Cinco pintores franceses

Seguro estoy de que estos cinco pintores franceses (algo as¨ª como la segunda hornada del tan tra¨ªdo y llevado Support I Surface) no van a contar con la aquiescencia de sus colegas espa?oles, en tanto proporcionan al atento contemplador el dato inequ¨ªvoco de una antelaci¨®n incuestionable. Y todo ello, por culpa del retraso con que nos llegan las experiencias de la vanguardia for¨¢nea, que en algunos de estos franceses (pese a ser de segunda) excede los siete a?os. ?Hubiera ocurrido otro tanto; de haber sido ? los de primera (los Louis Canne, Marc Devade ... ) quienes nos hubieran visitado en el tiempo oportuno de su propia floraci¨®n?Se?alado el dato de la antelaci¨®n, no entrar¨¦ en contienda en cuanto a calidades, aunque haya forzosamente de reconocer que desde un punto de vista meramente explicativo (de cara, especialmente, al profano), el concierto de estos cinco pintores franceses arroja mucha m¨¢s luz y ofrece mayor llaneza que las vaguedades te¨®ricas a que nos tienen acostumbrados sus colegas de ac¨¢ del Pirineo. Exponen lo que quieren exponer, y manifiestan sus respectivos procesos con una sencillez ejemplar, rayana en lecci¨®n de p¨¢rvulos.

Una pr¨¢ctica com¨²n, traducida en la peculiaridad manifestativa de cada uno de ellos: la relaci¨®n material del pintor con (o en, ante, por, seg¨²n, sobre, tras ...) el lienzo, adquiere, para Arnal, la forma del plegado y desplegado; se fragmenta, en las pinturas de Bioules, en diversas zonas crom¨¢ticas; obedece, en las pinturas de Laksine, a la impresi¨®n de una tela sobre otra; se asemeja, a ojos de Valentiner, a la trama multicolor de un tejido superpuesto.... y se consuma, a manos de Pincemin (el mejor de los cinco), como un proceso gradativo de absorci¨®n, eminentemente pict¨®rico.