Senadores del Rey: abstenerse

Unas Cortes como las recientemente elegidas son, en principio, un reflejo cierto de los deseos e intenciones populares. Van a estar representados en ellas los partidos y grupos pol¨ªticos que nosotros, los espa?oles, hemos querido que lo est¨¦n. De esta forma, la Constituci¨®n que, necesariamente, ha de redactarse y aprobarse por la! C¨¢maras va a ser expresi¨®n de la voluntad mayoritaria de los electores a trav¨¦s del mandato representativo asumido por los candidatos electos. La Constituci¨®n va a tener as¨ª la aceptaci¨®n necesaria y todos la vamos a hacer nuestra sabiendo que su autoridad emana de la voluntad soberana del pueblo. Es, por ello, absolutamente imprescindible que lo que todos hemos querido en las urnas no sea, luego, objeto de desviaci¨®n alguna. Pensamos, pues, que los elegidos por el Rey para ocupar esca?os del Senado deben tener la prudencia suficiente para no romper con su actitud pol¨ªtica la que ya han mostrado los ciudadanos en las urnas. Nosotros, como dos m¨¢s de los que han ejercitado su derecho al voto, pedimos que, a la hora de aprobar la Constituci¨®n, en el momento de las votaciones, los senadores reales mantengan una actitud de abstenci¨®n, con objeto de no romper el equilibrio representante-representado, ese espejo que necesariamente refleja los resultados de las elecciones. Y esto no implica que los senadores reales renuncien a expresar en las Cortes su personal criterio. Pedimos que precisamente por el car¨¢cter s¨®lo personal de su criterio no rompan con su voto el tramado de representaciones que ofrecen las C¨¢maras legislativas despu¨¦s de haber hablado todo el pueblo espa?ol.