Ideolog¨ªas

Lo que le falta a Su¨¢rez, ahora es una ideolog¨ªa. Lo tiene todo: el poder y la gloria, unas elecciones ganadas, habla-pueblo-habla, un chalet en la Moncloa, la telegenia, la teleansonia, un partido de Centro, unos muchachos, B¨¢rbara Rey, pero le falta una ideolog¨ªa.Dice que de vez en cuando se llaman por tel¨¦fono con Mart¨ªn Villa:

-Qu¨¦, Rodolfo, ?a ti se te ocurre algo?

-Bueno, he estado. mirando el regeneracionismo de Costa...

Nada, fuera, no le vale al presidente. El presidente Su¨¢rez no quiere ser un Joaqu¨ªn Costa con el pelo a navaja. En eso Franco se dio m¨¢s prisa, ya ves. Franco tampoco ten¨ªa as¨ª prevista una ideolog¨ªa, de hoy para ma?ana. Primero gan¨® la guerra, que es m¨¢s pr¨¢ctico, mientras la izquierda y la democracia se perd¨ªan tras los podencos ideol¨®gicos, y luego puso a los memoriones, en Salamanca y Burgos, a inventarle una ideolog¨ªa.

-?Usted cree que Franco hizo caso alguna vez de los ide¨®logos? -dice el parado.

-No, pero les ten¨ªa distra¨ªdos inventando una ideolog¨ªa que ¨¦l ya ten¨ªa inventada.

A los intelectuales conviene tenerles siempre distra¨ªdos y con un encargo entre manos, porque si se ponen a pensar por su cuenta es peor. Mira, a lo mejor eso es lo que le ha fallado a Su¨¢rez, los intelectuales. El tambi¨¦n ha ganado una guerra, la guerra electoral, como parece que le dej¨® encargado Franco, seg¨²n propia confesi¨®n, y ahora lo que pasa es que no se le ocurre nada para el partido ¨²nico que va a fundar o que ha fundado ya. Porque eso de los sindicatos verticales, los valores eternos, por el Imperio hacia Dios, Manolo Escobar, Espa?a-Espa?a es lo mejor y est¨¢ como nunca no se improvisa en un d¨ªa.

Fiel al modelo franquista, Su¨¢rez no ha forjado una ideolog¨ªa de partido para tomar el Poder, sino que ha tomado el Poder, ha fundado el partido y ahora es cuando le van a confeccionar una ideolog¨ªa, a ser posible en telas frescas, que vamos para el calor y, por otra parte, hay que ganarle por la mano a Felipe, como Giscard le, gan¨® a Mitterrand, metiendo alg¨²n n¨²mero socialista en la programaci¨®n de verano.

Las ideolog¨ªas no es que valgan para mucho, porque nadie las cumple, pero valen para disimular un poco eso que Nietzsche llamaba la voluntad de poder. Si no tienes una ideolog¨ªa, se te nota demasiado que lo que quieres es mandar. Las ideolog¨ªas son la interflora del despotismo. Por ejemplo, los l¨ªderes de derechas que se han quedado en la mism¨ªsima rue, como Ruiz-Gim¨¦nez o Fraga. Dice Ruiz-Gim¨¦nez, entrando por una alta vidriera del mismo modo que por un ventanal entr¨® la lechuza machadiana en la catedral:

-Tendremos que cambiar hasta el nombre del partido.

Bueno, y eso para qu¨¦. Ustedes ya han hecho la experiencia m¨ªstica y el pueblo les ha dejado solos, porque dec¨ªa Rilke que Espa?a es el pa¨ªs donde los perros van a misa y guardan compostura, pero a la misa de la democracia cristiana no han ido ni los perros. ?Entonces, qu¨¦ es lo que nos quieren vender? Nada, quieren mandar, como todos. O don Manuel Fraga Iribarne, despu¨¦s del descalabro de la Alianza Invencible:

-Espa?a es lo ¨²nico importante.

S¨ª, pero usted no le importa a Espa?a. ?Por qu¨¦ sigue queriendo salvarla? Porque quiere mandar. Adolfo Su¨¢rez sabe que en estas elecciones quien le ha dado la raz¨®n, mayormente, han sido las computadoras y Rafael Ans¨®n, pero quiere embutir en ese triunfo cibern¨¦tico una ideolog¨ªa y lo malo es que a sus escribas -Cisneros, Meil¨¢n, Ort¨ª, Villa, Rof- no se les ocurre nada. En Espa?a, la izquierda tiene una ideolog¨ªa y la derecha tiene una ret¨®rica, de toda la vida, pero el centro s¨®lo tiene a Rafael Ans¨®n. Y Ans¨®n, el hombre, ya ha ganado las elecciones. No puede encima darles un sentido.