Por la cultura y la libertad de expresi¨®n
Con mi designaci¨®n como senador, el Rey me hace un gran honor y me depara una inesperada responsabilidad. He aceptado porque creo mi deber apoyar a la Corona, que est¨¢ devolviendo Espa?a a los espa?oles, y contribuir a la dif¨ªcil tarea de lograr una democracia plena y aut¨¦ntica.Evidentemente no he sido nombrado como pol¨ªtico, porque no lo soy, y pienso que ha visto en m¨ª un ejemplo de respeto a la creaci¨®n intelectual y de defensa de la libertad de expresi¨®n, cosas ambas que creo haber mantenido en todas las empresas culturales que he proseguido o que he contribuido a crear. En este sentido, creo que mi labor en el Senado ha de ser, principalmente, defender la libertad de expresi¨®n, la libre circulaci¨®n de las ideas y, en general, atender a cuanto se refiera a la cultura de los espa?oles.
A lo largo de mi vida he tratado de continuar, en la medida posible, las empresas intelectuales fundadas por mi padre, con el empe?o de contribuir a la formaci¨®n de una Espa?a europea, m¨¢s culta y realmente libre, en la que se superaran los apasionamientos y las incomprensiones que malograron nuestra historia contempor¨¢nea.
Este ha sido el ¨²nico sentido de mi tarea de editor, en las colecciones de libros, en la Revista de Occidente y en la atenci¨®n al mundo de la informaci¨®n y especialmente de los peri¨®dicos. Mi padre no conceb¨ªa la regeneraci¨®n de la vida intelectual espa?ola sin la diaria aportaci¨®n de la prensa, y de ah¨ª sus empe?os period¨ªsticos y, sobre todo, su participaci¨®n activa en El Sol.
En otro momento hist¨®rico, ante una Espa?a muy distinta, creo haber contribuido a poner en marcha, con EL PAIS, un diario diferente de los que dominaron la informaci¨®n en los ¨²ltimos decenios. Una de las grandes compensaciones de mi vida ha consistido precisamente en ver c¨®mo mi esfuerzo por reunir y coordinar voluntades se ha visto compensado con la realidad diaria del peri¨®dico.
El hecho de que estos nombramientos de senadores no sean vitalicios y que en la pr¨®xima Constituci¨®n puedan incluso desaparecer, me tranquiliza; no tengo que a?adir que un puesto otorgado est¨¢ siempre a disposici¨®n de quien lo otorga.
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