La mitad de los espa?oles gasta la totalidad de sus ingresos mensuales
S¨®lo un 11 % de las familias espa?olas carece de libreta o cuenta corriente en las que depositar sus ahorros, seg¨²n se desprende de una encuesta realizada por el Servicio de Estudios y Programaci¨®n de la Confederaci¨®n Espa?ola de Cajas de Ahorros. El sondeo contempla tambi¨¦n otros aspectos de los h¨¢bitos ahorradores de los espa?oles y sus preferencias en la colocaci¨®n de sus excedentes financieros.
Entre los ahorradores, predominan aquellos que eligen la modalidad de libreta -75 %-, con un elevado porcentaje en Cajas de Ahorro. En cambio, entre los que eligen la modalidad de cuenta, la entidad favorita es la banca privada. A pesar de que bancos y cajas ofrecen a sus clientes ambas modalidades, los ahorradores espa?oles mantienen sus ubicaciones tradicionales. En l¨®gica correspondencia con ello, se observa que una gran mayor¨ªa de los que tienen abierta una libreta no realizan operaci¨®n alguna a lo largo de todo el a?o. Tambi¨¦n se percibe una clara delimitaci¨®n social en ambos grupos, siendo los miembros de las clases de profesionales liberales y trabajadores por cuenta propia los que muestran mayores preferencias por la banca, inclin¨¢ndose mayormente hacia las cajas los asalariados.Los cambios en la estructura de consumo de los espa?oles han tenido tambi¨¦n sus repercusiones en el campo de ahorro. Igual ocurre con las elevadas tasas de inflaci¨®n, que oscurecen el panorama de los fondos depositados en absoluto estado de liquidez. As¨ª, un elevado porcentaje de los consultados considera ahorro el dep¨®sito de fondos para hacer frente a compromisos ¨ªnmediatos, adquiridos con anterioridad. La anterior sucesi¨®n, de ahorro previo-consumo, se ha visto suplantada por la de consumo o adquisici¨®n-aportaci¨®n sucesiva de fondos. Las facilidades para adquirir ciertos bienes de consumo a distinto plazo, han propiciado la aparici¨®n de intermediarios financieros que, sin constituirse en entidades de ahorro, aparecen interrelacionadas con las que cubren esta funci¨®n de modo cl¨¢sico: banca y cajas de ahorro. Se da, adem¨¢s, la particularidad de que muchos de los mencionados bienes son necesarios e imprescindibles -el ejemplo de la vivienda es claro y la ¨²nica forma de acceder a ellos es la descrita: aplazadamente.
Vivir al d¨ªa
S¨®lo un 58 % de las familias consultadas manifiestan contar con excedentes en sus ingresos, una vez deducidos sus gastos habituales. Esta tendencia es mayor, obviamente, en los estratos de ingresos m¨¢s elevados -de cincuenta a 70.000. pesetas-, en las familias m¨¢s j¨®venes y en las de menor n¨²mero de hijos. Id¨¦ntica tendencia por grupos se observa al consultar respecto al destino habitual de esos excedentes. Mientras un 20 % se muestra partidario de gastarlo de forma inmediata, un 76 % se inclina por depositarlo, en expectativa de futuras necesidades. Entre estos ¨²ltimos, tambi¨¦n se detecta una mayor inclinaci¨®n por parte de quienes cuentan con hijos en edad escolar -el proporcionar estudios a los hijos constituye una de las preocupaciones m¨¢s importantes de las familias espa?olas- y por aquellos que rebasan los cincuenta a?os.La opini¨®n de los espa?oles respecto al nivel de ahorro de la sociedad es diversa. Un 45 % considera que la capacidad de ahorro es baja y otro 18 % la entiende pr¨¢cticamente nula. Tambi¨¦n se observa una tendencia generalizada a gastar por encima de las posibilidades, tanto m¨¢s en aquellos cuyas rentas se ven favorecidas por las tensiones inflacionistas y en los que ostentan mayor grado de educaci¨®n.
De cualquier forma, la tendencia al ahorro de los espa?oles desciende de modo importante en los ¨²ltimos a?os, en base a dos factores fundamentales: de un lado, la constante y progresiva depreciaci¨®n de la moneda, gravada por la alta tasa de inflaci¨®n, que reduce la capacidad adquisitiva de las rentas monetarias; y, de otro, la ampliaci¨®n del conjunto sociol¨®gico sobre el que se extiende la acci¨®n protectora de la Seguridad Social, que incide sicol¨®gicamente sobre las expectativas de riesgo del individuo, que se siente con mayor tranquilidad ante el futuro.
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