Problemas econ¨®micos
Los problemas econ¨®micos de este pa¨ªs son muchos y naturalmente el deporte los va a acusar cada d¨ªa m¨¢s. La soluci¨®n de que su sustento venga directamente de los Presupuestos Generales del Estado parece una utop¨ªa a corto plazo, sobretodo porque la existencia de las quinielas y su famoso 22 % se considera a¨²n la panacea universal. Desde luego, no lo es, aunque si se aprovechara mejor de lo que se aprovecha y, sobre todo, si no se hubieran acumulado tantos errores en el pasado, ser¨ªa una base apreciable.El problema, sin embargo, viene por otros derroteros, los del despilfarro que provocan intereses, la mayor¨ªa de las veces intolerables, al tratarse de deporte. Ejemplo deber¨ªan tomar la mayor¨ªa de los clubs espa?oles de f¨²tbol, sin ir m¨¢s lejos, con deudas al borde de la bancarrota, del caso alem¨¢n federal. La federaci¨®n no ha dado la licencia a ocho, entre ellos el Werder Bremen, de Primera Divisi¨®n, para la pr¨®xima temporada a causa de sus dificultades econ¨®micas. Ello supone que los clubs deben pasar al f¨²tbol aficionado. Nada menos. Lo asombroso es que el d¨¦ficit del Werder Bremen no llega a los setenta millones de pesetas, cifra que rondan y sobrepasan normalmente much¨ªsimos clubs en Espa?a.
Pero el espect¨¢culo del deporte profesional es el espect¨¢culo, y si no que lo digan en Italia, donde tras varios a?os de prohibici¨®n parece que se va a abrir la puerta a los jugadores extranjeros. Rodar¨¢n los millones y tambi¨¦n las cabezas. Ser¨¢ la proporci¨®n directa de m¨¢s intereses-m¨¢s problemas.
Y en Espa?a, mientras tanto, ya aparte del f¨²tbol, donde el socio y el p¨²blico paga cada vez m¨¢s caro ese espect¨¢culo, aunque no sea de calidad, llega un nuevo show box¨ªstico en el que un solo hombre, Mart¨ªn Berrocal, arriesga m¨¢s de los diez millones de pesetas en ¨¦poca tan dif¨ªcil. Y lo m¨¢s grave, adem¨¢s, es que por esos precios se ofrece un espect¨¢culo previo c¨®mico -por los protagonistas- y dram¨¢tico -dos hombres a la busca del KO- El deporte queda en un plano demasiado oscuro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.