Un "di¨¢logo Norte-Sur" reducido

Los representantes de un cuarto del total de la poblaci¨®n mundial, los jefes de Estado de 34 pa¨ªses de la Commonwealth, iniciaron ayer, en Londres, una serie de discusiones sobre lo que ellos tambi¨¦n denominan el ?di¨¢logo Norte-Sur?. La asamblea de ex colonias brit¨¢nicas tiene en su seno a algunas de las naciones m¨¢s desarrolladas, como Gran Breta?a, Canad¨¢, Australia o Nueva Zelanda, pero comprende, asimismo, a las que acogen a 650 millones de personas cuya renta per capita en la mayor parte de los casos no excede los quinientos d¨®lares anuales.El equilibrio econ¨®mico parece cada d¨ªa m¨¢s lejano. Esta es la amenaza principal para la estabilidad pol¨ªtica mundial, dijo ayer el primer ministro brit¨¢nico, Callaghan, al introducir el tema. Para resolver ese desequilibrio, un grupo de expertos de la Commonwealth ha estudiado f¨®rmulas que, de ser aceptadas; en la presente asamblea, reforzar¨ªan las posiciones adoptadas en Par¨ªs por los pa¨ªses del Tercer Mundo durante la Conferencia de Cooperaci¨®n Econ¨®mica Norte-Sur.

El papel que el Fondo Monetario Internacional debe jugar en el cambio del orden econ¨®mico es crucial, y de la variaci¨®n de su actitud es responsable el sector de los pa¨ªses ricos. De acuerdo con el informe McIntyre, nombre con el que se conoce el estudio que y debaten los jefes de la Commonwealth, el FMI deber¨ªa convertirse en una especie de Banco Mundial, m¨¢s preocupado por ayudar al mundo en proceso de desarrollo, que en satisfacer las necesidades que se le producen a los que ya han cumplido ese proceso.