El atentado contra "Diario 16"

EL ATENTADO contra Diario 16 merece, adem¨¢s de una obvia repulsa y una expl¨ªcita condena, una investigaci¨®n profunda y cuidadosa. Ese acto criminal, que ha podido costar vidas humanas y ha producido graves da?os en unas instalaciones industriales, se inscribe en una estrategia general que se propone ahogar la libertad de expresi¨®n mediante la intimidaci¨®n de los profesionales de la informaci¨®n y el quebranto material de las empresas period¨ªsticas. Hace unas semanas, en Italia, sospechosamente hermanada con Espa?a como escenario de las haza?as criminales de grupos presuntamente izquierdistas que hacen el juego a los desestabilizadores del sur de Europa, algunos prestigiosos periodistas han sido abatidos en emboscadas. Ahora, en Espa?a, un ¨®rgano de prensa, entre cuyos m¨¦ritos figura la publicaci¨®n de informes y reportajes sobre temas altamente vidriosos y cuya l¨ªnea editorial est¨¢ claramente comprometida con la defensa de las libertades y el progreso de la democracia, ha sido tambi¨¦n visitado por los enemigos de la libertad y la convivencia. Y, al igual que en Italia, los ejecutores del atentado se presentan ante la opini¨®n p¨²blica como extremistas de izquierda. Ciertamente, entra en la alucinada l¨®gica de la mentalidad grupuscular considerar que los enemigos m¨¢s peligrosos son los que se hallan m¨¢s cerca; pero ya son muy pocos los observadores que conceden una m¨ªnima veracidad a la hip¨®tesis que los GRAPO no sean una organizaci¨®n manipulada desde zonas opuestas del espectro pol¨ªtico. Donde se instalan, precisamente, personas, asuntos y maquinaciones sobre las que nuestros colegas de Diario 16 han opinado e informado con esa misma libertad que los explosivos de ?goma-2? han tratado, in¨²tilmente, de silenciar.