Libros de teatro: de Arrabal a Garc¨ªa Calvo

Los m¨ªnimos t¨ªtulos de teatro que se presentan en la Feria del Libro reflejan la ausencia editorial y de lectores de literatura dram¨¢tica. Est¨¢ muy extendida la creencia de la dificultad que supone la lectura de textos teatrales lo, que significa fomentar el desprecio cr¨®nico por el hecho teatral.

Una forma de asegurar la publicaci¨®n de las obras es tener el ¨¦xito previo en los escenarios. As¨ª ocurre con los dramaturgos que han ocupado las dos ¨²ltimas temporadas, como Francisco Nieva, Antonio Buero Vallejo, Shakespeare-Hormig¨®n, Rafael Alberti, Jaime -Salom, Antonio Gala, Jos¨¦ Mart¨ªn Recuerda y Fernando Arrabal.El caso de Arrabal ha yugulado las estrechas expresiones del teatro espa?ol. Su urgente recuperaci¨®n tiene ya presencia continua en los escenarios y con la misma prisa llega al libro. Cuando Planeta anuncia su Teatro completo, que ocupa varios vol¨²menes en la edici¨®n francesa, se adelanta C¨¢tedra con Pic-nic, El triciclo y El laberinto, en edici¨®n de Angel Berenguer, que tiene previsto publicar tambi¨¦n El arquitecto y el emperador de Asir¨ªa. La revista Pipirijaina en su colecci¨®n de textos acaba de sacar' La balada del trenfantasma (o En la cuerda floja). En la ¨¦poca del maldito Arrabal, una colecci¨®n de Taurus, dirigida por Jos¨¦ M onle¨®n, se atrevi¨® a publicar, con algunas censuras, El ' cementerio de autom¨®viles, Los dos verdugos y Ciugrena.

Un catedr¨¢tico que no sube a escena y los cr¨ªticos temen definirse, ante su teatro es Agust¨ªn Garc¨ªa Calvo. El lector ya conoce sus obras parafilos¨®ficas. La Gaya Ciencia public¨® Feniz o la manceba de su padre y ahora Akal vuelve con otro texto teatral: Iliu Persis. Tragicomedia musical en una noche.

Una editorial que persigue y sit¨²a buenos textos es Cuadernos para el Di¨¢logo, cuyos libros'de teatro dirigen Alvaro del Amo y Miguel Bilbat¨²a. Entre los ¨²ltimos. t¨ªtulos publicados figuran La otra casa, de Heriry James; Almas muertas, de Arthur Adamov; Farsas y autos para t¨ªteres, de Eduardo Blanco Amor; y Teatro de agitaci¨®n pol¨ªtica (1933-1939), que incluye piezas de Alberti, Bleiberg, Dieste, Miguel Hern¨¢ndez y Mar¨ªa Teresa Le¨®n.

Desaparecidas las revistas especializadas Primer Acto y Yorick, se mantiene P¨ªpirUaina, dirigida, por Mois¨¦s P¨¦rez Coterillo, que junto al n¨²mero normal publica separatas de textos, con an¨¢lisis y estudios del autor y obra. En su nueva etapa han aparecido cuatro t¨ªtulos: La sangre y la ceniza, de Alfonso Sastre; i Laxantepara todos!, de Angel 6arc¨ªa Pintado; Preguntas y respuestas sobre la vida y muerte de Francisco Layret, abogado de los obreros de Catalu?a, de Mar¨ªa Aurelia Capmany y Xavier Romeu, en edici¨®n biling¨¹e, y La balada del trenfantasma, de Fernando Arrabal.La colecci¨®n teatro de Escelicer se acerca a los ochocientos n¨²meros, todo un repertorio del teatro universal en peque?o formato, que acaba de publicar El tornillo, de Manuel M¨²?oz Hidalgo, de pr¨®ximo estreno. Otra obra que se publica antes de su estreno es El hom -bre y la mosca, de Jos¨¦ Ruibal, en Fundarnentos, con estudios in¨¦ditos de Miguel Romero Esteo, Angel Berenguer y Fernando L¨¢zaro Carreter.

Aguilar sigue con los cl¨¢sicos en cuidadas ediciones. Tres obras deteatro, de Ram¨®n Mar¨ªa del Valle Incl¨¢n, comprende Divinas palabras, Romance de lobos y Luces de. bohemia. Otra editorial que no descuida el teatro en Espasa Calpe. -En Selecciones Austral han publicado La doble historia del doctor Valmy y Mito, de Antonio Buero Vallejo. En la Colecci¨®n Austral se han incluido obras- de Alejandro Casona (La sirena varada, Los ¨¢rboles mueren de pie); de Jaime Salom (La playa vac¨ªa, Tiempo de espadas) y Jacinto Grau (El se?or de Pigmali¨®n, El burlador que no se burla).

En la lenta colecci¨®n Voz-Imagen, de Aym¨¢,'se ha incluido El adefesio, de Rafael Alberti, con textos,de Jos¨¦ Monle¨®n y Jos¨¦ Luis Alonso. La editorial Helios inicia su Ambito de Teatro con Edicto de gracia, de Jos¨¦ Mar¨ªa Camps. con p 1 r¨®logo de Buero Vallejo.

Algunas colecciones populares siguen el tema teatral. Junto a Autores como Lope de Vega o Racine, Bruguera acaba de publicar A?os dif¨ªciles. Tres testimonios del teatro espa?ol contempor¨¢neo, con un pr¨®logo de Ricard Salvat, que incluye Madrugada, de Antonio Buero Vallejo; La pechuga de la sardina, de Lauro Olmo, y Los buenos d¨ªas perdidos, de Antonio Gala. Editorial Zero saca Crap,f¨¢brica de municiones, de Jer¨®nimo L¨®pez Mozo.

En pocos casos se da la edici¨®n simult¨¢nea de la misma obra. Esto ha ocurrido con Ubu Rey, de Alfred Jarry, publicada por J¨²car y por Star Books. Frente a la difusi¨®n de las obras de Jos¨¦ Mart¨ªn Recuerda, como Las arrecog¨ªas del beatario de Santa Mar¨ªa Egipc¨ªaca y Las salvajes en Puente San Gil, que en edici¨®n de Francisco Ruiz Ram¨®n publica C¨¢tedra, otras editoriales realizan una labor m¨¢s silenciadacomo Eliberis, que publica Urbano Grandier, de Manuel de Pinedo. Un libro singular es Teatro, de Ignacio S¨¢nchez Mej¨ªas (Ediciones del Centro).

Fuera de los textos espec¨ªficos de obras, han aparecido estudios sobre diversos aspectos del teatro: La Barraca. Teatro, universitario, de Luis S¨¢enz de la Calzada (Revista de Occidente); La mujer vestida de hombre en el teatro espa?ol, de Carmen Bravo-Villasante (Sociedad Espa?ola de L.ibrer¨ªa); El mundo de Arlequ¨ªn, de Allardyce Nicoll (Barral); Producci¨®n significante y puesta en escena, de Gianfranco Bettetini (Gustavo Gil).

El teatro tambi¨¦n participa de la revisi¨®n cr¨ªtica de la cultura, anal?zado por Ricardo Domenech, en El exilio espa?ol de 1939 (Taurus); Jos¨¦ Monle¨®n, en La cultura bajo el franquismo (Ediciones de Bolsillo) y el Equipo Rese?a, en La cultura espa?ola durante elfranquismo.