Naufragio del franquismo
Ha ganado claramente, y vigorosamente, y limpiamente, la izquierda. Otra vez, en la segunda democracia de este siglo, el Partido Socialista Obrero Espa?ol es la expresi¨®n m¨¢s numerosa, y m¨¢s popular, de la izquierda.Podr¨ªa parecer, por los coeficientes de votos, y por el n¨²mero de diputados y senadores, que el vencedor era la Uni¨®n del Centro Democr¨¢tico pero, pr¨¢cticamente, no es as¨ª. El Gobierno es quien ha fabricado, de la noche a la ma?ana, este vencedor, con todos sus recursos, y utilizando los m¨¦todos del franquismo, con una estructura y una infraestructura del franquismo intactas. Su credibilidad electoral, por ello, es d¨¦bil. Por otro lado, es, un conglomerado sin masas activas, sin coherencia pol¨ªtica, constituido por especies pol¨ªticas diversas, procedentes del gran naufragio del franquismo y con ansias pat¨¦ticas de agarrarse a cualquier tabla de salvaci¨®n para sobrevivir. La Uni¨®n del Centro Democr¨¢tico es el producto de un arreglo, de un compromiso, de una simple y hu¨¦rfana expectaci¨®n de poder. Vienen de un derribo, realizado por ellos mismos, y lo que tienen es una especie de ciudad de Bronston. No tiene m¨¢s que fachadas. La izquierda triunfante tiene viento, masas, programa, historia, lealtades, valor y consecuencia.
Los tres grandes descalabros han corrido a cargo de Alianza Popular, Democracia Cristiana y el Partido Socialista Popular. El verdugo met¨®dico de Alianza ha sido Su¨¢rez; el verdugo sibilino de la Democracia Cristiana ha sido la abstenci¨®n de la Iglesia y su derechismo gaseoso; el verdugo declarado del Partido Socialista Popular, ha sido el Partido Socialista leg¨ªtimo, que es el que fundara Pablo Iglesias. El Gobierno impon¨ªa, adquir¨ªa y facturaba la derecha y el centro para s¨ª mismo; y Felipe Gonz¨¢lez se atra¨ªa a la izquierda y a las nuevas generaciones sociales. El primero ten¨ªa Am¨¦rica, y el segundo Europa.
Los comunistas no han perdido, sino que aparecen mas numerosos y m¨¢s atractivos que en la primavera de 1936.
La izquierda, adem¨¢s, va a seguir teniendo el mundo laboral, los intelectuales, los artistas y la Universidad. La Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico ha tenido votos, pero no tiene gente. Esto parece una paradoja, pero es una de las contradicciones de la democracia. Sin la izquierda no se podr¨¢ hacer ya ning¨²n pacto: ni el pacto social, ni el pacto pol¨ªtico. Su¨¢rez tiene la baraja, pero no puede jugar sin Felipe. La izquierda ahora se cuidar¨¢ muy bien de comprometerse gravemente en esta situaci¨®n apurada de la vida espa?ola, y pondr¨¢ encima de la mesa las grandes cuestiones. El se?or Su¨¢rez quer¨ªa una izquierda como una loba, y transformarla de revolucionaria en dom¨¦stica; si hubiera conseguido eso habr¨ªa resucitado Sagasta; pero se ha encontrado con una pantera. Su ¨²nica posibilidad ahora ser¨¢ la de ponerla cepos.
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