65 horas de una marathon diplom¨¢tica en el centro de conferencia de la avenida Kleber, no consigue ocultar los puntos de divergencia fundamentales que existen entre el bloque de pa¨ªses industrializados del Norte (aparte los comunistas, que no parecen sensibles a asociarse al debate) y los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo del Sur.Nacida para buscar soluciones a la crisis del petr¨®leo, originada en otono de 1973 por el embargo de los pa¨ªses de la OPEP, la Conferencia sobre la Cooperaci¨®n Econ¨®mica Internacional fracas¨® en sus objetivos fundamentales por falta de acuerdo en el tema del petr¨®leo. Adem¨¢s, la energ¨ªa, la deuda exterior de los pa¨ªses del Tercer Mundo, la alineaci¨®n del precio de las materias primas con la inflaci¨®n que penaliza el precio de los productos manufacturados, contin¨²an en el centro de la pol¨¦mica entre pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo y pa¨ªses industrializados.

?La unidad del Tercer Mundo es lo m¨¢s sobresaliente de esta conferencia?, declar¨® Manuel P¨¦rez Guerrero, ministro venezolano de Estado y copresidente de la misma, al comentar los escasos resultados a las tres de la madrugada del viernes.

Si se analiza el contenido ?di¨¢logo Norte-Sur? destaca que las ¨²nicas concesiones vienen de parte del bloque industrial, aunque sean pocas. Hay una acci¨®n especial de mil millones de d¨®lares para paliar la deuda exterior de los pa¨ªses subdesarrollados, varias orientaciones para la cooperaci¨®n al desarrollo y la decisi¨®n pol¨ªtica de crear un fondo com¨²n para la estabilizaci¨®n de materias primas.

Aunque el grupo de los diecinueve quer¨ªa m¨¢s (liquidaci¨®n de la deuda exterior y alineaci¨®n del precio de matenas primas con el de los productos manufacturados), la verdad es que no ofreci¨® ninguna contrapartida para seducir a los industrializados a ir m¨¢s lejos. Hay negativa en la creaci¨®n de un foro para discutir problemas energ¨¦ticos (¨¦stos ser¨¢n vistos en el marco de instituciones de la ONU) y hay negativa para estudiar un sistema de garant¨ªa de inversiones privadas extranjeras en pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo.

El conjunto de participantes coinciden en afirmar que el ?di¨¢logo Norte-Sur?, aunque lejos de alcanzar sus objetivos iniciales, logra marcar una primera etapa hacia la negociaci¨®n. El principal compromiso de la reuni¨®n de Par¨ªs es la decisi¨®n pol¨ªtica de crear un ?fondo com¨²n? para la estabilizaci¨®n de los beneficios derivados de las materias primas.

A partir de noviembre, en el organismo especializado de las Naciones Unidas para tratar los problemas de desarrollo, la UNCTAD, industrializados y pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo abrir¨¢n el dossier del ?fondo com¨²n? para la estabilizaci¨®n de materias primas. Ser¨¢ la primera prueba de fuego de los resultados del ?di¨¢logo Norte-Sur?.